Medios y Tecnología
|
Live 8: Bonanza de los Medios Corporativos
Campaña de Desinformación y operación de relaciones públicas a nombre del G8
Michel Chossudovsky
Alai-Amlatina
Live 8, "el mayor concierto" en vivo, se ha presentado a la opinión pública
del mundo como "campaña de sensibilización" en solidaridad con África. Su
objetivo señalado era presionar a los líderes del Grupo de los Ocho (G8) para
que aumenten la ayuda externa y cancelen la deuda de los países más pobres del
mundo.
En las palabras de su promotor Bob Geldof, Live 8 ha proporcionado una
"oportunidad única" para salvar un continente de un desastre humanitario.
Los conciertos de Live 8 organizados en los ocho países más industrializados
(así como en Sudáfrica), sin embargo, no fueron pensados para recoger dinero
para los países más pobres del mundo.
De hecho todo lo contrario.
Live 8 es una iniciativa multimillonaria, que arrojará beneficios enormes para
sus patrocinadores corporativos, incluyendo Time Warner, el gigante conglomerado
mediático basado en los Estados Unidos, la Ford Motor Company, a través de su
filial sueca Volvo, y Nokia, la empresa de teléfonos celulares, además del grupo
británico EMI Music, que ha establecido un arreglo altamente lucrativo con los
organizadores de Live 8.
AOLTime Warner, que controla los derechos de transmisión radio- televisiva en
EE.UU., autorizó a la compañía Walt Disney la difusión televisiva en ABC y en
una miríada de estaciones de televisión y radio afiliadas, incluyendo Premiere
Radio Networks, XM Satellite Radio y la Red MTV de Viacom (por cable). AOL
también detiene los derechos de exclusividad "en línea" para el evento en
Internet.
El tiempo de salida al aire en TV ha sido vendido a los mejores postores
alrededor del mundo. Se espera millones de dólares de ingresos por
publicidad en la transmisión del evento, además de las repeticiones, los
video-clips, la transmisión en Internet y los DVDs, que estarán disponibles
comercialmente.
Según los productores, Live 8 se registrará como "la transmisión global más
grande de la historia". Los organizadores esperan -a través de la TV, de
la radio y de la Internet- alcanzar a unas 5.5 mil millones de personas, o al 85
por ciento de la población del mundo. La industria publicitaria tiene un
estimado conservador de dos mil millones de espectadores potenciales,
aproximadamente un tercio de la población del mundo.
De lejos, esta es la mayor operación publicitaria de la historia, que llenará
los bolsillos de los promotores, productores, patrocinadores corporativos,
además de los royalties acumulados a favor de los artistas y "celebridades".
Un pequeño porcentaje de los ingresos podría asignarse a organizaciones
caritativas implicadas en los países en desarrollo, pero éste no es el objetivo
señalado por Live 8.
La Ford Motor Company ha utilizado el acontecimiento para promover su división
sueca de autos de lujo, Volvo, con spots publicitarios durante la transmisión en
EE.UU. Volvo también ha proporcionado el transporte para los artistas
hacia y desde los conciertos de Londres y Filadelfia, como también una suite VIP
de entretenimiento en el concierto de Filadelfia. (véase http://www.adage.com/news,
junio 30, 2005).
"El evento, dijo el portavoz de la compañía, Soren Johansson, "calza con el ADN
de la compañía" y "apela a las emociones de la gente". Uno de los spots
televisivos de la Volvo presenta a la ganadora del premio "Volvo para la vida",
Rosamond Carr, "quién administra un orfanato en Ruanda, y dos otros que hablan
sobre los valores de Volvo y su razón de involucrarse en el Live 8". (Ibid)
Por su parte, se estima que Vonage, la empresa telefónica basada en los EE.UU.,
ha gastado un monto "de 'seis cifras' para ser uno de los principales
patrocinadores de la cobertura radial a través de Premiere Radio Networks".
También difundirá un horario Live 8 en las redes de MTV.
El negocio con EMI En un acuerdo multimillionario con los organizadores de Live
8, el grupo británica EMI Music ha asegurado los derechos exclusivos a los DVDs
de los conciertos en seis de los países G8: EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Reino
Unido, Italia y Alemania: "Una portavoz de la EMI dijo que, una vez que las
ventas hayan cubierto el costo del anticipo, se pagarían 'royalties muy
generosos' a Live 8 sobre el saldo de las ventas".
