Las trabajadoras de Brukman con su resistencia -aunque no hayan triunfado aún- cuestionaron la propiedad privada e incorporaron el concepto de que la producción tiene que tener un fin social..
Nosotras, las mujeres que luchamos por el derecho al aborto, cuestionamos a la institución iglesia, que es un pilar de este sistema, cuya ideología de sumisión, resignación y sometimiento dirigida sobre todo a las mujeres, por su relación con la reproducción, le es muy útil al capitalismo, aunque a veces haya chisporroteos entre ellos..
Hacer que las mujeres acepten la maternidad como un designio de Dios, como una fatalidad, es esencial para el sistema. Tienen temor de la libertad de decidir de las mujeres..
Cuestionar la propiedad de la fábrica es cuestionar la fatalidad de la propiedad privada base del sistema capitalista. Por eso el poder que se opone a la entrega de la fábrica Brukman teme hasta donde puede llegar esta experiencia..
Pero de la misma manera que las trabajadoras de Brukman, nosotras no nos hemos sometido. Ellas continúan la lucha por recuperar la fábrica que de muchas maneras les pertenece. Nosotras seguimos con nuestra acción por obtener el derecho al aborto, porque nuestro cuerpo, nuestra vida, nuestras mentes también nos pertenecen y no queremos entregarlas al fundamentalismo que quiere controlarnos, impidiendo que avancemos en las leyes que nos favorezcan, llevando toda una batalla para ello, como la ofensiva que preparan para el próximo Encuentro de Mujeres en Rosario..
Pero a partir del 19 y 20, un cambio cultural profundo atravesó la sociedad, y no ha terminado. A raíz de ello pudimos obtener algunas conquistas, en diversas provincias la ligadura de trompas y la vasectomía, las leyes de anticoncepción, la unión civil que abarca también a las parejas del mismo sexo. Habrá que asegurar su cumplimiento. Y seguir avanzando hacia la legalización del aborto..
En la misma época que se puso en cuestionamiento a las instituciones se produce el funcionamiento de la fábrica Brukman por sus trabajadoras, al igual que otras en el país, cuando sus dueños las abandonan, demostrando que se puede funcionar sin ellos..
Aunque las compañeras de Brukman no recuperen la fábrica (aunque lucharemos porque lo consigan), su experiencia ya está incorporada en la historia de este país: que se puede funcionar sin los patrones y producir con un fin social, como fue la ropa para los inundados..
El derecho al aborto también ya está instalado en la sociedad, dependerá de la solidaridad de los movimientos sociales y su movilización que alcancemos la legalización del aborto y la fábrica Brukman para sus trabajadoras.. * Abogada feminista, miembra de la Asamblea por el Derecho al Aborto
Periódico obrero NUESTRA LUCHA Nš 10
Agosto 2003