5 de diciembre del 2002
Repensando a Gramsci: La comodidad de la clase media
Héctor Acosta Martínez
Argenpress
El filósofo italiano Antonio Gramsci soñó alguna
vez que la clase media podría unirse alrededor de un proyecto revolucionario
y liderizar cambios profundos en la sociedad, creando lo que él mismo
definió como el Bloque Histórico, marcando clara distancia con
Marx, quien decía que era la clase obrera y no otra la que debía
tener la responsabilidad de generar los cambios revolucionarios.
Pero lo que Gramsci nunca se imaginó es que la clase media devendría
en un bloque híbrido, sin consistencia ideológica, con una clara
conciencia de sus intereses particulares que la inclina a la aspiración
de un ascenso social a costa de lo que sea, pero con muy poca fuerza y consistencia
por alcanzar estos propósitos, ya que para esto somete el bienestar social,
haciendo alianza con sus eventuales verdugos. Aunque lo realizado hasta ahora
es lo que se denomina una Generalización, sí es bueno reconocer
que también en los sectores medios existe una masa crítica que
aúpa el diseño y ejecución de políticas progresistas,
de tal manera que cuando generalizo es porque la estoy haciendo un conglomerado
homogéneo, con algo que ella no tiene que es conciencia de clase para
sí, ya que si en algo está clara la clase media es que no quiere
ser clase media, dadas sus motivaciones de alcanzar la tan ansiada movilidad
social. Quiero decir, entonces, simplemente, que existen grandes y honrosas
excepciones que nos obligan a reconocerlas.
De tal manera que cuando llevamos a chiquito este análisis nos encontramos
con que ahorita, en este momento en nuestro país existe una gran alianza
de la clase media con los sectores poderosos, para evitar los cambios que se
acometen en pro de achicar las diferencias entre los sectores más desfavorecidos
y los que todo lo tienen. Pero la clase media aquí actúa por mampuesta,
ya que es la que da la cara ante el país, mientras que los que capitalizarían
un eventual triunfo de esta sedición están en el umbral, están
en la penumbra del escenario, están en esos negros que se hacen alrededor
de la claridad, están escondidos a la espera de la bajada de telón
definitiva. La clase media lo sabe, pero trata de ignorarlo porque estar al
lado de los poderosos aunque sea por algunas horas es una de las maneras de
sentirse reconocida, por eso aspira a una foto con los conocidos, si es en las
páginas sociales pues mucho mejor; aspira a un cargo que la mantenga
en la pomada y que le permita una que otra prebenda para sí. Sus aspiraciones
son las de llegar lo más lejos posible; sin embargo es capaz de conformarse
con una buena casa, un buen sueldo, ir una vez al año a Orlando y bañarse
en las playas de mayami bis, viajar en avión, vestir bien (indispensable
ropa de marca), tomar buen vino (esto se les hace un poco más difícil,
porque tiene que aprender una cultura más compleja) y por sobre todo
que cuando llegue a un buen restaurant y el mesonero le pregunte qué
va a tomar, señora fulana, poder decir en alta voz LO DE SIEMPRE JAIME;
o regodearse cuando el mesonero la reconoce y le pregunta delante de todos los
comensales żlo de siempre, señora mengana? ˇGuao!
A veces están metidas en tremendos pasteles ideológicos. Por ejemplo
con la situación actual saben una cosa, que hay que salir de Chávez,
ah, pero hay quienes no quieren regresar al pasado; quieren un golpe de estado,
ah, pero sin estos golpistas; quieren el socialismo, ah, 'pero no éste';
buscan firmas para sacar a Chávez, ah., pero no son adecos, ni copeyanos,
ni justicistas sino todo lo contrario; algunos quieren salir de Chávez,
ah, pero después vemos cómo salimos del próximo; hay los
que han generado tanto odio que ya ni siquiera pronuncian el nombre del presidente:
se refieren a él como 'este señor', 'el tipo éste', 'este
otro', ah, pero se llenan la boca hablando de González González
y Medina Gómez ˇQué locura!.'
Otra de las características de clase media son sus miedos, miedos paralizantes
como del que están invadidos los habitantes de Chacao y Altamira, quienes
ven amenazada su seguridad y estabilidad emocional por los vándalos que
están hospedados en la plaza; pero sin embargo son incapaces de promover
una protesta enérgica, porque son incapaces de mostrar la cara ante el
país y asumir posiciones de defensa de su integridad, porque simplemente
tienen adormecido el Cerebro Reptil żY cuál es el razonamiento para no
hacerlo? -' La versia, a ver si cae Chávez' o 'Si cae Chávez nos
rayamos con estos', 'mejor nos quedamos como muertos'.
Para la clase media nosotros vivíamos en el paraíso antes de la
llegada de Chávez: aquí no había lucha de clases, ni diferencias,
no existían explotados, ni explotadores, no había problemas de
odios, ni rencores, no existían resentimientos, ni reconcomios. Los pobres,
bien merecido que lo tenían; los ricos, para algo trabajaban. Les aterra
la paulatina proletarización en que han caído en los últimos
quince años; aunque los últimos tres son los que cuentan para
ella, por lo que su nivel de análisis ha tenido una acelerada caída
que raya en lo superfluo, banal y simplista. Es ya común que cualquiera
de esta estirpe se devane los sesos para sentenciar sabiamente: 'si el problema
es este loco mejor salimos de él, ya que antes estábamos y vivíamos
mejor' y acto seguido caen pedazos de cerebro, después de tan sesuda
parida.
Por fortuna, ˇvaya al fin lo escucharon!, no todo está perdido, ya que
los sectores pobres de la población están dado ejemplos de organización
-los ricos a esta palabra le tienen TERROR- a través del uso de los mecanismos
que el nuevo Estado venezolano pone a su servicio, visto lo cual la clase media,
al menos una gruesa representación de ella, ha comenzado a tomar conciencia
de su rol protagónico y comienza a desplazarse, a movilizar recursos
para participar activamente en la reorientación del sistema político,
social y económico venezolano, en dirección de mejorar la calidad
de vida de todos los venezolanos y no de una parcialidad minoritaria. ˇComo
debe ser!... es más.