El padre Luis Farinello consideró hoy que el sacerdote Julio Grassi ganó "enemigos" con "sus relaciones con gente poderosa", como el ex presidente Carlos Menem o el ex ministro Domingo Cavallo, y señaló que no le gustaba "el estilo" de su par religioso para relacionarse con los medios y la política.

Farinello admitió estar "muy golpeado, muy triste" por la repercusión que adquirió el caso del padre Grassi, detenido por el supuesto delito de "abuso deshonesto y corrupción de menores", y dijo que "está muy confuso todo, uno no se anima a decir nada por temor a equivocarse".

Empero, resaltó que "a mí nada me escandalizaría a esta altura. Siempre hay pecado. El cura es un hombre, con todas las canalladas de los hombres. Se puede convivir con la fe y el pecado. Conozco gente de profunda fe que tiene debilidades que no puede superar, esto también es posible. Es tan misterioso el corazón del hombre... Quién no tiene vergüenzas o cosas escondidas, de una manera o de otra".

"Lo que más me preocupa de todo esto es nuestro pueblo: la gente está tan mal, hay tanta tristeza, desesperanza... como han engañado siempre los políticos, y las cosas poquitas creíbles también se derrumban, como que nos quitan la ilusión de creer que la honestidad es posible, que hay cosas transparentes y lindas a pesar de todo", indicó.

Según Farinello, "el cura tiene una misión divina, pero es un hombre. No vas a perder la fe en Dios por un cura, Dios es más grande que todos los curas juntos".

"La soledad a veces lleva a hacer cosas que con un núcleo afectivo fuerte como la familia no las cometerías. A veces se le pide mucho al cura: podés hacer mucho bien, podés hacer mucho mal. No me escandalizaría nada, sufro por la gente, por el pueblo, que necesita referentes claros, transparentes", continuó.