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24 de Marzo

LES DUELE QUE EL PUEBLO OCUPE LA ESMA

Pablo Bergara

La prensa nostálgica de la dictadura (La Nación, INfobae, Crónica TV, Radio 10 y Radio América) no pudieron con su genio y durante todo el dia de ayer hablaron de "vándalos", "los violentos de siempre", "la patota de Kirchner",etc. Ninguno de esos medios amarillos y sumisos al discurso del terror de los militares (ayer y hoy exactamente igual) dijeron una palabra de que allí, más allá de las leves roturas y pintadas que hicieron los manifestantes -casi a manera de exorcismo- se torturó, se violó, se expropiaron bebés de madres embarazadas que parieron alli encapuchadas, se asesinó, se organizó el lanzamiento de militantes desde los aviones navales.
Ninguno de eso medios miserables que cacarean contra "los violentos" desde su apoyo a la violencia del Terrorismo de Estado, mencionó el espíritu de la verdadera ESMA, instalación que en los años de la dictadura recibía como "observadores" del genocidio, a varios de esos periodistas que hoy se rasgan las vestiduras porque un escritorio de un almirante fue rayado o porque se escribió en las blancas paredes tal o cual consigna.
Se horroriza la escriba a sueldo de "La Nación" cuando señala que "el Escudo Nacional que corona el emblemático edificio compartía su espacio con una bandera roja con el rostro del Che Guevara". O que "La bandera argentina y la bandera de la Armada habían sido reemplazadas en el mástil central por un pabellón de plástico de la Asociación Madres de Plaza de Mayo".
¿Cuál es el problema? Nadie por eso dejó de reivindicar al escudo patrio ni a la bandera nacional. Todo lo contrario, difamaron ese escudo y esa bandera quienes torturaron para imponer sus ideas, quienes asesinaron a adolescentes para acallar su rebeldía, quienes se rindieron sin combatir -como el marino asesino Astiz o como el general verdugo Menéndez- en Malvinas ante las tropas inglesas. La imagen del Che y la bandera de las Madres tienen mucho más que ver con el escudo nacional o con la azul y blanca, cuando quienes la hacen flamear son hombres y mujeres del pueblo, los que no usan pulcros uniformes ni se jactan de llevar medallas que hablan de batallas etílicas o guerras de fantasía, sino que pelearon y pelean en las calles contra los milicos y civiles vendepatrias, contra los yanquis asesinos, contra el fascismo de los medios y la prepotencia de las oligarquías.
Les duele a estos hijos de Videla y Massera, que ayer la ex ESMA quedara abierta al público por decisión de centenares de manifestantes que decidieron caminar por sus jardines y pasillos con aires de libertad.
Les duelen las leyendas -"milicos asesinos", "nunca más", "fábrica tomada", "el presupuesto de la ESMA también debe ser para el pueblo"- porque expresan con juvenil soltura lo que el pueblo siente desde hace tiempo y que expresara en miles de paredones de otros barrios y pueblos. El viento fresco llegó hasta ese ex campo de concentración nazi y lo rebautizó con el ingenio y la picardía que sólo saben construir -desde abajo- los que no se rindieron nunca. Por eso, el homenaje a los combatientes de ayer y el repudio a los cobardes asesinos que hicieron de la ESMA un sitio casi innombrable.
Les duele que el gentío caminara con curiosidad e indignación por el casino de oficiales, el casino y los dormitorios de los alumnos del Liceo Naval Almirante Brown y el actual Instituto Naval Universitario, y descubriera "in situ" cuanta cruel complicidad hubo de tantos y tantos que coparticiparon entre 1976 y 1983 de infinidad de actos criminales contra jóvenes hermosos y vitales como fueron los luchadores populares de aquella época.
Les duele a los cuervos de la prensa canalla que los chicos y chicas que ayer por un ratito "liberaran" la ESMA, cantaran el Himno Nacional y lanzaran al viento consignas contrarias a los militares, o simplemente se sentaran en el verde y bien cuidado cesped a tomar mate o a escuchar relatos de muchos que recordaban su triste paso -como detenidos- por ese lugar horrendo.
Les duele haber perdido un bastión que tan bien protegieron Alfonsín, Menem y De la Rúa. Les duele el gesto histórico de Néstor Kirchner y su discurso reivindicador de una generación que lo dio todo en aras de utopías y sueños que todavía están vigentes.
Que les duela. El pueblo va por más.