Vivir en igualdad y convivir en la diversidad
Por Mabel Bellucci*
Este año, en el Día Internacional de la Mujer se experimentaron otras propuestas a las tradicionales para recordar que esa fecha surgió posiblemente para propagandizar la lucha por el sufragio femenino, defender los derechos laborales de las trabajadoras y manifestarse contra la guerra.
Entre los planteos más novedosos fue la organización de una movida cultural, desde la mañana hasta la noche, que se llevó a cabo en la fábrica recuperada Grissinópolis, en el barrio de Chacarita. Evidentemente, el clima rupturista de la revuelta del 19 y 20 de diciembre de 2001 estimuló la exploración de nuevas visiones que fueron más allá de las clásicas intervenciones públicas que hasta el momento se habían hecho para el 8 de Marzo: marchas y actos de mujeres para mujeres.
A partir del lema convocante "Vivir en igualdad y convivir en la diversidad", grupos de lesbianas, travestis, trabajadoras sexuales, asambleístas, ahorristas, organizaciones de mujeres de izquierda, feministas, gays, familiares de las víctimas del gatillo fácil, corrientes internas de sindicatos, piqueteros y piqueteras, centros de estudiantes e independientes, se fueron reuniendo durante el verano para preparar dicho evento.
La apuesta de más alto voltaje sería abrir el camino para construir una nueva cultura anticapitalista y antipatriarcal desde una jornada político/artística de resistencia que consistió en promover acciones culturales que se desarrollaron simultáneamente bajo un clima asambleario.
Al leer la convocatoria, se presume que hubo de todo como en botica: videos relacionados con la vida asamblearia; contra la violencia doméstica; con las luchas piqueteras; documentales de travestis; un reportaje sobre la guerra y el armamentismo; el movimiento de resistencia global en Génova; la revuelta del 19 y 20 de diciembre, testimonios de mujeres anarquistas españolas y las experiencias de las fábricas recuperadas. Se presentaron también fotografías de mujeres y varones sobre los principales acontecimientos políticos ocurridos durante estos dos años; collages y muestras que circulan en distintas asambleas porteñas, sin olvidar la participación del grupo popular de serigrafía. Lo más fuerte en el género musical fue el tango, el rock y el jazz en tanto que una bailarina realizó una performance con desechos y basura. Asimismo, organizaron una asamblea sobre la violencia social, política y sexual coformada por madres de víctimas del gatillo fácil y de la protesta social como tambièn por abogados de la Correpi .Y, por supuesto, la intervención de los vecinos y vecinas de este barrio tan tradicional de Buenos Aires fue fundamental.
En cuanto a la dinámica aplicada para que esta movida cultural haya fluido sin premisas previas ni encasilladas, fue que la gente se autoconvocase grupalmente frente a determinadas cuestiones que surgieron a partir de los disparadores artísticos que estaban direccionados para que las imágenes y los cuerpos en movimientos desplazacen a los discursos tradicionales.En verdad: todo un desafío movimientístico.
*Asambleísta e integrante del Area de Estudios Queer- CCRicardo Rojas