En las palabras de Bob Geldof, "tengo la esperanza de que será el DVD más
vendido de la historia".
Mientras tanto, el evento ha contribuido a engrosar los valores de la bolsa,
como el caso de EMI, cuyas acciones han triplicado su nivel de 2003.
Distorsión de las causas de la pobreza global Los conciertos están totalmente
desprovistos de contenido político. Se concentran en clichés simples y
engañosos. Utilizan la pobreza como una herramienta de marketing y un
truco de propaganda hacia los consumidores, a fin de aumentar el número de
espectadores y oyentes por todo el mundo.
Live 8 crea una aura de optimismo. Transmite la impresión de que la
pobreza se puede vencer con un plumazo. Solo se necesita buena voluntad.
El mensaje es que los líderes del G8, junto con el Banco Mundial y el FMI, están
comprometidos, en última instancia, con el alivio de la pobreza.
Al respecto, los conciertos son parte del proceso más amplio de desinformación
mediática. Se utilizan como operación oportuna de relaciones públicas para
el primer ministro Tony Blair, anfitrión de la Cumbre G-8 en Gleneagles,
Escocia. Tony Blair aparece intensificando su campaña para convencer a las
otras naciones G8 "a que actúen frente a la pobreza".
La propuesta de condonación de la deuda del G8 Live 8 no cuestiona, ni abarca,
la agenda política del G8, que contribuye directamente a generar pobreza;
tampoco cuestiona el papel del Banco Mundial, que ahora tiene a Paul Wolfowitz
al timón, arquitecto neo-conservador de la invasión de Irak.
Al abordar la condonación de la deuda, Live 8 ni siquiera menciona los impactos
de la "medicina económica" del Banco Mundial y FMI, impuesta a los países más
pobres del mundo en beneficio de los acreedores occidentales.
Estas reformas macroeconómicas letales han contribuido al empobrecimiento de
millones de personas. Obligan a países a clausurar sus escuelas y
hospitales, privatizar sus servicios públicos y vender los sectores más
rentables de su economía nacional al capital extranjero. A cambio, el G8
promete aumentar la ayuda externa y proporcionar un alivio simbólico de la
deuda.
Estas reformas matan y el G8 no es la solución, sino la causa. El actor
Will Smith se dirigió a la multitud en los escenarios del concierto,
invitándoles a "chasquear los dedos", como recordatorio que cada tres segundos,
un niño muere en África. Lo que obvió mencionar es que la causa principal
de la mortalidad infantil en África son las letales reformas macroeconómicas.
Bob Geldof ve un aumento en la ayuda externa, totalmente fuera de contexto, como
"oportunidad única" para erradicar la pobreza, cuando de hecho, el incremento
propuesto en los flujos de ayuda por parte de los países ricos del G8 conducirá
a resultados exactamente opuestos.
Un porcentaje grande de la deuda de estos países se debe al Banco Mundial, al
FMI y al Banco Africano de Desarrollo.
Para abordar esta problemática, en efecto los Ministros de Finanzas del G8
habían formulado una propuesta, que consiste en "la condonación" de la deuda
pendiente con estas tres instituciones financieras internacionales, de los 18
países altamente endeudados. La cifra mencionada de la deuda condonada era
del orden de 40 mil millones de dólares. Al mismo tiempo, se expresó un
compromiso vago con el aumento de los flujos de la ayuda externa hacia la meta
de 0.7% del GDP (http://www.g8.utoront o.ca/finance/fm050611_dev.htm)
¿Cuál es el escollo detrás de esta "propuesta aparentemente razonable de
condonación de la deuda"? El FMI, el Banco Mundial y el Banco Africano de
Desarrollo nunca cancelan ni condonan las deudas pendientes.
Puesto que ellos no perdonan las deudas, el G8 se ha comprometido a rembolsar a
los acreedores multilaterales, actuando por parte de los países más pobres del
mundo.
(Traducción de ALAI).
Texto completo en: http://alainet.org/active/8633 - Michel Chossudovsky
es profesor de economía a la Universidad de Ottawa y director del Center for
Research on Globalization (CRG). Es autor de The Globalization of Poverty
and the New World, segunda edición, Global Research, 2003.
www.GlobalResearch.ca