Anochecer de un día de mano dura, cortes de calles y rutas en Perú
El gobierno de Perú impuso el "estado de emergencia" por
30 días y el ejército desbloqueó carreteras y protestas
sociales. Maestros y empleados del Poder Judicial continuarán con el
paro.
La policía antidisturbios vigila los alrededores del Congreso de Lima
tras el estado de emergencia.
Al amanecer de ayer ya estaba decretado el estado de emergencia en 12 de los
23 departamentos de Perú. El presidente peruano, Alejandro Toledo, así
apostó por la mano dura para frenar la ola de huelgas con cortes de carreteras
de los últimos días y sacó las fuerzas militares a la calle.
Los agricultores y los trabajadores administrativos del Seguro Social sucumbieron
a la medida y levantaron sus respectivas huelgas, pero los maestros y los empleados
del Poder Judicial se mantuvieron en sus posiciones y se declararon decididos,
sobre todo en el caso de los profesores, a un enfrentamiento frontal. Los choques
en distintas partes del país dejaron un saldo de al menos 13 policías
y dos manifestantes heridos y 68 manifestantes detenidos.
Es la segunda vez en menos de dos años en el poder que Toledo declara
el estado de emergencia para reprimir violentas protestas. En junio de 2002,
Arequipa (segunda ciudad del país con 700.000 habitantes) estuvo en emergencia
al ser epicentro de un estallido social contra las privatizaciones y el incumplimiento
de promesas electorales. Bajo la figura del estado de emergencia se entrega
el control del orden público a los militares, medida que el mandatario
decidió esta vez durante 30 días.
El ejército
ayer recuperó las carreteras tomadas y el fantasma del desabastecimiento
se disipó. En varias ciudades, especialmente Chiclayo, capital del departamento
de Lambayeque, unos 5000 profesores al servicio del Estado se enfrentaron con
la policía. En Huaraz e Iquitos, todas capitales departamentales, los
profesores y algunos eventuales aliados desafiaron la prohibición y enfrentaron
a la policía antes de que los militares asumieran su nueva función.
Los maestros desfilaron también en otros varios puntos del país,
incluido el distrito limeño de Independencia, a pesar de que el estado
de emergencia prohíbe este tipo de demostraciones.
Cerca del poblado de Apata, grupos de manifestantes bloquearon una carretera,
incendiaron al menos un tractor y rompieron las lunas de varios vehículos
policiales, mientras los agentes antimotines detuvieron a 35 personas. Tres
policías resultaron con lesiones de consideración y fueron internados
en un hospital de Jauja (Andes centrales), luego de que chocaron los huelguistas.
En Chiclayo la policía detuvo a 31 manifestantes. En la norandina ciudad
de Cajamarca fueron arrestadas 2 personas, según los informes.
Al menos dos personas resultaron heridas por los disparos del ejército
y de la policía peruana, que dispersó a un numeroso grupo de manifestantes
que bloquearon la carretera Panamericana Norte a la altura de la ciudad norteña
de Barranca, a 175 kilómetros al norte de Lima. El enfrentamiento se
produjo después de que los agricultores y pobladores de la zona se negaran
a dejar expedita la carretera a pesar de que su gremio anunció hoy la
suspensión durante 30 días de sus protestas.
Los maestros estatales iniciaron una huelga por tiempo indefinido hace 17 días
y anunciaron que seguirán con su medida, incluyendo movilizaciones en
las calles, pese al estado de emergencia. Los cerca de 280.000 profesores estatales
ganan en promedio unos 650 nuevos soles (cerca de 188 dólares). Y el
gobierno ha dicho insistentemente que no puede subir sueldos en el nivel que
quisiera sin afectar la disciplina fiscal y por eso sólo aprobó
un incremento del equivalente a 29 dólares mensuales a los profesores,
que solamente beneficiará a quienes en los próximos cinco días
abandonen la huelga nacional que arrancó hace tres semanas.
También continúa otra paralización de los servidores del
Poder Judicial, mientras que una huelga de agricultores que se había
iniciado el lunes fue suspendida hasta que se levante la emergencia. Igualmente
sucedió con otra de médicos y enfermeras de la seguridad social.
Entretanto, las fuerzas políticas se dividían ayer entre quienes
consideran que el Estado de Emergencia era inevitable y quienes lo criticaron,
destacando entres éstas últimas el Partido Aprista Peruano, principal
grupo de oposición y sospechoso eterno de estar detrás de la agitación