PRESO POLITICO VASCO YA LLEVA 51 DIAS DE HUELGA DE HAMBRE
PRESO POLITICO VASCO YA LLEVA 51 DIAS DE HUELGA DE HAMBRE GRAVE ESTADO DE JESUS MARI ETXEBERRIA EN SU PELEA CONTRA EL FASCISMO ESPAÑOL
Al inicio de esta protesta, el preso político vasco permanecio siete dias en huelga de sed, desde el 23 al 29 de abril, siendo esta la tercera vez que adoptaba esta medida Jesús Mari Etxeberria, encarcelado en Valdemoro, cumplió este miércoles 51 días sin ingerir alimentos para exigir su salida del módulo de aislamiento.
Al inicio de esta protesta, además, permaneció siete días en huelga de sed.
A pesar de su estado crítico, la dirección de la prisión madrileña ha señalado que no cambiará su actitud hasta que no abandone el ayuno indefinido, según informó Askatasuna. El preso oreretarra no es capaz de beber agua, tampoco puede mantener una conversación, vomita a diario y, a causa de su extrema debilidad, tiene que ser trasladado en silla de ruedas.
El preso político vasco Jesús Mari Etxeberria, que hoy cumple 50 días en huelga de hambre, permanece la mayor parte del día tumbado en la cama del módulo de enfermería, ya no admite el agua y no es capaz de mantener una conversación porque «se le va la cabeza».
Además, debido a su extrema debilidad tiene que ser trasladado en silla de ruedas para ir al locutorio. En la visita que tuvo el domingo, únicamente pudo estar cinco minutos de los 40 reglamentarios. Esta situación se repitió al día siguiente, ya que a los pocos minutos de recibir la visita de sus abogados, solicitó que le sacaran de ahí. Los funcionarios, sin embargo, abrieron el locutorio, cerrado con llave, 20 minutos después.
Según han destacado Askatasuna y Etxerat, el médico de Valdemoro transmitió su «preocupación» al director de la prisión, que «se niega a adoptar cualquier decisión tendente a sacarle de aislamiento hasta que no deponga la huelga de hambre». «Así se lo hizo saber el médico a Etxeberria», indicaron los citados organismos.
Asimismo, en solidaridad con el preso oreretarra y contra la aplicación del aislamiento, todos los presos políticos de Martutene iniciaron el lunes un ayuno de carácter indefinido.
Etxeberria fue detenido el 17 de diciembre en Donostia después de haber huido del tiroteo que se produjo en los alrededores de una gasolinera de Collado Villalba y que costó la vida a un agente de la Guardia Civil y dejó herido a Gotzon Aranburu.
Desde la fecha de su arresto hasta hoy, ha realizado tres huelgas de hambre y de sed. Durante los cinco días que permaneció incomunicado en dependencias policiales, decidió no ingerir alimentos ni líquidos para «evitar ser torturado».
A raíz de aquella medida, perdió ya once kilogramos, por lo que su peso descendió de 76 a 65. Tras su ingreso en Soto del Real, el 22 de diciembre, depuso esta protesta.
Una semana más tarde, el 29 de ese mismo mes, inició una segunda huelga de hambre y de sed para denunciar la agresión que sufrió en el módulo de aislamiento de la prisión madrileña y exigir que se pusiera fin a ese régimen carcelario. Según relató Askatasuna, tras haber recibido insultos y obstaculizarle el sueño y la recepción de paquetes, «se negó rotundamente a someterse a un cacheo. Entonces, los funcionarios empezaron a golpearle contra la pared, a darle bofetadas y puñetazos en el estómago».
El 3 de enero comenzó a beber ya que la víspera había tenido mareos y pérdida de conocimiento, aunque mantuvo el ayuno indefinido. Ante el estado de Etxeberria, los presos políticos vascos encarcelados enSoto del Real se sumaron a la huelga de hambre para demandar su salida de aislamiento y que en la enfermería estuviera en compañía de otros dos presos políticos que también permanecían ahí. Finalmente, el 10 de enero todos ellos abandonaron la huelga de hambre.
Ya en Valdemoro, Jesús Mari Etxeberria y Bittor Goñi fueron trasladados al módulo de aislamiento tras haber realizado una encartelada, el 6 de marzo, para protestar por la muerte de la madre y el hermano de Juankar Balerdi cuando se di- rigían a Almería.
El 8 de abril, ambos iniciaron una huelga de higiene después de que fueran agredidos al negarse a abandonar el patio antes de que se cumplieran las horas reglamentarias. Etxerat informó en su día que «diez funcionarios redujeron a los dos presos, los tiraron al suelo, y los arrastraron a la fuerza a sus celdas».
El día 14 de ese mes, Goñi fue conducido al Hospital 12 de Octubre de Madrid, donde le recetaron antiinflamatorios. Esta situación se agravó aún más el 23 de abril, cuando Etxeberria oyó, según relató el organismo de familiares de represaliados, los gritos de Goñi, «provocados por una nueva paliza».
A consecuencia de ello, el preso oreretarra comenzó una tercera huelga de hambre y de sed. El 29 de abril dejó esta última protesta porque, tras empezar a vomitar sangre, le diagnosticaron en el hospital una insuficiencia renal leve.
A tenor de esta huelga de sed de que se prolongó durante una semana, la doctora Esti Gorostiaga explicó a GARA que «sin ingerir líquido, comamos o no, un cuerpo puede aguantar unos siete días hasta que se produzca un fallo renal». Señaló que «en el sexto día nos encontramos en una situación de alarma» porque «en el momento en el que al riñón no le llega agua y se agotan las reservas, se produce la deshidratación y un fallo renal». Precisó que los fracasos renales agudos presentan un mortalidad del 30%, «porcentaje nada pequeño» porque esta casuística se refiere a enfermos que están hospitalizados o sometidos a control médico. El índice de mortandad se dispara al 50% si el paciente presenta una desnutrición protéica.
Durante este periodo, además, el preso no recibió ninguna atención médica porque se negó a desnudarse antes del chequeo.
Con el fin de exigir el fin del aislamiento de Etxeberria, el resto de presos políticos de Valdemoro iniciaron huelgas de hambre y de sed y encierros, que dieron paso a otras movilizaciones.
fuente: GARA