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Reportajes

5 de febrero del 2003

Entrevista a Fausto Bertinotti
El neoliberalismo barre a nivel mundial con el ciclo de centro-izquierda, un centro izquierda inoperante que está demasiado cerca de la derecha

Fernando Del Corro / Argenpress

Un mundo signado por extraordinarios cambios estructurales económicos, sociales y culturales sobre los que se asienta la 'revolución capitalista restauradora'', en la cual el tradicional sistema 'democrático', basado en los tres poderes, tiende a desaparecer, exige una respuesta que unifique a los diferentes sectores perjudicados, de donde surge la necesidad del desarrollo del movimiento antiglobalización, dentro del cual deberá desarrollarse la nueva izquierda..
Tal es el punto de vista expresado durante su reciente visita a Argentina por Fausto Bertinotti, el secretario general del Partido de la Refundación Comunista (PRC), de Italia, la tercera organización política de su país, luego del derechista Polo de la Libertad (PL), que lidera la Forza Italia (FI) del primer ministro Silvio Berlusconi; y de la opositora coalición El Olivo (IO), en la que se diluye el otrora rol dominante de los Democráticos de Izquierda (DS), herederos renegados del otrora gran Partido Comunista Italiano (PCI), de Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti..
'El movimiento antiglobalización es la base esencial para diseñar el discurso de la nueva izquierda sobre el rechazo universal al neoliberalismo', afirma Bertinotti, para quién 'la tendencia derechista que recorre Europa es consecuencia de la globalización en su fase más dura', por lo cual 'reclama políticas y gobiernos de derecha, lo que barrió a nivel mundial con el ciclo de centro-izquierda, un centro izquierda inoperante que está demasiado cerca de la derecha'..
En tal sentido, Bertinotti -principal artífice de la semana laboral de 35 horas en Italia-, marca diferencias entre esa constante en el Primer Mundo con el resurgimiento de proyectos populares en América Latina y destacó al respecto las recientes victorias de Luiz Inazio 'Lula' Da Silva, en Brasil, y del coronel Lucio Gutiérrez, en Ecuador, que se suman a la experiencia bolivariana que viene desarrollando Hugo Chávez en Venezuela, y otras que puedan producirse en el futuro como parte de lo que definió como 'espíritu latinoamericano', sobre todo en aquellos países con importantes etnias sojuzgadas. Dentro de esta reacción en América Latina remarcó la importancia que gana el rechazo a la Asociación de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en toda la región, ante el intento de forzar la 'integración subordinada' por parte del gobierno de los Estados Unidos de América; rechazo que ya tiene 'manifestaciones muy claras' en el caso de México con los miles de campesinos que deben dejar sus tierras y el crecimiento de la violencia represiva, en los mismos Estados Unidos, contra la creciente inmigración ilegal resultante de lo anterior..
Bertinotti expresó que 'ante el avance de la globalización y la debacle de la socialdemocracia, lamentablemente, no se produjo un crecimiento de las fuerzas de la verdadera izquierda' ya que, por el contrario, 'el resultado es un colapso de la política y de la cohesión social, con el consecuente enorme desgaste de la democracia', cuestión de la que responsabilizó al 'centro- izquierda que no vio la naturaleza antipolítica de la globalización, a punto tal que intentó aliarse con ella'..
El principal dirigente de la izquierda italiana, que visitó durante unos días Argentina para participar de un foro promovido por el Partido Comunista Español (PC) y que tuvo como anfitrión al Partido Comunista Argentino (PCA), remarcó la no neutralidad del proceso globalizador, 'contrario al desarrollo social, desintegrador de la vida civil, no sólo de la económica, que ataca a las familias y, dentro de éstas, perjudica fundamentalmente a los más chicos, a los que convierte en objetos sin futuro'..
Para enfrentar dicha 'revolución capitalista restauradora', Bertinotti propone 'unir en un mapa todas las fuerzas alternativas', entre las que citó a comunistas, ecologistas, católicos contestatarios, feministas y otras, 'que estén a la izquierda de la socialdemocracia europea', las que 'deben y pueden organizarse en forma unitaria en torno del movimiento antiglobalización', convirtiéndose en el centro del renacimiento de las políticas populares. Al respecto argumentó que 'la realidad de hoy nos empuja a volver a Carlos Marx para ver con claridad el proceso de globalización; las dimensiones transnacionales de las empresas; el aumento del porcentaje de la humanidad sometido a la explotación; la creciente importancia del trabajo inmaterial; el carácter permanente de la guerra, infinita e indefinida, tal como la propone (George W.) Bus; la mercantilización de la materia viviente; todo lo cual nos lleva de nuevo a la confrontación barbarie-civilización'..
Concretamente, sobre el tema de la guerra indicó que en Europa la postura de Bus y del premier del Reino Unido, Tony Blair, carece de todo consenso, ya que mucho más del 70 por ciento se opone abiertamente a ella, lo que, en el caso de Italia, crece día a día, sobre todo a medida que la crisis de IO y de los DS ha puesto en primer lugar el desarrollo de los movimientos sociales antiglobalización y el resurgimiento de la izquierda en los diferentes ámbitos..
Ante esto último, y preguntado a raíz de sus declaraciones al diario argentino 'Página/12' en el sentido de que 'con la izquierda en el poder se iba a la derecha: hoy es al revés', respondió que el gobierno de IO desgastó mucho la energía popular, 'como admite Sergio Coferatti', máximo sindicalista de DS, tras lo cual, con una sonrisa, y un breve 'es la opinión del periodista', contestó una consulta acerca de una reciente nota de tapa del diario milanés 'Corriere della sera', que lo deja bien parado al expresar que Bertinotti 'es un extremista coherente', mientras califica a los jefes de IO, particularmente de DS, como 'oportunistas incoherentes'.