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Reportajes

15 de junio del 2003

Guatemala: Entrevista a Dora Regina Ruano, sindicalista, salubrista, feminista

Anamaría Cofiño K.
La Cuerda

Tres campos de acción confluyen en Dora Regina Ruano, una mujer que transmite energía y vitalidad con su voz y presencia. Mientras ella habla, sin tapujos ni rodeos, yo voy anotando a la carrera sus reflexiones sesudas, experiencias jocosas, los desengaños y conflictos..
Dora quedó viuda a los 17 años. La represión política acabó con la vida de su esposo y la orilló a tener que salir adelante sola, llevando en el vientre una criatura que vio la luz cuando la violencia era el pan nuestro de cada día. "A mí me fue como perro pijaceado. Llegué a mi casa de arrimada, con carga. Allí sí fue mi mamá un punto estratégico: ella me aconsejó que trabajara. Yo iba a lavar ajeno, ayudaba en mi casa como sirvienta y estudié enfermería. La muerte de mi esposo me hizo participar. ¿Cómo iba a estar en mi casa llorando? Tenía que salir a denunciar"..
Actualmente, además de ser secretaria vocal del Sindicato del Hospital San Juan de Dios, está a cargo de la Comisión de la Mujer de la Unidad de Acción Sindical y Popular (UASP), organización que acoge a trabajadoras y trabajadores de diversos sectores que van desde el magisterio y salud, hasta caminos y telefonía. Es una de las pocas mujeres dirigentes dentro del sindicalismo guatemalteco. Para lograr llegar hasta allí ha tenido que dar varias batallas, no sólo con sus colegas sino por problemas de discriminación, atraso político, envidias y otras mezquindades. Con un espíritu indoblegable, mantiene una actividad tenaz a favor de la clase trabajadora y de las mujeres en particular, buscando siempre ser coherente con lo que dice y hace..
Accedió a la cita con toda la disposición y el interés del caso, ya que considera urgente denunciar las intenciones gubernamentales de privatizar los servicios de salud. Nos mostró una copia del Acuerdo Gubernativo No. 247-2002 en el que se aprueba la participación de Patronatos y Asociaciones Pro-Salud en los servicios pertenecientes al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social..
Nos informa que antes del 30 de junio deben formarse estas asociaciones que tendrán a su cargo no sólo la administración "total o parcial" de los servicios, sino el manejo de fondos, programas, etc. Con esto, dice Dora, "la prestación de servicios de salud quedaría en manos de la iniciativa privada y el pueblo tendría que pagar por ellos un alto costo, ya que el mismo acuerdo plantea que los patronatos establezcan tarifas o contribuciones a cambio de los servicios prestados", que les permitan recuperar los costos ¿de operación? Aparte del daño a la salud y la economía de la población que esto implica, advierte del peligro de darle un golpe a la organización de la clase trabajadora que, bajo estas nuevas condiciones, podría quedar anulada o dejar de existir. En el mencionado acuerdo leemos, bajo el subtítulo de Prohibiciones: "No podrán figurar en la Directiva de los Patronatos o Asociaciones Pro-Salud ningún funcionario o empleado de los servicios pertenecientes al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social ni los parientes legales de éstos"..
Ante semejantes perspectivas, Dora manifiesta una enorme preocupación y la necesidad de denunciar esta política que, unida a la privatización del sistema de educación y a la pretensión de prohibir las manifestaciones públicas, le daría un jaque mate a lo que con tanto esfuerzo se ha logrado durante años de lucha. Si a esto añadimos todo el daño que pueden causar los tratados de libre comercio y la implementación de las "recomendaciones" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), "realmente nos estarían aniquilando, matándonos de hambre"..
Durante nuestra amena conversación mencionó que la crisis en el sistema está provocando la muerte de mucha gente. En un hospital de la ciudad capital mueren ocho personas diariamente; numerosas mujeres fallecen por hemorragias o infecciones. La corrupción de algunos funcionarios es la causa de falta de medicamentos básicos. Las cifras son espeluznantes: para 12 millones de habitantes que somos, hay únicamente 22,000 salubristas. En Cuba, con similar número de habitantes, hay 350,000. Los números hablan solos. Dora dice que muchas plazas están congeladas, en espera de ver a quién se le otorgan. Los salarios son bajos; la carga de trabajo y las responsabilidades, inmensas: una auxiliar de enfermería gana 1,300 quetzales al mes (163 dólares, aproximadamente.) Nos dice que la persona que hoy ocupa el cargo de ministro tiene un grado militar, además de ser médico, y que muchos gerentes financieros son del partido oficial, FRG..
Así las cosas, no es de extrañar que el Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala (SNTSG), con 80 filiales y 14,000 afiliados (85% mujeres) en todo el país, esté preparándose para enfrentar la avalancha privatizadora. Dora afirma que el Estado debe ser el prestador de los servicios y que las comunidades deben ser tomadas en cuenta con sus necesidades y demandas concretas. Para este Primero de Mayo, ella estará junto al pueblo trabajador exigiendo el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y denunciando los planes neoliberales de privatización..
Antes de despedirnos pregunto: "¿sos feminista?" Y con una sonrisota brillante y segura contesta que sí, que ella considera que adueñarse de sí misma y sentirse orgullosa de ser mujer la hacen feminista. Hace tiempo perdió el miedo a hablar; dice que ya no les pone asunto a las burlas y desaires de los compañeros. "Tengo la suerte de haber crecido junto a hombres sabios; egoístas, sí, pero sabios". En este sentido, anoté otra frase que me parece ilustrativa: "Hay compañeros que comparten criterios conmigo, pero todavía no comparten el poder"..
La Cuerda, Año 6, Nº 56, mayo 2003