"Me sacaron de los pelos"
"Me sacaron de los pelos de un galpón en Gerli donde me había
metido con otra gente. A un pibe lo sacaron a balazos, lo tiraron boca abajo
encima de la caca de perro y lo pisoteaban. A mí me arrancaron una mochila
donde tenía los anteojos de aumento y me metieron en una camioneta. Nos
llevaron a la comisaría primera donde la cana nos esperaba en hilera,
y nos daba la bienvenida cagándonos a palos. Las mujeres policías
también pegaban. Había una que nos decía ‘sucios, asquerosos,
no se arrimen a la pared que la respiración ensucia’", relata Pedro
Carbajal, del MTD de Lugano. A él justo le tocó estar arrodillado
frente a la puerta de una oficina que en un momento abrió el policía
Mario de la Fuente, según cuenta Carbajal. "Apenas abrió
me metió una patada en el pecho. La nalga izquierda me quedó,
por más golpes, totalmente morada, y todavía me duele la zona
del pulmón. Hay gente a la que le hicieron cosas peores, compañeros
que se desangraron dentro de la comisaría, pero no se animan a contarlo",
dice.
Encerradas y desnudas
Marcelina Montiel, una mujer de 35 años con 12 hijos que milita en
la coordinadora Aníbal Verón de Solano, cuenta que el día
de la represión corrió escapando de los gases hasta que no pudo
más y se sentó en una vereda de la avenida Pavón. "Al
instante me rodearon, muchos policías, algunos uniformados y otros no.
Hoy puedo reconocer que el de civil era Mario de la Fuente, por las fotos que
vi en los diarios. ‘¿Para qué mierda venís si sabés que
no vas a poder correr?’, me gritó el policía ése. Quise
darle agua a una chica que se había desmayado a mi lado y no me dejaron.
Y a un muchacho que estaba conmigo ahí le sacaron el cinturón
para atarle las manos y darle patadas". Después llamaron un móvil
y la llevaron a la comisaría segunda. "A las mujeres nos encerraron
en una pieza y nos hicieron desnudar. Todo nos hicieron sacar. Y nos hicieron
quedarnos así sentadas en el piso casi media hora. Después nos
pusimos la ropa otra vez y nos trasladaron. Ahí vimos que los varones
también se estaban vistiendo." Luego los trasladaron a la seccional
primera y de ahí le quedó grabada una frase que espetaba una mujer
policía que la desconcertó: "Si ustedes quieren que los respetemos
nos tienen que respetar a nosotros".