LA FUERZA DE LA SOCIEDAD CIVIL DESPUES DE DOS AÑOS DE GOBIERNO DE ALEJANDRO TOLEDO
Por: Cristiano Morsolin
ARGENPRESS.info
Cristiano Morsolin es un periodista italiano fundador del 'Observatorio Independiente sobre la área Andina' SELVAS (www.selvas.org), operador de redes internacionales. Trabaja en Lima en la cooperación internacional y colabora con la Agencia de prensa de los movimientos populares de Latinoamérica ADITAL.
Después de dos anos de gobierno del Presidente Alejandro Toledo, la sociedad civil y los movimientos populares siguen vigilando la democracia en el Perú, en el respeto de los derechos humanos y en el ejercicio de la ciudadanía activa, un compromiso difícil después de una década de dictadura fujimorista.
Diferentes eventos impactaron la agenda nacional.
'PARA NO OLVIDAR...' Acto Público por Memoria, Verdad y Justicia - fue el evento realizado el 28 de julio en Lima donde artistas, intelectuales, creadores y diversas organizaciones sociales rindieron tributo a las víctimas de la violencia.
Cada 28 de julio los y las peruanas conmemoran el día de la independencia nacional. Discursos, homenajes, desfiles y demás rituales cívicos se organizan a lo largo y ancho del país para recordar los mitos fundadores de la nación. Sin embargo, en estos eventos oficiales, no se recuerda a quienes en nombre de la misma nación les ha sido negada la condición ciudadana, ocultando en el olvido las distintas formas de inequidad, violencia y exclusión de nuestra historia.
Frente a estas formas del olvido, al conmemorarse el tercer aniversario de la trágica muerte de los seis trabajadores del Banco de la Nación, diferentes organizaciones (como: Asociación Pro-Derechos Humanos (APRODEH), Colectivo por las Casas de la Memoria, Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH, Coordinadora Otro Mundo es Posible, Frente Amplio de Familiares y Víctimas de la Violencia Política, Movimiento Amplio de Mujeres (MAM), Movimiento Homosexual de Lima (MHOL), Movimiento RAIZ , etc.) convocaron a la ciudadanía a participar en el Acto Conmemorativo que rindió tributo a las víctimas de la violencia política y el autoritarismo de las últimas dos décadas.
Fue difundido un comunicado de prensa donde se enfatizo' que 'en las ultimas décadas el Perú ha vivido una de las experiencias mas dolorosas de su historia republicana, nos referimos al fenómeno de la violencia política. En dicho periodo se exacerbaron conflictos de larga data y se desataron fuerzas siniestras que produjeron, ante nuestra perplejidad, escenas de muerte, dolor y desesperanza. La violencia se impuso sobre el conjunto de la sociedad peruana, afectando con mayor crudeza a las poblaciones mas pobres, excluidas y étnicamente diferenciadas.
(..) Ciertos lideres políticos, congresistas y personaje públicos han argumentado que las voces de las victimas de la violencia no hacen sino abrir heridas que alimentan el rencor entre los peruanos, que la justicia reparadora de la dignidad de las personas solo constituye un acto premeditado de venganza, y por ultimo, entre otros sorprendentes razonamientos, que el dolor de los sobrevivientes de la guerra es un hecho privado que nadie tiene derecho a mostrar a la luz publica. Prefieren el olvido y la impunidad a la memoria y la justicia.
Estos mismos personajes son quienes han iniciado una peligrosa campana de desprestigio contra la Comisión de la Verdad y Reconciliación con el propósito de cuestionar la legitimidad de su trabajo y la trascendencia de su misión, manipulando, en forma irresponsable, las sensibilidades de una sociedad profundamente fragmentada y dividida.
Este evento no fue el único para convocar la ciudadanía a renovar el compromiso con la construcción de una nueva ética que mantenga vivo el recuerdo de los ausentes, a la espera de reconocimiento y justicia en la memoria colectiva de un Perú' que aspiramos mas solidario y justo.
También en el barrio urbano-marginal Vitarte de Lima, los jóvenes del grupo cultural 'Kaipacia' organizaron un festival de música, danza, expresión cultural bajo del lema 'No se puede sepultar la vida. no se puede sepultar el pueblo que busca justicia y libertad', con el apoyo de la Comunidad eclesial 'Santo Espirito' y de la ONG italiana ASPEm - Asociación Solidaridad Países Emergentes.
Significativa es la experiencia de las Casas de la Memoria (