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AMENAZA CONTRA CLAUDIO PANDOLFI, ABOGADO DE CORREPI
La voz en el teléfono oficial La Coordinadora contra la Represión
Policial e Institucional (Correpi) detectó que el teléfono desde
el que lo intimidaron a Pandolfi pertenece a dependencias del Ministerio de
Seguridad bonaerense.
El abogado de la Correpi, Claudio Pandolfi, es uno de los denunciantes de la
masacre de Avellaneda.
Por Adriana Meyer
Las amenazas recibidas por el abogado Claudio Pandolfi, que representa a las
víctimas de la masacre de Avellaneda, fueron hechas desde una línea
telefónica que pertenece al gobierno de la provincia de Buenos Aires.
"Ya sabemos en qué cuevita te escondés. Te vamos a matar como
a un perro, como a Santillán", fue el mensaje que una voz dejó
en el contestador automático de su estudio en Lanús, el 1º de
julio cerca de las 13. Pandolfi detectó que la llamada fue realizada
desde el número 0221-429 5500 y Página/12 pudo comprobar que discándolo
se establece comunicación con el conmutador de la Torre II donde funcionan
algunas dependencias del Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense. El descubrimiento
fue incorporado a la causa en la que el fiscal Juan José Vaello investiga
las amenazas recibidas por el letrado y algunos testigos de los homicidios del
26 de junio. El letrado, en representación de la Coordinadora contra
la Represión Policial e Institucional (Correpi), se encuentra en Guatemala
participando de un encuentro convocado por las Naciones Unidas sobre la situación
de riesgo que corren los militantes. Esa organización tiene el triste
record de haber motivado desde su creación cinco "acciones urgentes"
de Amnistía Internacional (ver aparte). La última (AU 201/02)
se refiere a la intimidación hacia Pandolfi.
A pedido del fiscal Vaello, Telefónica envió a su fiscalía
un listado de números de los que salieron llamadas hacia su teléfono
el 1º de julio entre las 12 y las 13, pero cuyo abonado la empresa no pudo detectar.
Pandolfi identificó algunos como pertenecientes a personas conocidas
y otros a medios de comunicación. Pero uno le llamó la atención,
el 0221 429 5500. El letrado y su colega María del Carmen Verdú
escribieron ese número en el buscador de Internet de las Páginas
Doradas. Se sorprendieron al ver que figuraba como correspondiente a la Dirección
de Comunicaciones de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, al ingresar
en el organigrama oficial aparece como el número de la Secretaría
de Ingresos Públicos. Una vez más, apretaron el mouse y fueron
a la página web de ese organismo pero el número telefónico
era otro. Cansados por la confusa navegación, cortaron por lo sano: discaron
el número y volvieron al principio. "Guardia policial, torre 2, buenos
días", escucharon sorprendidos del otro lado de la línea. Concluyeron
que se trata de un "número operativo", es decir, disponible para usos
no convencionales.
Este diario discó ayer a la tarde el mismo número. Quien atendió
lo hizo diciendo "funcionarios". Ante la consulta para obtener alguna precisión
el interlocutor respondió: "Esto es un organismo oficial, ¿con quién
quiere hablar?". En la guía Directory figura como el número del
conmutador de la torre II del gobierno de la provincia de Buenos Aires, ubicada
en las calles 12 y 53 de La Plata. Allí funcionan algunas dependencias
del Ministerio de Justicia y Seguridad, como la Subsecretaría de Justicia
y la Subsecretaría de Política y Readaptación Social.
Aunque la llamada fue realizada durante la gestión de Luis Genoud al
frente de ese ministerio, el fiscal debería pedir explicaciones al actual
ministro del aérea, Juan Pablo Cafiero. La abogada Verdú se preguntó
"por qué el fiscal no pudo hacer lo mismo que nosotros, que no usamos
un Excalibur". Y expresó que "esto sólo ratifica que hay que establecer
las responsabilidades políticas del caso, no sólo de las amenazas
sino de la masacre porque si no van a volver a argumentar que la llamada fue
un hecho aislado de un funcionario que se dedica a hacer cargadas".
Los abogados de la Correpi tienen pocas esperanzas de que la Justicia determine
el origen de las amenazas, a pesar del particular descubrimiento. En su momento,
Pandolfi había recibido la intimidación sin inquietarse y explicaba
que están acostumbrados a este tipo de hechos. Desde 1995 recibieron
sucesivas amenazas de muerte e intimidaciones, al punto que Amnistía
Internacional emitió cinco "acciones urgentes" para alertar sobre el
temor por la integridad física de los integrantes de esaagrupación.
Esas acciones instan a que se envíen llamamientos al Ministerio del Interior
y al de Relaciones Exteriores pidiendo investigaciones exhaustivas de los hechos
y garantías para los defensores de derechos humanos.