VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
País Vasco

La guerra de los mundos

Nebera

Los medios de comunicación nos han hecho fijarnos en este nuevo producto de la industria del cine americana, versión moderna de la realizada por Orson Welles en 1983 con muchos mas efectos especiales y medios económicos dirigida por Steven Spielberg. 

La primera de las películas, me imagino que esta de ahora también, se baso en una novela de ciencia ficción escrita por Herbert George Wells en 1898 la cual mereció en su día una critica paralela a las conquistas coloniales en Africa, Asia y América por parte de Europa.

Lo que la pantalla y la ficción quiso transmitir de dos mundos entre el terrenal y el supuesto invasor extraterrestre se acondiciono a la realidad de los dos mundos terrenales. Son los llamados 1.mundo que siempre implica aquellos que poseen el poder y el 3.mundo que son los que lo sufren.

La guerra de los mundos como todas las guerras es grafismo puro de muertes, conquistas y subordinación del menos poderoso frente al todo poderoso. La guerra siempre es así.

Han pasado muchos años desde que H. G. Wells escribió su novela que visto lo visto no ha perdido frescura en cuanto a la guerra de los mundos.

El mundo entero siempre en guerra.

El 1.mundo frente al 3.mundo

El mundo capitalista frente al mundo socialista.

El mundo "democrático" frente al mundo "terrorista".

Que falacia. El hombre contra el hombre sin excluir a las victimas inocentes de todo conflicto que si es armado se magnifican y multiplican.

Este mundo no necesita de la ficción para crear sus propias guerras, o para justificarlas si hace falta. No necesita de naves marcianas ni hombrecitos verdes sobre los que descargar sus bombas atómicas o de "uranio empobrecido". No necesita de agresión-respuesta para empezar a dar primero.

La guerra es algo tan habitual que mueren mas en periodos entre "guerras mundiales" que durante el transcurso de estas mismas.

El hombre, sin desmerecer sexo, condición o edad, es uno de los pocos animales que goza con el sufrimiento ajeno, no estoy hablando de masoquismo, y hace del terror la fuerza mas disuasoria que conoce. Es el terrorismo de estado y del poder.

Los medios de comunicación han creado entre nosotros una conciencia laxa en la proliferación de imágenes de muerte y desolación.

Nos acostumbramos al hambre de otros y contribuimos, los mas sociales, con un donativo que posiblemente nunca llega a quienes mas lo necesitan en una hambruna perenne. Seguramente priman los intereses individuales de quienes prefieren los muertos frente a un desarrollo sostenido y razonable que revierta al pueblo llano, pueblos pobres ricos gobernantes van parejos.

El pensar, dudar mas bien, que el montante de estos donativos rara vez llega a buen fin no justifica el mirar hacia otro lado, las imágenes siempre hieren nuestras conciencias, y cambiar de canal. Seguramente nada lo justifica.

Esta misma conciencia distendida nos mueve a llorar nuestros muertos y ver los otros como parte de esa película, efectos especiales, de la que ahora hacemos propaganda muy a mi pesar.

Ayer pararon en un silencio medido y controlado de dos minutos parte de la Europa democrática e institucional por el ultimo atentado del "terrorismo islámico" en Londres.

Que vergüenza funcionarios y políticos parando 2 minutos por 54 muertes. Las imágenes desde Bagdad de 25 nuevas muertes entre las que se encontraban 18 niños de corta edad no han merecido ni tan siquiera unos segundos de silencio.

Es cierto que si los políticos y funcionarios tuviesen que salir a mostrar su rostro de piedra y su silencio mas férreo por cada uno de los atentados terroristas que día tras día revientan Irak desde que Estados Unidos, Inglaterra y España decidieron invadirlo el resto íbamos a comprobar la inutilidad de sus funciones y lo optimo de su inactividad y eso puede ser muy, pero que muy, peligroso.

Que vergüenza que Blair continué culpando al terrorismo islámico de un terrorismo sin asumir que el ahora atentado de Londres, como antes fue el de Madrid y mañana puede ser, así lo han dicho, en Italia o Dinamarca, son la respuesta a su terrorismo mucho mas cruel que continua sumando cientos de muertos, miles de heridos, millones de perdidas y un país reventado y al borde de una guerra civil que de otra forma nunca se hubiese declarado.

Estoy convencido que este mundo dirigido por quienes tienen el poder económico, la industria armamentística es una de las mas poderosa y entre las mas poderosas y sus ubicaciones hay que situarlas en Estados Unidos, Francia e Inglaterra, que hacen de la guerra su negocio y su justificación. Que pagan campañas electorales, ponen y quitan presidentes según convenga desde un discurso que hace creer a los votantes que su voluntad y voto ha sido quien ha potenciado la continuidad de Bush o Blair.

Mas cerca de todos nosotros hay un mundo, el capitalista, que esta sembrando muerto a muerto, día tras día la agenda de unos sindicatos demasiado bien pagados para hacer de la protesta algo mas que una concentración, silenciosa para no molestar, frente aquellos tajos donde se revientan las ilusiones de quienes tienen que vender su trabajo en situación de desamparo que tantas veces acaba en el tanatorio. También hay muertos que nunca serán velados.

Son dos mundos donde solo uno pone los muertos, dos mundos donde solo uno cosecha intereses y réditos, dos mundos enfrentados.

Si hojeamos cualquier periódico veremos a grandes titulares los atentados y sus muertos, en paginas interiores podremos ver los muertos en Afganistán o Irak y seguramente tendremos que leer todas las secciones del mismo para ver aquellos que han muerto en el trabajo.

Son muertos incómodos. El capital y sus inversiones son los que mantienen un estado aun cuando sus figuras mas representativas ingreses sus beneficios en paraísos fiscales, laven sus capitales y evadan sus impuestos con una desfachatez que raya el insulto.

Para los otros, los que revientan, sobre los que se caen los andamios, los que mueren contaminados, quienes se caen desde andamios levantados a destajo... para estos muertos los seguros han valorado a tanto el kilo y pagan a regañadientes.

El mundo en guerra no es ficción, es solo cuestión de ser consciente de nuestra realidad sin limitarla allí donde nuestra vista alcanza, también los hay miopes que no logran ver las lejos de sus chatas narices.

Un mundo mejor, un mundo feliz, un mundo diferente.

Estamos posibilitando desde nuestra apatía un sinfín de guerras a la carta que nuestros herederos, quienes los tenemos, algún día tendrían toda la razón si nos lo reprochan.

Somos consecuencia directa de nuestros propios miedos.

Nebera

Intxaurrondo (Euskal Herria) 2005.julio.15