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Opiniones

13 de enero del 2003
Acerca del moderno populismo

Malime
Rebelión .

Merecen todo nuestro respeto aquellos revolucionarios que honradamente consecuentes con su pensamiento filosófico producto del desarrollo personal, de los condicionantes del medio en que se desenvolvió su lucha, consagraron su vida a la causa revolucionaria, pagando con su propia vida aquel empeño humanístico. .
El antiguo populismo se caracterizaba por la influencia del anarquismo más radical. Las vanguardias "bienpensantes" no creían en la posibilidad de que el proletariado pudiera constituirse en clase dominante, en el protagonismo de las masas para derrocar al viejo sistema. No fomentaban estructuras organizativas que permitiesen la integración de las clases populares para la lucha liberadora. Eran vanguardias que mediante la acción terrorista, al mismo tiempo que golpeaban al enemigo pretendían estimular la acción espontánea de las masas. El gran estallido que provocase la caída del capitalismo. Nada de preorganización revolucionaria de masas, solo las vanguardias erigidas en vanguardia violenta eran las que debían organizarse para protegerse de los golpes del enemigo y poder golpearles a ellos. .
Sin embargo, deberíamos preguntarnos, si algunos planteamientos actuales de lucha política que se hacen desde la modernidad no tienen cierta semejanza en el fondo anarquizante de los antiguos populistas. Se dice que el capitalismo de ahora no es el de entonces, porque ya no se dan las condiciones del fordismo que facilitaban la posibilidad de la propaganda marxista, la agitación y la lucha de masas, sin más argumentación con la que justificar el antagonismo de clases. Como si la contradicción fundamental del capitalismo no fuera la explotación de los trabajadores, la obtención de plusvalía social, porque en ese proceso resulta mucho más complejo determinar la parte alícuota de plusvalía social que genera cada productor en el proceso productivo. Dando a entender que el sujeto histórico del proceso revolucionario ya no son los trabajadores asalariados, sino que es necesario buscar un nuevo sujeto revolucionario en no se sabe dónde. Antiguamente las diferencias existentes entre los sectores productivos para que quedase claro cual era el sujeto revolucionario se realizaba con aquella simplificación, con la que se pretendía realizar una separación, o marginar al sector menos predispuesto al combate, con la adjetivización de "aristocracia obrera". Ahora parece ser que toda la clase trabajadora se ha convertido en "aristocracia obrera", ya no existe contradicción fundamental, clase asalariada en la que apoyarse para poder establecer un proyecto político y organizativo antioligárquico y antimonopolista de lucha por el socialismo y el comunismo. .
Deberíamos preguntarnos si lo que verdaderamente han cambiado son los medios con los que el capitalismo tiene atomizada y dispersa a la clase trabajadora y a los demás sectores populares. Es evidente que la atomización de los trabajadores debido al cambio que provoca el uso de la moderna tecnología en el proceso productivo, es mucho mayor y una mayor dificultad para la trasmisión del mensaje revolucionario, máxime si a ello se unen los poderos medios de subyugación ideológica que tiene a su disposición, como son: la TV, la radio, la prensa, la trasmisión de cultura y ocio. La inseguridad laboral que exacerba la competitividad y la insolidaridad de clase. .
Deberíamos preguntarnos si hemos sido capaces de enfrentarnos con esa nueva realidad en la lucha ideológica, política y organizativa. Qué hemos hecho para poder llegar con nuestro mensaje a los trabajadores, a los lugares donde estos ocupan el mayor tiempo, la mayor parte de su vida: a los centros de producción, a los lugares de residencia, de educación, de cultura, de ocio. Los lugares donde tienen origen las contradicciones de clase, donde mejor se dan las contradicciones, donde mejor es posible explicar el origen de esas contradicciones que son compartibles con los demás compañeros que residen o trabajan en el mismo lugar, donde pueden ser debatidas entre ellos y donde tienen que surgir de abajo hacia arriba propuestas de resolución. No nos estaremos equivocando y en vez de ir porque nos resulta más incomodo, pretendamos que vengan a nuestros mítines, a nuestras convocatorias, a nuestros proyectos organizativos, o simplemente a que constituidos en clase política, en partido de clase nos den su voto, pidiéndoles que confíen en nosotros diciéndole que les sacaremos de la miseria cuando ganemos y seamos mayoría parlamentaria. .
Deberíamos preguntarnos si no estamos confundiendo los interrogantes anteriormente expuestos, con una interpretación correcta de la teoría marxista y leninista. Creyendo que los análisis clásicos del marxismo son cosas del pasado, o como actúan antiguos pretendidos marxistas que apostatan de su creencia y les lleva a decir que si el marxismo no a muerto es por la inercia de los tiempos. .
Dando a entender que el marxismo a muerto, ˇviva el populismo!. Preguntamos si culpabilizamos a Marx o Lenin de que la revolución socialista no se haya producido o de que su teoría haya fracasado interpretando así la caída de la URSS o de que caído el culto a Mao, la revolución China esté retornando ordenadamente al capitalismo. Si hemos entendido que esa filosofía es una filosofía que tiene una base científica que está en permanente desarrollo y crítica, en vez de interpretarla como una guía para la acción, la interpretemos como si fuese la Biblia un dogma de fe eterno, que se cree en él o no se cree. Cuya verdad nos será revelada en el más allá, cuando conquistemos el cielo, donde la paz y la felicidad nos será concedida eternamente. No estaremos cayendo en el endiosamiento o creernos tribunos, que nada tiene que ver con la letra de la Internacional, ni con la filosofía que tiene una base científica y como método de análisis el materialismo dialéctico. .