El Estatuto de Autonomía, 24 años después
ASKAPENA
El día 25 de Octubre de 1979 la Comunidad Autónoma Vasca votó y aprobó el Estatuto de Autonomía. Durante todos estos años la izquierda abertzale denunció en solitario el Estatuto aprobado por considerarlo un camino sin salida. 24 años después, son muchos los sectores de Euskal Herria que consideran agotado el Estatuto y reclaman un nuevo marco.
En este contexto hay que situar la propuesta de un nuevo estatus de convivencia con el Estado que promueve Ibarrtexe. El 26 de Setiembre el texto fue presentado en el pleno de la Cámara Vasca. El día 25 de Octubre el Gobierno Vasco formuló dicha propuesta como Proyecto de Ley y como tal lo registró en el Parlamento Vasco. De esa forma daba inicio un largo trámite legislativo que durará casi un año. El proceso iniciado es inédito ya que nunca se había presentado un Proyecto que plantease modificar el marco legal vigente.
Todos los agentes políticos implicados han valorado dicho Registro como un acontecimiento histórico y han comenzado a actuar en consecuencia.
El nacionalismo pactista
Ha cerrado filas en torno a Ibarretxe y ha hecho suyo el Proyecto del Lehendakari. Considera histórico el momento porque aspira a conseguir con esta iniciativa varias e importantes metas.
Estos son sus objetivos:
Renegociar el Estatuto asumiendo, de mutuo acuerdo, un ámbito de competencias mucho más elevado que el actual. Sería una respuesta a las demandas sociales vascas que cada vez exigen mayor nivel de autogobierno.
Conseguir la adhesión masiva de la ciudadanía vasca a esta iniciativa ratificando, mediante la libre adhesión, su nueva vinculación con el Estado.
Asumir las reivindicaciones que han sido propias de la izquierda soberanista para dejarle a ésta, y sobre todo a ETA, sin respaldo social. El PNV lideraría sin rivalidades ni presiones una nueva etapa política.
Estas son sus estrategias
Respecto a la sociedad vasca, conseguir el máximo respaldo posible para lo cual se pretende abrir un amplio debate social que dure todo un año. Los impulsores han iniciado una ofensiva mediática de gran envergadura.
Respecto a la sociedad española, abrir vías de comunicación directa para disipar prejuicios y convencer de la bondad de la propuesta. En ese contexto hay que situar la conferencia de Ibarretxe en la Universidad de Granada.
Respecto a los partidos unionistas, rebajar al máximo la confrontación, eludir la polémica y ofertar continuamente diálogo.
Respecto a la izquierda soberanista, forzarle a que acepte el plan tal como está sin darle opción a consensuar un acuerdo de mínimos. Eluden el diálogo y recurren a la amenaza de convocar elecciones sabiendo que este sector, actualmente ilegalizado, quedaría fuera del ámbito institucional
Hay que dejar constancia de la situación especialmente complicada que se le presenta a Izquierda Unida: Apoya el plan de Ibarrtexe como parte del Gobierno Vasco pero esto crea una enorme tensión en el seno de Izquierda Unida a nivel estatal. Puede estallar una tormenta interna.
El nacionalismo soberanista
Considera histórico el momento porque la conciencia social reclama mayores niveles de soberanía, porque el nacionalismo pactista ha reconocido de hecho que el actual Estatuto es camino sin salida y ha asumido como principios fundamentales la autodeterminación, la territorialidad, y el respeto a la voluntad del pueblo vasco.
Considera histórico el momento porque se puede abrir el túnel hacia la soberanía o preparar otro nuevo engaño que prolongue indefinidamente el conflicto
Estos son sus objetivos:
Abordar la raíz del conflicto y resituarlo adecuadamente para emprender una etapa soberanista consensuada. Desenmascarar cualquier maniobra que vacíe de contenido los principios planteados.
Reafirmar sus valoraciones, que se han demostrado correctas, y flexibilizar en los métodos y tiempos.
Estas son sus estrategias:
Desenmascarar la autocensura que se impone Ibarrtexe para no desarrollar íntegramente los principios que formula.
Abrir una línea de diálogo con todos los sectores democráticos buscando acumular fuerzas. Establecer alianzas con quienes estén dispuestos a buscar una salida en clave de respeto a la voluntad popular.
Flexibilizar ritmos y métodos una vez sentadas las bases para la definitiva solución del conflicto.
El nacionalismo unionista
Considera el momento histórico porque entiende que la unidad de España está en peligro. Ha llegado la hora de declarar la guerra y derrotar a todos los nacionalismos periféricos, sobre todo al vasco, que son el cáncer de España.
Estos son sus objetivos:
Liderar la reconquista española y conseguir una gran participación social en esta cruzada.
Derrotar definitivamente a los nacionalismos recortando el modelo autonómico.
Obtener el máximo de réditos electorales
Estas son sus estrategias
Agitar y crispar a la sociedad española desatando su agresividad mediante una implacable campaña mediática que ya ha comenzado.
Trasladar la guerra al propio territorio vasco (viaje del Secretario General del PP a Gernika) o donde quiera que los vascos se hagan presentes (agresiones a Ibarretxe en Granada)
Utilizar como vanguardia del ataque a los sectores unionistas asentados en Euskal Herria (Gobierno de Navarra, y Diputación de Alava).
Adaptar los mecanismos jurídicos para utilizarlos contra el nacionalismo.
Amenazar continuamente con la suspensión del régimen autonómico mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Establecer alianzas con todos los sectores dispuestos a participar en la reconquista (muchos periodistas y el empresariado español ya se han alistado)