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"Este genocidio que comete EE.UU.
debe ser juzgado por un Tribunal Internacional"
29
de Octubre de 2001
Con James
Petras desde Nueva York
Por Mateo
Grille
Revista Caras y Caretas.
James Petras, profesor de Ética Política de la Universidad
del Estado de Nueva York en Binghamton, es uno de los mayores referentes
de la izquierda contestataria estadounidense, junto a intelectuales
de la talla de Noam Chomsky y George Jensen. Autor de más
de treinta ensayos e innumerables artículos periodísticos
sobre la política norteamericana, tanto en el plano interno
como de sus relaciones exteriores, ha incursionado con preferencia
en temas que hacen a la realidad latinoamericana y del Tercer Mundo
en general. En su casa del suburbio neoyorkino de Binghamton recibió
un interrogatorio a fondo de parte de CARASyCARETAS sobre la actual
situación internacional.
¿Qué piensa de las pruebas que Estados Unidos ha presentado
en cuanto a la autoría intelectual de los atentados en Nueva
York y Washington por parte de Osama bin Laden?
Decir intelectual es decir que es un adversario de Estados Unidos
como hay muchos otros dirigentes de organizaciones populares en
todo el mundo. Decir que es autor de los atentados, me parece muy
difícil. En primer lugar porque en una primera instancia
ni Bush ni Blair han presentado ninguna prueba concreta que vincule
a los sospechosos con Bin Laden ni con Al Qaeda como organización.
Más aún si tomamos en cuenta que el perfil de los
acusados es incompatible con lo que entendemos son los seguidores
de Al Qaeda y sus cuadros militares. Los sospechosos son gente de
clase media, en su mayoría con educación técnica
y llevan una vida cotidiana que no tiene ningún nada que
ver con las concepciones de un auténtico musulmán:
son gente que baila, que bebe alcohol, que fornican, etc. Tampoco
tienen entrenamiento con los Mullas de Afganistán ni mucho
menos con la frontera con Pakistán. Creo que en gran parte
han recibido otro tipo de entrenamiento. Cinco de los diecinueve
han recibido entrenamiento militar en los Estados Unidos, dirigidos
por las fuerzas armadas de Estados Unidos. Tres de esos cinco fueron
a Chechenia como agentes dobles y fueron entrenados por Estados
Unidos para realizar políticas de desestabilización
en Rusia, y después tenían otra agenda política
contra los Estados Unidos. Pero hay otro hecho: uno de los activistas
acusados llamó a sus padres para conseguir los dos mil dólares
para pagar su pasaje a Boston, donde está acusado de tomar
uno de los aviones que realizaron los atentados. El hecho de que
no los hayan descubierto antes me parece más que una falla
de inteligencia, una prueba de que esta gente no tenía vínculos
estrechos con grupos extremistas antes del atentado. Además,
nadie tiene pruebas de que estuvieran en los campamentos de Al Qaeda.
Creo que las pruebas indican que los sospechosos tenían una
independencia muy grande. Tenían su propia jefatura, sus
propias finanzas, etc. Pero deducir que a raíz de un encuentro
en Malasia con un supuesto dirigente de Al Qaeda, Bin Laden es quién
organiza todo esto, me parece absurdo. La coordinación y
precisión de los atentados no se pueden dirigir desde cuevas
en Afganistán. Creo que toda esa hipótesis no tiene
ninguna base sólida y simplemente es un pretexto para lanzar
una guerra y aprovecharla para imponer la hegemonía norteamericana
que ya estaba bastante debilitada en los meses antes del ataque.
Además sirve para distraer la atención económica
de un país que se ha caracterizado, cada vez que tiene una
crisis, de desplazar la atención hacia un enemigo externo.
Me parece que hay que analizar en profundidad el aprovechamiento
de esta guerra para despedir miles de obreros, canalizar recursos
hacia sectores militares y subvencionar grandes sectores que ya
estaban en crisis
.
¿Se podría decir que a partir de esta guerra se trata de
establecer un nuevo orden mundial o esta guerra es producto del
orden hasta ahora establecido?
