9 de noviembre de 2002
EE UU contra Irak: una humilde propuesta
Noam Chomsky
El País
Los esfuerzos denodados de la Administración de Bush por hacerse con
el control de Irak -mediante una guerra, un golpe de Estado militar o cualquier
otro medio- han suscitado varios análisis sobre los motivos que los guían.
Anatol Lieven, socio principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional,
observa que los citados esfuerzos responden a 'la clásica estrategia
moderna de una oligarquía derechista en peligro, que es desviar el descontento
de las masas al nacionalismo' a través del miedo a los enemigos externos.
.
El objetivo de la Administración, afirma Lieven, es 'el dominio mundial
unilateral a través de la superioridad militar absoluta', que es la razón
por la que gran parte del mundo está tan asustada. Sin embargo, la Administración
de EE UU ha pasado por alto una sencilla alternativa a invadir Irak: dejar que
Irán lo haga. .
Antes de desarrollar esta humilde propuesta, vale la pena examinar los antecedentes
de la belicosidad de Washington. Desde los ataques del 11 de septiembre, los
republicanos han usado la amenaza terrorista como un pretexto para hacer que
se apruebe un programa político de derechas. Para las elecciones al Congreso,
la estrategia ha desviado la atención de la economía a la guerra.
Cuando la campaña presidencial comience, los republicanos no querrán
que la gente haga preguntas sobre sus pensiones, trabajos, seguros de salud
y otros asuntos. En vez de eso, deberían estar alabando a su heroico
líder por rescatarlos de una inminente destrucción por parte de
un enemigo con poder colosal, y marchando hacia el enfrentamiento con la siguiente
fuerza poderosa dispuesta a destruirnos. .
Las atrocidades del 11 de septiembre proporcionaron una oportunidad y un pretexto
para poner en práctica antiguos planes para hacerse con el control de
la inmensa riqueza petrolera de Irak, un componente central de los recursos
del golfo Pérsico que el Departamento de Estado, en 1945, describió
como 'una formidable fuente de poder estratégico, y uno de los mayores
premios materiales en la historia del mundo'. El control de las fuentes energéticas
alimenta el poder económico y militar de EE UU, y el 'poder estratégico'
se traduce en una palanca para controlar el mundo. .
Una interpretación diferente es que la Administración de Bush
cree en lo que dice: Irak se ha convertido en una amenaza para nuestra existencia
misma y para sus vecinos. Así que debemos asegurarnos de que las armas
de destrucción masiva y los medios para producirlas sean destruidos,
y Sadam Husein, el monstruo, eliminado. Y rápidamente. La guerra debe
hacerse este invierno. El próximo será demasiado tarde. Para entonces
el hongo nuclear que la asesora Condoleezza Rice predice puede habernos consumido
ya. .
Supongamos que esa interpretación es correcta. Si los poderes de Oriente
Próximo temen a Washington más que a Sadam, como aparentemente
sucede, eso sólo revela su comprensión limitada de la realidad.
Sólo es una casualidad que para el próximo invierno la campaña
presidencial estadounidense esté en marcha. ¿Cómo podemos lograr
entonces los objetivos anunciados? Parece que se ha ignorado un sencillo plan,
quizá porque se consideraría insensato, y con razón. Pero
es instructivo preguntarse por qué. La humilde propuesta es que EE UU
anime a Irán a invadir Irak, proporcionando a los iraníes el necesario
apoyo logístico y militar, desde una distancia segura (misiles, bombas,
bases, etc.) Actuando por poderes, uno de los polos del 'eje del mal' se enfrentaría
a otro. La propuesta tiene muchas ventajas sobre sus alternativas. .
En primer lugar, Sadam será derrocado; de hecho, despedazado junto a
cualquiera que esté junto a él. Sus armas de destrucción
masiva también serán destruidas, junto con los medios para producirlas.
En segundo lugar, no habrá bajas estadounidenses. Es cierto que muchos
iraquíes e iraníes morirán, pero eso difícilmente
puede preocupar a nadie. Las personas del círculo del presidente Bush
-muchos de ellos reaganianos reciclados- apoyaron a Sadam después de
que éste atacara Irán en 1980, ajenos al enorme coste humano,
o bien entonces o bajo el posterior régimen de sanciones. .
Es probable que Sadam use armas químicas. Pero los actuales dirigentes
apoyaron firmemente a 'la bestia de Bagdad' cuando usó armas químicas
contra Irán en los años de Reagan, y cuando usó gas contra
'su propio pueblo': los kurdos, que eran su propio pueblo en el sentido en que
los cherokis eran el pueblo de Andrew Jackson. Los actuales planificadores de
Washington continuaron apoyando a la bestia después de que cometiera
sus peores crímenes con diferencia, proporcionándole incluso medios
para desarrollar armas de destrucción masiva, nucleares y biológicas,
justo hasta la invasión de Kuwait. Bush número uno y Cheney también
autorizaron la matanza de los shiíes que llevó a cabo Sadam en
marzo de 1991, en aras de la 'estabilidad', como se explicó escuetamente
entonces. Le retiraron su apoyo a causa de su ataque a los kurdos sólo
bajo gran presión internacional e interna. .
En tercer lugar, la ONU no será problema. No será necesario explicar
al mundo que Naciones Unidas es relevante cuando sigue las órdenes de
Estados Unidos, pero irrelevante cuando no lo hace. En cuarto lugar, Irán
seguramente tiene credenciales mucho mejores que Washington para hacer la guerra,
y para dirigir un Irak postSadam. A diferencia de la Administración de
Bush, Irán no tiene un historial de apoyo al sanguinario Sadam y su programa
de armas de destrucción masiva. Se podría objetar, con razón,
que no podemos confiar en la dirección iraní, pero con seguridad
eso es más cierto referido a quienes siguieron ayudando a Sadam mucho
después de que cometiera sus crímenes más graves. Además,
nos ahorraremos el bochorno de profesar fe ciega a nuestros líderes como
en los Estados totalitarios a los que ridiculizamos con razón. .
En quinto lugar, la liberación será saludada con entusiasmo por
gran parte de la población, en mucha mayor medida que si los estadounidenses
efectúan la invasión. La gente les vitoreará en las calles
de Basora y Karbala, y podemos unirnos a los periodistas iraníes en la
aclamación de la nobleza y la causa justa de los liberadores. .
En sexto lugar, Irán puede hacer avances hacia el establecimiento de
una 'democracia'. La mayoría de la población es shií, e
Irán tendría menos problemas que EE UU en darles voz y voto en
un Gobierno posterior. No habrá problema en conseguir acceso al petróleo
iraquí, del mismo modo que las compañías de EE UU podrían
explotar fácilmente los recursos energéticos iraníes si
Washington lo permitiera. .
De acuerdo, la humilde propuesta de que Irán libere Irak es insensata.
Su único mérito es que es mucho más razonable que los planes
que se están ejecutando, o lo sería si los objetivos declarados
de la Administración tuvieran alguna relación con los reales.