Señal de AlertA
Derecha e izquierda unidas, jamás serán vencidas!
por Herbert Mujica Rojas
El Comercio, el diario del odio y de la dinerocracia, clama porque se meta a la cárcel a los etnocaceristas que dirige Antauro Humala. El aún ministro Loret de Mola pide la penalización de los supuestos arrebatos golpistas de estas mismas personas. Un sociólogo pusilánime dice que los chicos de Miraflores, San Isidro y Monterrico corren peligro porque pueden ser fusilados y que el discurso de los antedichos es "racista". Aludiendo al mismo tema, Alfredo Barnechea concluye: ¿Bill Gates o Evo Morales? ¡Dios los cría y ellos se juntan! ¡Derecha e izquierda unidas, jamás serán vencidas! La travesura literaria de Nicanor Parra nunca pudo ser más cierta.
¡Pero no cualquier izquierda, la caviar, la de lujo, la de la mención en diarios, radios y televisión! Hay gente honesta de formación marxista, pelean con sinceridad y creen en los arcaicos esquemas de esa vertiente ideológica. Sin embargo, en un 95% de los casos ellos forman parte del proletariado sincero, nunca son los mangoneadores de las ONGs capta-dólares y tampoco viven mendigando las remesas del exterior, casi siempre de Estados Unidos o de Europa.
La derecha momia, aquella que ha preparado en los últimos 25 años a los tecnócratas que creen que su patriotismo es regalar el país con privatizaciones hechizas, concesiones disfrazadas o regalías mínimas para "no ahuyentar la inversión", es la que representa El Comercio que no ha tenido más lúcida idea que formar un "consejo consultivo", mazamorra que junta nada menos que al conocido empresario José Graña Miró Quesada, el de la CPT y luego de Telefónica; el del Banco Latino; el de Aeroperú; el mismo de Graña y Montero y su negocito interesante en Camisea con sociólogos, periodistas, "analistas", de la izquierda caviar.
Por eso ¡derecha e izquierda unidas, jamás serán vencidas! El esquema educativo nacional a través de sus instrumentos más adinerados, ha pergeñado un sistema perverso que sólo edulcora la entrega de nuestro patrimonio de mil y un formas. En nombre de la sagrada globalización sólo tenemos un destino inequívoco: poner en bandeja todas las riquezas peruanas a las poderosas firmas transnacionales. Ellos determinan los tributos que van a pagar, cuando buenamente quieren hacerlo, qué clase de empleados escogen y para qué o para quiénes producen determinados patrones de industria. En este momento sólo conviene envasar el gas de Camisea en tanques metaneros para llevarlo no a Estados Unidos, sino a México para que ellos lo revendan a mejores precios a su vecino norteño. El único que no importa en toda esta escala mundializada, es el país fuente, el Perú.
Y los cómplices en lo político son precisamente la izquierda caviar y la derecha momia que no desean mover un ápice el establishment porque perderían su ubicación privilegiada en ministerios, bancos, dependencias privadas y ONGs y porque se arriesgarían ¡sobre todo! a que les cuestionen los fondos que gozan sus principales gonfaloneros. En buen romance, ya no podrían cambiar de auto cada dos años, carecerían de casas de playa para el verano y de reposo en el invierno. Los genuinos luchadores sirven sólo para que los grandazos sigan engordando con descaro.
¡Derecha e izquierda unidas, jamás serán vencidas! Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!