Creo que debemos entender que el nuevo orden de Bush padre estaba
en pleno deterioro. En Medio Oriente, Iraq ya tenía relaciones
con los países árabes, estaba integrando la OPEP,
tenía visitas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
aumentaba su venta de petróleo, tenía apoyo de China,
Rusia y creo de Francia. Iran tenía relaciones con todo el
mundo e inversiones grandes de Europa y Japón. Todo el bloqueo
y el boicot norteamericano estaba muy deteriorado. Libia tenía
relaciones con Italia, el levantamiento palestino continuaba creando
tensiones y se puede decir que la derrota de Israel en el Líbano
aportaba su granito al desbalance de poder. Por eso hay que entender
que el nuevo orden mundial no funcionó. Estaba el poder de
EE.UU., su capacidad militar en Europa atacando Yugoslavia, recolonizando
con los terroristas albaneses a Kosovo y Macedonia, estaban bombardeando
Belgrado como expresión del poder de los EE.UU. usando en
estos casos fundamentalistas musulmanes como punta de lanza. Eso
vinculó a los EE.UU. con los que hoy son terroristas en Afganistán.
Debemos entender que el imperialismo norteamericano utiliza diferentes
metodologías y alianzas en diferentes contextos. Para conquistar
y dominar en los Balcanes tomó partido con los fanáticos
musulmanes, mientras que en otras regiones como en el sur de Asia
o el Medio Oriente apoya a fundamentalistas, y en Irán se
opone a éstos.
¿Qué papel juega Bush padre en esta guerra?
Creo que no mucho. El equipo de Bush hijo tiene su propia fisonomía,
aunque algunos son ex funcionarios como Colin Powell en el ámbito
militar o Dick Cheney y Donald Rumsfeld que antes estuvieron con
el padre y ahora con el hijo, pero hay muchos que no estuvieron
en aquella administración. De cualquier forma, en este contexto,
la agresividad y la guerra total que está lanzando Bush hijo,
es comparable con la guerra total que supo lanzar el padre contra
Iraq, donde murieron entre 500.000 y 1.000.000 de iraquíes
y están repitiendo la misma política ahora en Afganistán.
Es decir que por cada muerto en Nueva York hay cientos de miles
de muertos o desplazados en Afganistán.
¿Cuál es el verdadero conflicto, porque usted sostuvo hace
algunos días que era entre el imperio en crisis y los movimientos
insurgentes de protesta en el mundo?
El conflicto es entre un imperio que está proyectado para
dominar y las fuerzas populares en todas sus variantes. Ellas pueden
ser de izquierda o de la derecha fundamentalista. No hay una oposición
homogénea, sino que existen oposiciones de movimientos muy
diferentes que están en contra de la dominación de
EE.UU. y del neoliberalismo. Algunos para imponer una teocracia
y otros para buscar un proyecto socialista o socializante. Eso se
puede ver, por ejemplo, cuando EE.UU. anuncia que el primer enemigo
en las Américas son las FARC de Colombia y que van a fortalecer
el Plan Colombia con misiones de fuerzas estadounidenses cumpliendo
un papel operacional. Además de los 1.000 millones de dólares
ya invertidos, van a aumentar el apoyo económico y militar
en Colombia contra las FARC. Me parece pues bastante claro que la
guerra en Afganistán -como dice Bush- es una parte de una
guerra mucho más prolongada y extensiva. Y la definición
de terrorismo es tan elástica que puede perfectamente encuadrar
a cualquier guerrillero en América Latina y más adelante
a cualquier disidente o revolucionario en cualquier parte del mundo.
En este momento es bastante claro que quieren ganar Afganistán,
tomar el control y lanzarse a otras regiones o bien con una actividad
militar o a partir de amenazas de guerra. También han mostrado
una posición muy Amenazante hacia el gobierno de Hugo Chávez
en Venezuela.
¿Lo del 11 de setiembre pudo haber sido un autoatentado para, precisamente,
avalar posteriormente la intervención en cualquier país
donde haya movimientos sociales insurgentes o, justificar de alguna
forma este tipo de movimientos que se están dando con lo
de el Plan Colombia y lo que usted señala de Venezuela?
