Documentos de Luis Mattini
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"La
ruptura de la lógica económica es central"
Por
Luis Mattini
/ La Fogata
arnolkremer@lafogata.org
Charla Debate: LOS TRABAJADORES Y EL PODER
El
ocho de Mayo, a pocos días de cumplirse un nuevo aniversario de la lucha
de los trabajadores por la jornada de ocho horas, el MRP de La Pampa organizó
una charla debate en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNLPam. a cargo de
Luis Mattini. Este obrero metalúrgico, con activa participación
en los sindicatos navales, UOM y ATE durante los ‘60 y reconocido dirigente del
PRT, desarrolló una charla en torno al tema "Los trabajadores y el
poder" . Destacaremos los principales tramos de esta charla, que aborda,
desde una nueva perspectiva, la conformación del sujeto social, las características
de la explotación y la opresión impuestas por el capitalismo monopolista
transnacional y las nuevas formas de lucha que las clases deben comenzar a articular.
El 1º de Mayo
La lucha de los mártires de Chicago era por la fijación de una jornada
laboral de ocho horas; no era una causa económica sino que tenía
que ver con la propia dignidad de los trabajadores.
A más de cien años, en
vez de haberse reducido a cuatro horas la jornada laboral, cosa que podría
ser perfectamente posible, hoy estamos ante la paradoja de que se trabaja mucho
más de ocho horas y que se haya elevado a cifras impensables el número
de desocupados en el mundo.
El capitalismo incluyente: la era de la mecánica y la electricidad
En la década del ochenta, aproximadamente en 1980, se produce un quiebre
en la historia de la civilización: el capitalismo que se había venido
caracterizando por ser incluyente, es decir que tendía a la incorporación
de la población a la sociedad, se transformó en excluyente.
Había sido incluyente porque
dada las características de la producción se necesitaba cada vez
más mano de obra. Los obreros, además de productores, eran tenidos
en cuenta como consumidores.
Los sindicatos:
Lógicamente, el rasgo esencial de este capitalismo era la explotación
del trabajador, y es por esta razón que surgen como forma de autodefensa
ante los capitalistas, la unión de los trabajadores, los sindicatos.
La fuerza que tuvieron los sindicatos
estuvo dada por la unión, pero además porque si los obreros no trabajaban,
el capitalista no ganaba. Además, no siempre podía reemplazar la
mano de obra porque ésta tenía un alto grado de especialización.
Esta situación fue conformando
un tipo de relación entre el capital y el trabajo en donde los obreros
tenían a la unión y a la huelga como instrumento de lucha por excelencia.
(Ejemplo: los anarquistas y la huelga general revolucionaria). Era la época
de la mecánica y la electricidad, hoy vivimos la era de la electrónica
y la informática. La mecánica no era incompatible con lo artesanal,
la informática sí lo es. Este período ha sido definido como
la "cultura chimenea": países con un alto nivel de industrialización
y con un rasgo esencial, desde el punto de vista de las clases populares, dado
por la impronta que ponía la clase obrera organizada en las luchas sociales.
El sindicato comenzó a ser el modelo para las luchas reivindicativas y
desde allí se fueron tomando las concepciones políticas. Este modelo
impuesto por la clase obrera, se trasladó a las otras clases sociales no
explotadas pero sí oprimidas.
En lo político, esta forma de
organización, se trasladó hacia el socialismo o el populismo propio
de América Latina como fue el peronismo en Argentina. Desde la clase obrera
fueron surgiendo las ideas de emancipación que tenían un ideal de
fondo que es el comunismo, es decir una sociedad sin clases. En esto coincidían
anarquistas, socialistas y marxistas.
El marxismo le pone a la perspectiva
de la lucha revolucionaria elementos racionales y científicos, pero el
paradigma seguía siendo la "cultura chimenea", en el marco de
una acumulación capitalista cada vez mayor y con una creciente incorporación
de la masas a la sociedad.
Las políticas de los estados
capitalistas estuvieron dirigidas a la inclusión. Por ejemplo, la educación
de Sarmiento propiciaba una educación utilitaria que permitiera la preparación
de la población para la sociedad moderna capitalista. Además, la
escuela educa en una disciplina: la cultura del trabajo, la honestidad. Era la
cultura luterana metida en la sociedad católica.
El capitalismo excluyente: la era de la electrónica y la informática
A fines de la década del ‘70, la humanidad llegó al punto más
alto de proletarización. Es el momento en que hay más obreros en
la historia de la humanidad. En este punto acaba la era de la mecánica
y comienza la de la electrónica y la informática. Se produce una
revolución tecnológica que hace que en forma vertiginosa el mundo
comience a desindustrializarse y haya cada vez menos proletarios ocupados. Este
proceso fue muy evidente en los países capitalistas desarrollados y en
la Argentina por ejemplo. Hay una tendencia a la descentralización, a las
fábricas chicas, a la robótica, que va reduciendo cada vez más
la mano de obra que produce plusvalía. El trabajador se torna fácilmente
reemplazable.
Este fenómeno produce una enorme
desocupación a la que el mundo capitalista le fue dando diversas soluciones.
Por ejemplo los países europeos, con resistencia de movimientos obreros
muy fuertes, hicieron esta reconversión trasladando la mano de obra industrial
hacia los servicios y sobre todo cortando la inmigración. En la Inglaterra
de Tatcher y en los EEUU de Reagan, el ajuste y la exclusión fueron más
salvajes por la falta de una fuerza sólida de oposición al capitalismo.
