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País Vasco

  27 de enero de 2004

España: Prohibido hablar

Pascual Serrano

La algarada de "populares" y "socialistas" por el encuentro del conseller en cap Carod Rovira y ETA han supuesto un ejercicio de hipocresía con pocos precedentes. Los dos partidos mayoritarios mantienen como principal baluarte electoral, ideológico y programático ser más antiterroristas que nadie. Y no hay mejor prueba de pedigrí antiterrorista que condenar y criminalizar todo lo que se mueva en línea diferente al nacionalismo español y la lucha policial. De ahí la condena al nacionalismo, no importa que sea democrático, y la condena a cualquier diálogo. Ya se han criminalizado no las armas, sino la ideología y la palabra.

Pero lo más hipócrita es que lo están haciendo partidos que en su día pactaron con nacionalistas y que dialogaron con ETA. El periódico Gara y cuatro locos nos hemos quedado solos recordando que con ETA han hablado todos los gobiernos y todos los partidos que han tenido responsabilidad política. Desde UCE al PSOE en Argel. Y también lo hizo Aznar en mayo de 1999 que sentó a colaboradores suyos con los representantes de la organización. Y también lo hicieron con los GRAPO.

A qué nivel de paranoia hemos llegado para que se linche políticamente a una persona por hablar. Esa es la realidad, todas las demás acusaciones de negociaciones, chantajes o prebendas son pura acusación infundada. Si, además, Rovira debe declarar las circunstancias de su encuentro con ETA, también lo debería hacer el diario ABC sobre su conocimiento de ese encuentro. Algo huele a quemado en ese tan aparente profundo conocimiento de la reunión por parte de la derecha política y mediática. No sería fácil de entender que lo conociese un periódico y no los servicios de inteligencia españoles.

Quiero dejar muy claro que somos muchas las personas que si pudiéramos tener delante a los líderes de ETA no dudaríamos en acudir, y quizás fuésemos igual de duros que quienes tanto se escandalizan. Lo hice con la cúpula de HB poco antes de ser encarcelados y lo volvería a hacer. No nos resignamos en renunciar a la palabra.

Mientras tanto, hoy, en España, tiene más coste político hablar que cometer abusos sexuales a una menor. Véase si no el caso del alcalde de la localidad gallega de Toques, del Partido Popular.

www.pascualserrano.net