Se quedaron todos
"Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan:
divididos seremos esclavos; unidos, estoy seguro que los batiremos, hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, y concluyamos nuestra obra con honor"
José de San Martín
Por Hugo Alberto de Pedro
http://usuarios.advance.com.ar/hugo-de-pedro/hdp.htm.
Si la velocidad de la luz se comparara con la de los políticos argentinos para apurarse en quedarse atornillados al poder, estaríamos ante un nuevo descubrimiento de la ciencia, o bien para ser más justos para el segundo caso ante un nuevo "proceso de ocupación democrática", que no necesitaría de los estudios de científicos sino de la simple observación y sufrimiento de cualquier habitante..
Decimos "ocupación" a la forma y la manera que los gerentes políticos han tenido la capacidad de desalentar el exigente pedido y reclamo de la mayoría del pueblo, el que asqueado solicitaba al unísono "Que se vayan todos". Aunque todavía sigue vigente esa premisa pero con mucha menos fuerza lo que posibilitó "Que se queden todos"..
Si bien la salida "por los aires" del último gobierno democráticamente elegido parecía ser el comienzo de un nuevo tiempo, éste una vez más se ha postergado dando la posibilidad de que los mismos de siempre estrechen filas olvidando intencional y rápidamente que no han tenido la capacidad y el patriotismo necesario para llevar por el buen camino el destino de la mismísima República..
Más de lo mismo y sin ningún tipo de cambio, o por lo menos de un innovador maquillaje mentiroso, vemos hoy nuevamente instalados en la vida política gubernamental y parlamentaria, a lo largo y ancho de nuestro extenso territorio, a los personeros que desde hace décadas hacen y deshacen a su agrado y al de sus mandantes cualquier desmán en contra de los intereses de todos. Es cómo recordar el célebre ciclo televisivo de "El hombre que volvió de la muerte" de Narciso Ibáñez Menta, porque para cualquier observador a fines del año 2001 estaban muertos en sus pretensiones de enquistarse en "sus" poderes, pero que sin embargo no van dejando las siete ranitas como pistas sino hambre, desnutrición, indigencia, represión, muerte, exclusión e injusticia..
Con la asistencia de los medios de comunicación y de los comunicadores se ha quitado del debate público la imperiosa necesidad de realizar un recambio total de la dirigencia política del país. Lo que nos llevó a tolerar nuevamente que aquellos que en veinte años de ininterrumpida vida teóricamente democrática ocuparan todos los espacios habidos, y los creados para cubrir solamente sus necesidades partidarias, lo sigan haciendo con una desfachatez insoportable tanto hoy como seguramente mañana..
La responsabilidad que le cabe a la clase política, en la calamitosa situación reinante y las necesidades que sufren millones de conciudadanos que las verán agravarse inexorablemente, es a todas luces producto de su incapacidad manifiesta y la perversidad llevada a cada uno de los que deberían haber sido honorables cargos electivos..
Muchos nos preguntamos si la responsabilidad en la falta de vocación de cambiar de una vez por todas las reglas impuestas no es de todos nosotros, o sea del conjunto de la población, debiendo a fuerza de toda sinceridad reconocer que la falta de conciencia y organización ha motivado perder una excelente oportunidad de cambio que muchos considerábamos como una etapa prerrevolucionaria. Ello es producto de haber delegado en los diferentes representantes todas las iniciativas de gobierno y las legislativas que demasiado daño han causado y muy pocas las soluciones que han aportado para encontrar la salida de la dependencia política y económica tanto externa como de los grupos oligárquicos internos..
No hemos podido dar vuelta la taba y que roten los vientos para cambiar todo, ya que solamente cambiar algo ha sido simplemente no cambiar nada..
La democracia por sí sola no produce ni propicia la verdadera participación democrática de los pueblos, cuestión ésta demostrada en todo el mundo, ya que es una doctrina convertida en sistema político con grandes falencias en asegurar el predominio del pueblo y el cumplimiento de sus deseos. Éstos se pierden inevitablemente en las de decisiones de los grupos de poder económico que han logrado apresar y asfixiar a los diferentes gobiernos y a las representaciones legislativas de los cuales son sus socios mayoritarios en la empresa de la indignidad democrática..
Para mantenerse en los sitiales que ésta representación democrática permite las diferentes "bandas" políticas hoy invierten sus tiempos y nuestros dineros en preparar un escenario mentiroso de elecciones presidenciales que tienen una vez más a ellos como exclusivos protagonistas y únicos beneficiarios..
Por todo esto, únicamente encontraremos una digna salida, la única posible si pretendemos un cambio serio y responsable, si conseguimos apartarnos de cualquier organización, partido o movimiento político existentes que indudablemente se encuentran vacíos de ideologías y doctrinas. Debemos encontrar en todas las nuevas formas de asociación popular la nueva manera de irnos reencontrando todos los que no bajamos los brazos ni arriamos las banderas por conseguir el poder nacional y popular que desde una visión progresista superadora e innovadora encuentre la salida para la refundación de la Patria, el bienestar del pueblo y la independencia política..
El "pasado" y el "presente" fueron de los que han quebrado el pacto de lealtad con el pueblo y han entregado todo por conservar su inocultable obsesión de manejar arbitrariamente los destinos de la Patria a nuestras espaldas y pidiéndonos los votos necesarios para confirmarse en sus sitios mugrientos de transas y corrupciones..
El "futuro" debe ser de todos los que sentimos que nuestras esperanzas de construir otro país es posible, basado en nuestras fuerzas y convicciones sociales y políticas, y que ese camino lo debemos emprender sin descanso alguno y con todos nuestros ímpetus y decisiones puestas en que al final del recorrido la Argentina será emancipada y liberada definitivamente para que en ella las próximas generaciones se puedan desarrollar libre y plenamente..
Para lograr esto es indispensable pensar que es posible exigirles a ellos que se olviden, tanto de seguir adelante como de que "Se quedaron todos".
5 de marzo del 2003