A pesar de estos cambios en la base
material el imaginario popular siguió teniendo como paradigma la sociedad
industrial y los métodos de lucha de la clase obrera. Pero la clase obrera
no es ya la más numerosa entre los trabajadores; la tendencia es a ser
cada vez menos numerosa. Aparece el fenómeno nuevo: el capitalismo deja
de ser incluyente para ser excluyente. Esta exclusión produce una contradicción
porque por un lado se tiende a reducir cada vez más la ocupación
de la mano de obra por una carrera desesperada para bajar los costos, pero por
el otro el capitalista se encuentra que esto le reduce el mercado. Como tendencia
se busca resolver la situación creando mercados de privilegio (por ejemplo
producción de autos de lujo). La masa de excluidos pasa a ser una masa
de marginados y el capitalismo no tiene respuesta para esto.
Las clases populares
Las clases populares, para revertir esta situación, deben reflexionar acerca
de los siguientes aspectos: las consecuencias de la exclusión; la estructura
piramidal de las organizaciones sindicales; la lógica económica.
La exclusión:
El mecanismo de exclusión
tiene la característica de crear una ilusión en el que está
transitoriamente incluido, quien hace todo lo posible para no caer en el pozo
del otro. Esto genera dispersión. El excluido está pensando en ser
incluido y el capitalismo juega con esto. Las formas organizativas deben tener
en cuenta tanto a los que trabajan como a los que no trabajan en el sentido de
generar redes solidarias entre todos ellos.
La estructura piramidal:
El movimiento obrero reprodujo
la estructura estatal. Es decir que el movimiento obrero, en lo que hace a la
estructura sindical, no terminó de romper con el capitalismo. Toma la estructura
estatal, es decir la estructura piramidal de organización. Piramidal no
quiere decir antidemocrático, pero sí sistema de delegación
de poderes. Hay una tendencia al deterioro de la representatividad. El delegado
de base, a medida que va ascendiendo en niveles de decisiones y responsabilidades
va siendo fagocitado por el sistema político-económico de la sociedad
en que actúa: comienza a privilegiar el consenso por encima de la lucha.
Este sistema de organización
hoy debe ser revisado a fondo. Por ejemplo no se puede plantear el apoyo a esta
CGT que existe por el concepto de CGT única.
Hay que empezar a pensar en una verdadera
autonomía de la clase obrera y estar atento a los nuevos movimientos que
surgen, como por ejemplo los piqueteros o Chiapas.
Buscar formas de organización
más horizontales y de representación más directas.
La lógica económica:
A través de un proceso
lento, el capitalismo ha logrado quebrar aquellas ideas originales de los anarquistas,
socialista y los primeros marxistas de mantener la dignidad y las condiciones
de trabajo por encima del salario. El salario es una cosa volátil, lo que
no es volátil es aquello que queda como condiciones de trabajo. Una reducción
de la jornada de trabajo es firme, el salario va variando según la economía
(por ejemplo inflación).
En la Argentina, en el ‘45, la clase
obrera recibe de golpe todas las conquistas por las cuales había luchado
cincuenta años. Y adquiere dignidad. Hasta allí tenía una
lógica social, pero a partir de ese momento se va metiendo cada vez más
en una lógica económica. Se va hacia una manera de pensar caracterizada
por darle prioridad a lo cuantitativos por sobre lo cualitativo. Según
esta lógica, todo se puede medir por el dinero, rasgo típico de
la sociedad norteamericana.
Esta lógica económica
también profundiza la tendencia a la salida individual por que el sujeto
piensa que puede ascender dentro del sistema sin ver que el mal está en
lo macro de la sociedad. Por esto la ruptura de la lógica económica
es central.
Formas de lucha
El boicot y la huelga:
El movimiento obrero ha perdido
como forma fundamental de lucha a la huelga, por la reemplazabilidad del trabajador.
No quiere decir que la huelga no tenga valor, sino que dejó de ser el arma
formidable que tenía el movimiento obrero. Por esto es necesario extender
el concepto de agremiación al conjunto de la sociedad; unificar productores
y consumidores. Cuando se plantea el conflicto, ver de conjunto cómo se
puede interesar a la población, pero no como una táctica dependiente
del movimiento obrero, sino a la inversa: que sea el conjunto de la población
el que se haga cargo de la lucha. Esto es el boicot. Por ejemplo cuando los docente
buscan el apoyo de los padres y alumnos, o cuando el 1º de Mayo, los trabajadores
de los supermercados del Gran Buenos Aires llamaron a la población a no
comprar ese día.
Reivindicaciones y objetivos:
Como reivindicación fundamental
debemos plantear la reducción de la jornada de trabajo y el avance hacia
una sociedad socialista. Se ha llegado a un nivel de capacidad productiva inédita
en la historia de la humanidad. La base material para el socialismo está
ampliamente lograda. La tendencia debe ser una justa distribución de la
riqueza y una reducción de la jornada de trabajo, sino no hay trabajo para
todos. Es una irracionalidad propia del capitalismo que se esté trabajando
14 horas por día en medio de una creciente desocupación. Si se sigue
así, es porque aún nuestra mentalidad es economicista, por esto,
LA RUPTURA DE LA LÓGICA ECONÓMICA ES CENTRAL.