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3 de mayo de 2002
Jenin: Auschwitz o el gueto de Varsovia
James Petras
Traducido para Rebelión por L.B.
Aunque coincido con la caracterización global
que hace Saramago del ataque israelí contra los palestinos, opino que
la analogía más apropiada no es Auschwitz, sino la insurrección
del ghetto de Varsovia contra los nazis. Naturalmente, tanto los israelíes
como los nazis buscaban aniquilar el tejido social de la población oprimida
y expulsarla del territorio conquistado. En el caso de los nazis, por medio
de hornos crematorios y cámaras de gas; en los territorios ocupados,
a través del uso sistemático del terror y de la destrucción
de las estructuras básicas de la sociedad: vivienda, hospitales, escuelas,
carreteras, electricidad, agua, almacenes, alimentos, comercio, agricultura
e industria. En ambos toda la población masculina comprendida entre los
15 y los 60 años fue arrestada de forma sistemática e internada
en campos de concentración.
Sin embargo, la resistencia palestina de Jenin y de otras ciudades y campamentos
de refugiados es similar a la violenta insurrección de los judíos
del ghetto de Varsovia contra los nazis y diferente de la pasiva sumisión
de los judíos deportados a Auschwitz. Ironías de la historia,
los judíos israelíes destruyeron Jenin el mismo día (19
de abril) en que los judíos conmemoran la insurrección del ghetto
de Varsovia. El ejército israelí tomó prestadas de los
nazis de forma explícita sus tácticas de guerra urbana y provocó
una destrucción masiva al recurrir a tanques y transportes blindados
de tropas después de toparse con una fuerte resistencia en los combates
que se desarrollaron casa por casa. El Estado Mayor judío ordenó
que los tanques bombardearan los edificios con sus habitantes dentro y luego
arrasó las viviendas con bulldozers, sepultando a las víctimas
bajo los escombros. Las tropas de asalto nazis practicaron la misma política
de tierra quemada. El resultado es que tanto Jenin como el ghetto judío
de Varsovia presentan el mismo aspecto lunar y despiden el mismo hedor causado
por los cadáveres en descomposición sepultados bajo los escombros.
Son similares también las respuestas de los dos Gobiernos a sus crímenes
contra la humanidad: los combatientes resistentes palestinos y los judíos
alzados del ghetto son tildados de "terroristas". Sin embargo, el calificativo
que les aplica su propia gente es diferente. Tanto los combatientes callejeros
judíos de Varsovia como los milicianos palestinos son considerados por
sus respectivos pueblos como héroes nacionales.
La maquinaria propagandística de los Estados judío y nazi difundió
la misma propaganda falaz: la invasión de los ghettos y la destrucción
de la resistencia judía son descritas por los nazis como una "estrategia
defensiva", mientras que la destrucción del tejido social palestino es
descrita por el Gobierno israelí en términos de destrucción
de infraestructura terrorista. Sharon, como Goebbels, habla de buscar la paz
... a través del genocidio.
Tanto Hitler como los israelíes prohibieron a la Cruz Roja el acceso
a los ghettos para auxiliar a los heridos, enfermos y perturbados mentales.
La misma visión paranoica que llevó a la maquinaria bélica
de Hitler a asesinar a mujeres y a niños conduce hoy a los israelíes
a desafiar y descalificar a grupos pro derechos humanos, a las Naciones Unidas,
a la Unión Europea y a otras agencias humanitarias horrorizadas por la
masacre. Mientras que en su paranoia Hitler denostaba a todos los demócratas
críticos contra su política tachándoles de "antiarios",
Sharon y sus fanáticos cómplices de dentro y fuera de Israel acusan
de "antisemitismo" a la ONU, a la Cruz Roja y a otras organizaciones humanitarias
en arrebatos constantes de conducta psicótica.
La profunda irracionalidad de los líderes israelíes halla su mejor
ilustración en un incidente que tuvo lugar en el hospital psiquiátrico
palestino de Ramallah. Después de que un tanque israelí destruyera
una pared del asilo, un enfermo mental internado en el mismo preguntó
a su doctor: "żMe presta su móvil? Quiero llamar a la CNN y decirle
a Ariel Sharon que puede venir aquí y recibir tratamiento gratis".
