Seis escenarios que dibujan una encrucijada decisiva para Euskal Herria
Una semana de espacios interrelacionados en los
que se advierte una encrucijada, un espacio fronterizo entre una época que no
acaba y otra que no termina de llegar
Gara
Ilegalización:
La semana empezó mirando a las
urnas. Batasuna hizo el domingo algo tan normal como presentar sus cabezas de
lista. Pero hay quien vende esta candidatura como una «provocación», el
presidente español la tacha de «desafío» y Lakua prefiere sacudirse de hombros.
Y, por si quedara alguna duda, ahí está la nueva lista negra del CNI y la
Guardia Civil, con 1.500 nombres. Pero hasta Jesús Eguiguren asume en estas
mismas páginas que sin la izquierda abertzale no hay arreglo posible. ¿Entonces?
ETA: Semana de detenciones policial y mediáticamente sonadas, primero en
Basauri y luego en Valencia. Para responsables policiales como Javier Balza,
está claro que la organización armada ha pasado a otra fase diferente a la de
los últimos dos años. Sólo ETA lo sabe. Pero tras el incesante ruido de
«filtraciones» sobre objetivos, procedimientos o cartas se intuyen también
algunos intereses determinados.
Presos : En paralelo a los arrestos crece el número de encarcelados, y
no existe una sola señal que indique que su situación vaya a mejorar a corto
plazo. El movimiento pro-amnistía interpreta ya a estas alturas que los estados
han decidido crear «una gran bolsa de presos que utilizar como chantaje».
Redadas como las «preventivas» difícilmente tienen otra explicación.
Audiencia Nacional: El juicio a los jóvenes abertzales sigue poniendo de
manifiesto el absurdo de la acusación y del propio tribunal especial, que hace
aguas hasta para encontrar traductores. Pero en su auxilio llegan los tribunales
franceses, con la aprobación de una eurorden más que simbólica.
Irlanda: Todos, hasta CECEAbc, le han pedido opinión, pero el mensaje
envuelto en celofán de Gerry Adams no ha agradado a los oídos españoles. El
conflicto irlandés comenzó a entrar en otra fase cuando los presos fueron
reconocidos como agentes políticos, cuando a Adams se le empezó a oír en las
radios y televisiones, y cuando todos, también el Sinn Féin, se sentaron en una
mesa. Yésa no es la receta que más gusta en Madrid.
La Moncloa: Zapatero se especializa en la insinuación. Esta semana ha
patentado el término «arriesgar», que de momento, a lo que se ve, está vacío.
Pero su léxico indica que el Gobierno español busca ir creando otro clima.
Ymientras tanto Zapatero sondea en el perímetro externo de la izquierda
abertzale con entrevistas «discretas».
En resumen, muchos escenarios y protagonistas en una semana intensa. Espacios
interrelacionados en los que se advierte una encrucijada, un espacio fronterizo
entre una época que no acaba y otra que no termina de llegar. Un cruce en que
los avances parecen muy dificultosos, pero en la que los retrocesos serían
quizás irreparables.