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HABLA SERGIO KOWALEWSKI, QUE SERA UN TESTIGO CLAVE
"Recuerdo el perfil, la gorra y la Itaka" Página/12 entrevistó
a testigos de la masacre de Avellaneda. Son los mismos que desde hoy permitirán
que la Justicia reconstruya la cacería desatada por la Bonaerense y procese
y condene a los oficiales.
Por Adriana Meyer
"El comisario, que luego aparece en el Fiorito sin la gorra, entró
al hall de la estación a los tiros junto a otro oficial delgado al que
le quedaba grande la chaqueta, y le dispararon al pibe por la espalda, a unos
cinco metros. Después supe que era Darío Santillán."
La escena protagonizada por el comisario Alfredo Franchiotti fue descripta a
Página/12 por el fotógrafo Sergio Kowalewski, que presenció
el asesinato del militante de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal
Verón a manos de la policía bonaerense.
Kowalewski –43 años, vecino de Berisso, casado con dos hijos– colabora
con la Asociación Madres de Plaza de Mayo y otros organizaciones de derechos
humanos. Por eso participa de las manifestaciones cargando su equipo fotográfico,
como lo hizo el 20 de diciembre y también el miércoles. Las imágenes
que obtuvo, al igual que su testimonio, serán aportadas a la Justicia
por los abogados de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional
(Correpi), que acudirán el lunes al juzgado de Marisa Salvo y a la fiscalía.
Los letrados Claudio Pandolfi y Sergio Smietniansky aseguraron ayer a este diario
que presentarán otros dos testigos de lo ocurrido en la estación
de Avellaneda, donde Santillán quedó tendido sin vida.
–¿Cómo empezó su jornada el miércoles? –preguntó
Página/12 a Kowalewski.
–Llegué temprano. Subí al puente para ver mejor el despliegue
policial. Me asombró que el cordón policial no viera la columna
que venía por la espalda. Era raro. Cuando se inició el conflicto
la gente salió corriendo por Pavón mientras la Infantería
avanzaba. Entonces fui caminando por el costado hasta la vereda del supermercado.
Me llamó la atención que en lugar de disuadir con más gases,
para alejar a los manifestantes, esta vez eran sólo itakazos. Mientras
me acercaba a la estación de tren pude ver grandes charcos de sangre
sobre la vereda, que luego supuse eran por las heridas de Maximiliano Costeki.
–¿Qué sucedió en la estación de Avellaneda?
–Venía caminando y vi a los policías. A unos cincuenta metros
de la entrada me encontré de frente al comisario (Franchiotti) que estaba
a cargo del cuerpo de Infantería. Le dije que pararan, que ya la gente
se estaba retirando, que la dejaran irse porque si entraban a la estación
iba a ser una masacre. El me mostró que tenía el cuello lastimado
como justificando con eso la continuidad de la represión. Yo insistí
explicándole que había chicos que ya se estaban yendo. El comisario
me volvió a mostrar su herida. Entonces le marqué la diferencia:
‘Ustedes están con fierros y ellos con gomeras’. En eso aparece por detrás
un gordo de Infantería que me dice ‘si no te gusta andate del otro lado’.
–¿Qué pasó después?
–Me adelanté, me metí en la estación y vi a Maximiliano
rodeado de gente. En una de las fotos que saqué (ver la foto 1 de página
2), Santillán está arrodillado tomándole la mano mientras
otro chico trata de hacerle algún tipo de asistencia médica. Salí
a pedir una ambulancia y cuando volví a entrar escuché gritos
que venían del patio. Fui hacia allí y había una chica
tirada en el piso con convulsiones. Cuando volvía hacia el hall vi un
policía que tiraba hacia adentro de la estación, apuntando a la
puerta del medio. Ahí se desbandaron los que estaban atendiendo a los
heridos. Mientras salía de nuevo al patio escuché más disparos,
me di vuelta y vi a este chico Santillán como tratando de incorporarse.
La siguiente imagen que tengo grabada en la memoria es el perfil del oficial,
la gorra y la Itaka alineadas apuntando hacia la espalda de Santillán,
y en un segundo plano hacia atrás, el otro oficial. Fue casi a quemarropa.
Después me di cuenta que vi cuando lo mataban pero en ese momento pensé
que le habían dado en las piernas y me ocupé de la chica que seguía
con convulsiones en el patio. Luego volví al hall y seguí tomando
fotos deMaximiliano (fotos 4 y 5) y de Santillán tirado en el piso a
la altura del kiosco (fotos 2 y 3) y cuando lo están sacando de la estación
(foto 6, que aparece en la página dos junto a las fotos 7 y 8 tomadas
por el fotógrafo Mariano Espinosa).
–¿Había más policías?
–No, eran tres oficiales, el cuerpo de Infantería quedó afuera,
y luego entró un cuarto para ayudar a sacar los cuerpos.
–¿Qué pasó después? ¿Hacia dónde fue?
–Por la avenida Pavón empezó la clásica cacería
posterior a la represión, las camionetas iban a cazar y volvían
con gente. El resto es lo que se vio por la televisión.
–¿Había estado en cortes anteriores del puente Pueyrredón?
–Sí, y no recuerdo que hayan armado ningún operativo anterior
de esta manera. Es extraño que no hayan visto las dos columnas que avanzaban
encerrándolos, normalmente a la Infantería no le pasa eso, y que
no hayan tenido a nadie en la retaguardia. Es raro... Si el objetivo era liberar
el puente no se explican el ensañamiento posterior y las persecuciones
a los manifestantes por toda la zona durante toda la tarde. El comisario me
mostraba la herida en el cuello como diciéndome "ésta me
la voy a cobrar".