La respuesta de los partidarios del Estado nazi y judío a los acontecimientos
de Varsovia y de Jenin son similares: celebraciones de victoria y declaraciones
de renovado apoyo. Alrededor de 100.000 personas, la mayoría judíos,
desfilaron en Washington coreando su apoyo incondicional a Sharon y a su campaña
genocida. Respetables médicos, dentistas, hombres de negocios, celebridades
de los medios de comunicación, recolectaron millones de dólares
para financiar la maquinaria bélica israelí. Mientras que profesionales
judíos y elementos progresistas de Israel huyen de su país por
inseguridad o por asco, líderes judíos de Israel y de los Estados
Unidos visitan la Argentina para reclutar a judíos depauperados de la
clase media ofreciéndoles pasaje gratuito, casa, subsidios, trabajo y
jardín -todo ello robado a los palestinos. Exactamente de la misma forma
como los nazis expulsaron a los judíos y confiscaron sus propiedades
para distribuirlas después entre sus acólitos.
Varsovia y Jenin: judíos como víctimas y judíos como opresores.
Descendientes de los héroes de los ghettos de Varsovia aplicando los
métodos y la estrategia de los asesinos de sus abuelos. Evidentemente,
hubo y hay entre los nazis y los judíos personas que se oponen a la maquinaria
de guerra nazi e israelí. Millones de disidentes alemanes socialistas,
comunistas, sindicalistas y demócratas fueron asesinados, encarcelados
y represaliados por el régimen nazi. En la actualidad, una minoría
de valientes israelíes protestan abiertamente contra Sharon y sus cómplices.
Exiliados progresistas alemanes condenaron la masacre de judíos de Varsovia
y algunos hasta expresaron su solidaridad con la resistencia. Igualmente, en
los Estados Unidos y en Europa grupos de judíos críticos condenan
la maquinaria bélica de Sharon. Pero los medios de comunicación
de masas no se hacen eco de esta denuncia. Son voces críticas que se
silencian. En los Estados Unidos solamente se escucha la voz y las imágenes
del Estado de Israel: poderosos funcionarios sindicales continúan adquiriendo
bonos con los fondos de pensiones de sus afiliados. La venta de bonos israelíes
se ha convertido en una industria floreciente.
Hollywood es cómplice. La diferencia reside en que, a diferencia de la
Alemania nazi, aún no ha surgido en Hollywood el productor que produzca
algo similar a "El Triunfo de la Voluntad", la glorificación de los desfiles
nazis realizada por Leni Reisenthal.
Compárense Jenin y Varsovia. En ambos casos el mundo, las democracias
occidentales, se mantuvieron al margen y se limitaron a contemplar la carnicería.
Horrorizados, pero sin voluntad para intervenir. Sin embargo, hoy, en Jenin,
a diferencia de lo que ocurrió durante la masacre nazi de los judíos
de Varsovia, nadie puede alegar ignorancia.
Jenin: el genocidio de nuestro tiempo. La destrucción del ghetto de Varsovia
no fue un acto único ejecutado por un único poder maléfico.
Los judíos no son el único pueblo que ha sufrido un holocausto.
Nuestro holocausto se llama Jenin. La insurrección palestina la lideran
nuestros combatientes de la libertad. El 19 de abril, en el curso de una ceremonia
celebrada en Buenos Aires para conmemorar el aniversario de la insurrección
del ghetto de Varsovia, Osvaldo Bayer evocó ante su audiencia mayoritariamente
judía la resistencia palestina de Jenin. Algunos asistentes aplaudieron.
La mayoría permanecieron callados.
Algunos críticos pueden objetar que Israel es una democracia mientras
que Alemania era un Estado totalitario. Israel es una democracia para los judíos
y un violento opresor para los palestinos de los territorios ocupados. En los
territorios ocupados Israel actúa como los nazis, robando la tierra y
el agua de los palestinos, encarcelando a millares de personas y demoliendo
las casas del "pueblo inferior". Otros críticos podrían argüir
que los palestinos practican el terrorismo contra los colonos de los territorios
ocupados y contra los ciudadanos corrientes del Estado de Israel, a diferencia
de los resistentes de Varsovia, que combatieron contra el ejército nazi.
La diferencia es sólo marginal: los combatientes de Varsovia también
mataron a funcionarios civiles alemanes, a polacos e incluso a colaboradores
judíos. La principal diferencia es de orden geográfico, una mera
cuestión de distancias: simplemente, en aquella época los alemanes
estaban demasiado lejos. Después de la guerra, la totalidad de la población
civil alemana fue severamente castigada por los crímenes perpetrados
por su Gobierno.
Como ocurre con todas la analogías, la analogía Varsovia/Jenin
tiene sus límites temporales y espaciales. Pero en sus aspectos básicos
revela una similitud espeluznante: en ambos casos, un pueblo heroico se alzó
en armas para repeler la agresión de la maquinaria militar de un Estado
genocida.