País Vasco
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17 de mayo del 2004
Como primer paso sugieren a Zapatero acabar con la dispersión
carcelaria de los presos vascos
Intelectuales y ONG's instan al
gobierno español y a ETA abrir un diálogo sobre Euskadi
Un nutrido grupo de intelectuales, activistas y asociaciones internacionales
de defensa de los derechos humanos pidieron en un manifiesto se abra un proceso
de "diálogo" para iniciar una vía de pacificación del histórico conflicto del
País Vasco, al reclamar "gestos recíprocos" tanto al gobierno, del socialista
José Luis Rodríguez Zapatero, para que sea receptivo a este mensaje, como al
grupo armado vasco ETA, para que "deje las armas" y abandone definitivamente la
violencia.
El Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, fungió como vocero del
manifiesto, al que dio lectura hoy en Barcelona, en representación de
organizaciones, como la Federación Cultura de Paz, presidida por el ex director
de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, y de activistas como Colin Archer,
secretario de International Peace Bureau, Chico Withaker, secretario del Foro
Social de Porto Alegre y la presidenta de The Haghe Appel for Peace, Cora Weiss.
Ante "un momento histórico" como el que vivimos desde los brutales atentados del
pasado 11 de marzo en Madrid y la posterior derrota electoral del derechista
Partido Popular (PP), los firmantes del manifiesto instaron a las partes en
conflicto a "dar pasos hacia delante" para "buscar soluciones mediante el
diálogo". Las medidas que debe adoptar el nuevo gobierno español para acercar
"la paz a Euskadi" son, a juicio de los activistas, al menos tres: el
acercamiento de los presos etarras a prisiones de la región, la desaparición o
derogación de la Ley Orgánica de Partido Políticos, creada ad hoc por el
anterior gobierno del derechista José María Aznar para ilegalizar a la coalición
de la abertzale (nacionalista) vasca, Batasuna, considerada brazo político de
ETA, y, por último, "la profundización del diálogo".
"Pedimos a ETA que deje las armas y al gobierno español a que tome medidas para
favorecer el diálogo", entre ellas un reclamo histórico de los independentistas
radicales vascos -el acercamiento de los presos a cárceles de Euskadi, negada de
forma sistemática por la anterior administración española-, señalaron.
A juicio de los impulsores del manifiesto estamos ante "un momento histórico"
para resolver definitivamente el histórico conflicto vasco, al sostener que "los
atentados del 11 de marzo supusieron un rechazo unánime y absoluto de la
violencia" y que "el relevo en el gobierno español puede favorecer un espacio de
búsqueda de soluciones a través del diálogo que, desgraciadamente, fue
inexistente en los últimos años".
El Nobel de la Paz criticó la política de Aznar en relación con el conflicto,
una vez que asumió que "la lucha contra ETA se trataba de un problema policial y
negó el trabajo de mediación realizado hasta el momento", como Pérez Esquivel
realizó durante el gobierno del socialista Felipe González.
Los firmantes del manifiesto exigieron con firmeza a ETA que "haga un gesto
claro y contundente para abandonar la violencia y dejar las armas, lo que
contribuiría a crear un clima de serenidad, tranquilidad y apertura política que
permita la resolución del conflicto vasco".
El documento leído por Pérez Esquivel subraya que es esencial que en Euskadi y
en el Estado español "se pueda discutir libremente sobre los proyectos políticos
de futuro que la sociedad vasca quiera plantearse".