Esa hipótesis es bastante exagerada. De todas formas hay
algunas preguntas grandes que debemos pensar y que son bastante
raras. En primer lugar el hecho de que muchos de los llamados terroristas,
inclusive bin Laden, estuvieran en Albania cuando los EE.UU. estaban
montando sus asaltos contra los yugoslavos es raro. EE.UU. ayudaba
la entrada de musulmanes de Irán y Afganistán en Bosnia,
después colaboraba y entrenaba a los que venían durante
la ocupación de Kosovo. La idea de que la relación
de Estados Unidos con los fundamentalistas data de hace muchos años
y solo se remonta a la guerra entre los rusos y Afganistán,
es totalmente falsa. Durante todos los años de la década
del 90, EE.UU. tuvo relaciones íntimas, materiales y políticas,
con los fundamentalistas que integran la red de apoyo de bin Laden.
El segundo punto que debemos considerar es que cinco de los sospechosos
fueron entrenados en EE.UU. durante la década del 90, post
Afganistán. Y como tercer punto podemos ver que algunos de
los sospechosos tenían vínculos con Chechenia. Estos
temas desaparecen de la prensa. Apareció un día en
el The Washington Post y nunca más, silencio total. Y cuando
preguntamos al Departamento de Defensa sobre este hecho, decían
que eran nombres equivocados y que era información mal elaborada
pero sin comentarios mayores. Decían que sería una
coincidencia de nombres entre los que entrenaban en las bases y
los que viajaban en el avión del atentado. Argumentos bastante
tendenciosos y que no convencen a nadie. Yo me pregunto cómo
explicamos las operaciones de entrenamiento militar de varios de
los sospechosos y luego los atentados. Es algo que, al menos, debemos
pensar sin caer en hipótesis demasiado especulativas.
En estos días se ha señalado que esta guerra es simplemente
por petróleo y que no hay que posicionarse ni por unos ni
por otros porque, en definitiva, el principal acusado hasta hace
algún tiempo era entrenado por la CIA. No creo que sea una
guerra solamente por petróleo y tampoco creo que esto se
pueda simplificar diciendo que bin Laden puede ser de la CIA o era
de la CIA. Eso, se me ocurre, simplifica mucho la situación.
Creo que EE.UU. utiliza Afganistán como un ejemplo de castigo
y un aviso a los países que no se alineen tras EE.UU. Los
que no estén con él, pueden sufrir las consecuencias.
Más aún, creo que esto es una proyección del
poder para subordinar los países a su dominio, sumando cuestiones
político-militares frente a la crisis económica y
el deterioro de su influencia. Creo, además, que debemos
entender más allá de la crítica al atentado
por la pérdida de vidas humanas, algunas cosas. Los EE.UU.
están matando a miles personas en Iraq cada año, y
hay miles de personas que están sufriendo bajo el dominio
de EE.UU. en Asia, Africa y América Latina. Y no es posible
creer que alguien no puede tomar posiciones frente a esta guerra
genocida independientemente de lo que uno piensa frente a su gobierno.
Es inmoral, me parece, posicionarse en la teoría nada nueva
de los dos demonios. Porque del lado de Afganistán hay un
pueblo de millones de personas que sufren los bombardeos y es obligatorio
para nosotros decir que esto es un genocidio. Creo en la necesidad
de montar un Tribunal Internacional para juzgar un genocidio anticipado.
¿Hasta qué punto se están limitando las libertades
civiles en EE.UU.?
Están aprobando ahora una legislación que suspende
el hábeas corpus, están controlando las comunicaciones,
han aumentado la persecución de las personas que tienen posiciones
críticas o personas del Medio Oriente. Hay una presión
y un terror psicológico que está inhibiendo cualquier
posición de crítica hacia el gobierno con una histeria
mediática que afecta a millones de personas. Es un clima
medio policial hasta el momento, pero la legislación que
están aprobando contiene cuestiones que tendrán gran
impacto sobre la capacidad de criticar que ya está limitada.
Y las restricciones no solamente vienen desde la derecha. También
están los autotitulados liberales junto con la derecha dura.
