4 de julio del 2003
Licencia para torturar en el País Vasco
Rueda de prensa de TAT: "El protocolo está hecho a la medida de la Ertzaintza y de los métodos de tortura que utiliza"
Observatorio Vasco de Derechos Humanos
El protocolo presentado por el Gobierno Vasco para la protección de las personas detenidas bajo régimen de incomunicación no ataja la tortura, ya que siguen recibiéndose testimonios de torturas Los jóvenes detenidos por la Ertzantza y a los que les fue aplicado el protocolo presentado por el consejero de interior Javier Balza relataron las presiones y malos tratos a los que fueron sometidos mientras estuvieron bajo régimen de incomunicación en la comisaría de Arkaute.
El protocolo no añade nada nuevo, dado que la familia denunció no tener noticias de sus allegados detenidos mientras duró la incomunicación, y aunque fueron examinados por un médico forense cada día que permanecieron en dependencias policiales (cosa que ya ocurría antes de hacerse público este protocolo y que también ocurre en los casos en que la persona es detenida por la Guardia Civil o la Policía Nacional), los exámenes a los que son sometidos no pueden demostrar ni las presiones psicológicas ni los malos tratos a los que fueron sometidos, al no dejar éstos signos visibles.
Tal y como relataron, fueron sometidos a duros interrogatorios en los que las amenazas y presiones eran constantes, tocamientos y vejaciones sexuales, no se les dejaba descansar buscando el agotamiento físico, y eran obligados a permanecer durante horas en posturas extrañas.
Según palabras de uno de estos jóvenes "sólo descansé cuando me dejaron en manos de la Policía Nacional al llegar a la Audiencia Nacional".
Desde TAT tenemos que denunciar que este protocolo está hecho a la medida de la Ertzantza y de los métodos de tortura que ésta utiliza, de manera que haciendo pública la aplicación de este protocolo se busca aparentar el respeto a unas garantías que no se dan en la realidad. Este protocolo no aporta nada nuevo y no suponen un paso en la lucha contra la tortura, no propone ningún cambio real, y muy al contrario, supone una serie de medidas por las que la tortura llevada a cabo por la Ertzantza no pueda ser detectada.
Si realmente el Gobierno Vasco quiere dar pasos efectivos por la erradicación de la tortura no tiene sino evitar que a los detenidos por la Ertzantza no se les aplique el régimen de incomunicación.