Pablo Benito
Tercer mundo online

Ayer se vivieron escenas de patetismo que pasaran también a forma parte del "Museo de la memoria". Los gobernadores que no fueron a participar del acto en la ESMA refunfuñaron el despecho de la discriminación y fue nuestro gobernador quien trepó en el ranking del ridículo al dar todas las razones que lo transforman en un actual traidor a la memoria de la "generación maravillosa". Mientras Obeid iba argumentando las razones por las cuales "nadie le puede dar cátedra" de cómo defender los derechos humanos, se configuraban las pruebas que dan a la traición una "tipificación" agravada.

No debe haber nada más miserable que disputarse la propiedad política de los muertos que siquiera pueden levantarse para impedir que se los utilice.

Obeid puede hablar hasta el hartazgo y hasta resultar convincente del sufrimiento que vivió junto a sus compañeros de utopías en los 70. Se discuten las posturas más o menos revolucionarias, más o menos honestas, más o menos honestas que cada quien, incluso Obeid, tomaron hace tres décadas. ¿Será esa la discusión? O será discernir acerca de lo que terminaron siendo los sobrevivientes al idealismo de una época ¿Qué dirían los compañeros de Obeid de quien fue un "obeidiente" menemista que privatizó la banca pública entregándosela a quienes necesitaron de la represión para enriquecerse, como son los Rohm? ¿Qué dirían hoy los desaparecidos amigos de Obeid si supieran que Martinez de Hoz era parte de ese grupo?

Se pueden tener dudas acerca de las estrategias de lucha elegidas por los movimientos revolucionarios en el pasado, de lo que no quedan dudas es que en la lucha hubo perdedores y ganadores. Ganaron los grupos de poder concentrados que necesitaron desaparecer, torturar, matar, encarcelar, exiliar a miles de argentinos. La traición reside en que algunos dirigentes que pudieron salvar su pellejo, pasaron a administrar los intereses de los grupos financieros externos e internos que se enriquecieron en el preciso momento en que la ESMA era un campo de exterminio.

Kirchner podrá ser "simpático" apuntando contra el brazo ejecutor de la represión y acusando a los "militares asesinos", pero no puede engañarnos tan fácil quien, como gobernador de su provincia, facilitó la entrega del subsuelo nacional y sus riquezas. Entrega que fue sumamente fácil luego de la masacre de quienes hubieran luchado para impedir semejante atropello a la soberanía nacional.

No es necesario recurrir a la mentira para mantener ilusiones de cambio, Kirchner culmina de pagar los intereses de una deuda contraída precisamente por los asesinos de esa generación a la que ayer se le rindió homenaje y fueron 3.200 millones de dólares para "saldar" lo que el pueblo argentino le debe a la banca saqueadora internacional.

Señores lectores, quien suscribe hizo un ejercicio rápido de matemática sumamente precaria y primaria, el cual les invito a corregir si no es cierto. Vamos a suponer que con un dólar, $ 2,90, hacemos una ración de comida para un niño, es decir que pagamos al FMI 3.200 millones de raciones de comida. Supongamos también que queremos dar de comer a 5 millones de chicos, nos da que habrá 640 millones de raciones para dividir por esos pequeños, como el año tiene 365 días hablamos entonces que con el dinero que se fue hace dos semanas de nuestro país, se podría dar de comer a 5 millones de niños argentinos durante un millón setecientos cincuenta años... ¿No me cree? Haga la cuenta.

Se podrían construir 400 hospitales como el de niños Alassia. Construir miles de escuelas, tamaño a elegir, edificar un millón doscientas mil casas de material, etc. , etc., "No pagaremos la deuda con el hambre de nuestro pueblo"- dijo el centroizquierdista presidente Kirchner, con lo cuál hay dos posibilidades, no hay más hambre en la Argentina (aseguraría Clarín y Pagina 12), o Kirchner es un mentiroso.

Mientras nos preguntamos ¿ En que consistirá el museo de la memoria de la ESMA? Si algún turista quiere saber que pasó entre el 76 y el 83 ¿Qué le mostrarán? Hay varias ideas como para guiar al extranjero que quiere entender lo que pasó y pasa en nuestro rico país. Puede aparecer como una tontería, pero no puede haber mejor explicación para desasnar al visitante que llevarlo a cualquier Villa Miseria, de las cientos que existen en nuestra Argentina, y en la cual "viven" millones de excluidos, si quieren saber que hicieron con nuestra patria los dictadores que mejor que mostrar las consecuencias, que más clara explicación para que un europeo, japonés o yanqui, entienda los motivos por los cuales toda una generación se vio en la urgencia de transformar una sociedad altamente perversa.

Seguro que es en el pobre, en el laburante, en el piquetero, en la maestra, en un niño con mocos y panza hinchada del hambre, que podrán encontrar la energía de quienes no dieron su vida para ganarse el bronce, el homenaje, el museo.

Nada más miserable que chapalear sobre un pasado de sangre de luchadores por la justicia con el objetivo de, con lágrimas falsas, nublar la visión para que no se perciba tan claramente como la institucionalización del mega-ajuste de la estructura social, profundizada en el 2001, hoy se afianza con el dulce sonido de una melodía "progresista".

¿A quien no le gustaría sentir que la ilusión "K" es verdadera? Aunque sería de necios hacerlo en base a la traición ideológica y una precisa lobotomía del sentido común que, en política, es la ultima barrera defensiva antes de caer la desaparición del sujeto entendido como tal.

Extracto de un artículo publicado en "Tercer mundo online" (www.tercermundonline.com.ar) periódico digital de la provincia de Santa Fé, Argentina - 25/03/2004