¿Qué opinión le merece que el gobierno de EE.UU haya
declarado su intención de que los medios de prensa no emitan
mensajes de la organización Al Qaeda o del propio bin Laden?
Les avisaron entre comillas. Dijeron que información de ese
estilo perjudica la guerra y perjudicar la guerra significa para
ellos la traición, porque serían informantes del terrorismo.
Y todos los editores lo entendieron así y censuraron o cortaron
cualquier noticia que proviniera de esos lados. Ahora, además,
están en una gran campaña para silenciar la cadena
televisiva Al Jazeera que emite noticias desde Qatar en un plano
enormemente objetivo, tanto de bin Laden como de Tony Blair. Powell,
Rice y toda la cúpula norteamericana están ejerciendo
una enorme presión hacia el gobierno de Qatar para silenciar
esta emisora. No pueden tolerar ninguna voz disidente ni aceptan
debates controversiales. Destruyeron las emisoras como blanco principal
en Afganistán. Eso es un indicador de inseguridad frente
a las mentiras que están circulando y la necesidad de esconder
el destino final de los afganos.
En ese marco también está la muy poca publicidad que
se le da a voces como la suya, la de Noam Chomsky o Susan Sontag
en EE.UU.
Exactamente. No tenemos acceso a los grandes medios ni a columnas
de diarios ni a las revistas supuestamente progresistas. Es todo
muy limitado. Llegamos tal vez a revistas de 5.000 o 10.000 lectores
que son los convencidos de siempre. En contraste, en Francia, donde
estuve con Chávez hace algunos días me entrevistaron
varias radios, publiqué dos artículos en El Mundo
de España con una circulación de 500.000 ejemplares,
en Holanda también, en doce radios de Argentina, publicamos
también en Página 12 y otros medios. EE.UU. es el
país más cerrado desde el ángulo de circulación
de ideas críticas con relación a cualquier país
del mundo occidental.
¿Qué papel deben jugar los medios en este conflicto?
Como siempre, hay que ser objetivos. Permitir las posiciones de
todos. Tanto de Bush como de bin Laden. Publicar e investigar las
acusaciones de destrucción de pueblos y el sufrimiento del
pueblo afgano. No simplemente el número de aviones que vuelan
sobre el cielo de Afganistán, o el número de bombas
que caen y repetir mil veces por hora que no es una guerra contra
el pueblo, sino contra el terrorismo. Eso no es periodismo. Es increíble.
Si vienes aquí verás que los medios son monolíticos
y repetitivos. Reciben desde el gobierno una cosa que llaman noticias
y repiten mil veces lo mismo con alguna variante. Los expertos que
citan repiten lo que dice el gobierno y la mayor discrepancia es
si deben conquistar Afganistán para atacar otros países
o deben hacer los ataques simultáneos. Ese es el nivel de
discusión existente. Y no hay ninguna discusión sobre
el papel de Israel, sobre el terrorismo de Israel. Muchos menos
discutir la enorme influencia que tiene el bloque judío aquí
que quiere enfocar la guerra ahora contra Iraq, con sus voceros
en el gobierno que son extremistas y están en el Departamento
de Defensa.
¿Cuál es el papel real del conflicto entre Israel y Palestina
en esta guerra?
Es obvio que la política israelí durante y desde antes
del mal llamado Tratado de Paz fue la de expulsar palestinos. Durante
el gobierno de Barak construyeron más colonias que en cualquier
otro período de la historia de Israel. Este proceso de expulsión
tiene su sustento en que los palestinos tienen ya otro país
llamado Jordania. Es una política para forzar a los palestinos
a abandonar las tierras y el gran Israel así poder controlar
no el 90% de los recursos, sino todo. Eso no solamente pasa por
los derechistas y halcones como Sharon sino también en el
sector del laborismo.
¿Qué opinión tiene en relación a la posición
de la mayoría de los países del mundo que se han alineado
tras EE.UU., argumentando que esto debe ser considerado como un
acto de legítima defensa?
