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PAIS VASCO

23 de julio del 2003

Conferencia de Martxelo Otamendi en Terrassa
"No soy miembro, ni colaborador de ETA, soy periodista"

Manuel Márquez
kaosenlared.net
La Biblioteca Central de Terrassa acogió a más de un centenar de personas para escuchar la conferencia: El retroceso de la libertad de expresión, que acabó convirtiéndose en dialogo, por propia voluntad de Martxelo Otamendi.

El acto organizado por ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) fue presentado por el regidor de bienestar social del Ayuntamiento de Terrassa, Ramon Arribas, y contó además con la intervención del sociólogo terrassense, Salvador Cardús, buen conocedor de la problemática de Euskal Herria que nos habló del retroceso de las libertades, de la falta de respuesta de algunos sectores a estos ataques tan graves a la libertad y de la buena respuesta que desde Catalunya se dio y se da a todos los ataques a las libertades que padecen los vascos y las vascas.

Para finalizar Salvador Cardús tuvo palabras de recuerdo para nuestra vecina detenida, Laura Riera, hace ahora casi tres años y que continua en prisión sin ser juzgada, añadiendo que esto es una muestra de vulneración de los derechos humanos en pleno siglo XXI.

Martxelo que empezó preguntándose ¿Por qué se cerró Egunkaria? y ¿por qué se torturó a su director y directivos? La respuesta fue clara, el cierre es un aviso para los vascos y vascas y las torturas son una forma de amedrantamiento y humillación.

Según Martxelo, para los miembros de la Guardia Civil que lo detuvieron y lo custodiaron antes de entregarlo al juez: "todos los vascos nacionalistas son iguales, no distinguen entre un militante de ETA, del PNV o de lo que sea". Después nos relato su detención, "parecía que iban a detener a Bin Laden", incluso controlaron varios edificios de alrededor, lo que obligó a algún vecino a ir a dormir a un Hotel. La guardia civil, no dejo entrar a casa a algunos vecinos y les dijo: "¡Nos son horas de llegar a casa!". La detención y el traslado a Madrid fue correcto ("no así en otros casos, en que los detenidos fueron golpeados").

Todos estos comentarios sirvieron para arrancar más de una carcajada a los asistentes, pero no para dejar al auditorio mudo ante las explicaciones de Martxelo.

Él cree que fue detenido para ser interrogado además en relación con su entrevista con ETA, de la que ya respondió judicialmente ante Baltasar Garzón (quien no lo encausó por este hecho). Según Martxelo, la GC le dijo que allí declaraba todo el mundo y que él debía elegir si lo hacia antes y se evitaba problemas o lo hacia más tarde afrontando sus consecuencias.

Él declaró el tercer día de su detención (después de pasar ciclos de cinco horas de pie y 20' sentado) y después de hablar con el forense y explicarle que le obligaban a hacer flexiones y que le pusieron el plástico para evitar que pudiera respirar. En este momento dijo solemnemente ante el auditorio: "yo no soy ni miembro, ni colaborador de ETA, me pueden creer o no, pero esta es la verdad". "Yo soy periodista", un profesional y entrevistaría mañana mismo a Bush si me concediese una cita.

Ante una pregunta sobre cómo veía el tema de Gara dijo: este periódico podría ser cerrado en dos semanas. Añadiendo que parece mentira que se le pueda imputar la deuda de otra empresa al diario Gara por ser una continuidad ideológica del otro.

Bromeó sobre la inclusión en el auto de cierre de la palabra militante para poder acusarlos de relación con ETA, diciendo que su periódico es militante pues no se paga como se debería ya que no hay más dinero, y los periodistas están dispuestos a ir a dormir a casa de unos vascos en Sydney, en lugar de a un hotel de cinco estrellas, para así ir dos y poder explicar el doble de cosas a sus lectores.

Respecto a Berria, el nuevo diario en euskera, dijo que se han vendido más de tres millones de euros en acciones (de 50 y 300 €) de los cinco que se querían vender en cinco años. Añadió que en Catalunya han comprado acciones más de cuatrocientos catalanes y que quieren llegar a mil.

La sociedad civil vasca defiende sus periódicos, porque saben que son unos profesionales y no son unos despilfarradores, bromeó, si no no nos darían el dinero tan rápido. Los medios de comunicación contrarios a la política nacionalista vasca no han manifestado su oposición al cierre (a excepción de un editorial de El País), pero dijo no estar resentido con los mismos, sobre todo con los que trabajan en Euskadi, dada la situación tan compleja del país. La situación para estos periodistas, algunos amenazados, es muy dura y su capacidad de respuesta limitada.

Para Martxelo la salida es solo una: aceptar la decisión de los vascos y vascas. La paz es el único final posible, vino a decir, pero hoy en día la salida es muy difícil y nada llama al optimismo. Nosotros añadiríamos que cuando más oscuro está es cuándo va a amanecer.