Creo que algunos lo han hecho porque comparten los intereses de
mantener el imperio norteamericano, pues además son los beneficiarios,
dependen de préstamos y están integrados al imperio
a partir del neoliberalismo. Para ellos, lo que dice el maestro
es lo que deben cumplir. Por otro lado, hay otros países
que tienen dudas y que se han puesto a pensar si pueden negociar
algún beneficio a partir de su colaboración. Esos
son los pragmatistas y oportunistas que quieren más préstamos,
mayor armamento para el ejército y además pretenden
evitar sanciones por violación a los derechos humanos. Después
están los tímidos que mientras critican a los EEUU
los están poyando, como Arafat en Palestina que creo lo ha
dejado bastante claro Bush, en la medida que sentencia que sería
buena cosa tener un Estado palestino a cambio del apoyo a su cruzada.
Obviamente que son estúpidos, porque una vez que gane Bush
los mandará al baño. Esta política de promesas
fáciles y olvido rápido es el padrón de la
guerra del Golfo y se repite en otras ocasiones.
¿Qué papel deberían jugar los países de Latinoamérica
en este asunto?
Una actitud valiente está en Hugo Chávez y Fidel Castro
en el sentido de rechazar el atentado y también la subordinación
en apoyo a la guerra de EE.UU. Es una posición muy positiva
y creo que el gobierno cubano critica la guerra y la intervención
haciendo referencia permanentemente sobre los efectos nefastos que
sufre el pueblo afgano, cosa que me parece muy valiosa. En este
sentido, tanto el gobierno cubano como el venezolano, han mostrado
bastante coraje e independencia frente a las enormes presiones que
llegan desde EE.UU. El peor ejemplo, en cambio, es México
donde la política tradicional por la independencia, la autodeterminación
y contra la intervención está rota con Vicente Fox
y el cipayo más deshonesto en la historia de México,
Jorge Castañeda que entregaron el apoyo total de su país
sin conseguir siquiera una concesión para sus inmigrantes
en EE.UU.
¿Es sensato tirar bombas y emprender semejante acción bélica
y simultáneamente llamar esto como una acción humanista?
Es una de las cosas más cínicas hablar de guerra humanitaria
mientras hay más de tres millones de afganos que son desplazados
de su tierra para evitar las bombas de EE.UU. que destruyen todo.
Eso es una guerra total y no un acto humanitario. Es tan humanitario
como los nazis tirando bombas sobre la Unión Soviética
durante la segunda guerra mundial para "liberar" el mundo del comunismo.
¿Cuál debe ser el papel de los movimientos contestatarios
en Latinoamérica?
Yo creo que la guerra no cambió ni la crisis ni la desocupación
en Argentina, los Sin Tierra de Brasil siguen ocupando tierras,
los paramilitares en los últimos diez días han asesinado
a 150 campesinos y civiles. La lucha continúa por determinadas
reivindicaciones que deben seguir adelante. La crisis de los modelos
de exportación ha fracaso totalmente. El centro izquierda
de De La Rua y los demás de Latinoamérica no muestran
ninguna capacidad de proponer un modelo socialista. Siguen hablando
de neoliberalismo con programas de pobreza y desempleo.
¿Qué opinión tiene de los movimientos antiglobalizadores
que surgieron en Seattle?
Yo creo que son extremadamente importantes porque abren caminos
a la gente que está harta de la lucha parlamentaria, de la
lucha electoral que no llega a nada, que no produce ningún
beneficio para el pueblo tanto en Norteamérica o Europa.
Se ha logrado mostrar a partir de acciones y movilizaciones que
sí es posible confrontar el poder, que es posible desprestigiar
a las multinacionales. Creo que es un gran paso, aunque tienen limitaciones
en términos ideológicos porque la antiglobalización
debe ser antiimperialista, deben enfrentar el hecho de que la globalización
marcha con las guerras y deben manifestarse en contra de las guerras
imperiales. Pero es algo que hay que ver. Creo en el camino. Habrá
que esperar que la gente se recupere del shock, para que se vuelva
a la lucha. Hay muchos planes que tenemos los que participamos en
estos movimientos y en un futuro próximo vamos a volver a
las calles para comenzar ahora un frente nuevo en la lucha contra
las multinacionales y contra los Estados militares.