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24 de Marzo

Juicio y Castigo (1976 - 24 de marzo – 2002)

No les debemos dar la oportunidad de que se reivindiquen. Nuestros argumentos deben ser sólidos. Nuestras vidas, como la de nuestros hijos, deben ser ejemplo para otros. Aunque quieran, ellos no nos matan, por más que televisen el momento exacto del horror, por más miedo que impongan los genocidas, no logran matarnos. Los hicieron desaparecer y vuelven a aparecer con vida en otros jóvenes valientes. Sus sofisticadas armas jamás tendrán razón. En cambio, nuestra razón, la de nuestros hijos, tiene la fuerza y la verdad de los justos. .... Marchemos hacia el porvenir con la victoria bajo el brazo y la utopía prendida en el corazón.

Hebe de Bonafini Por Hugo Alberto de Pedro

Una noche muy triste comenzó en la Argentina un 24 de marzo de hace tan solo 26 años, siendo esa fecha la confirmación de lo que se venía dando y creando con el actuar de las bandas armadas y organizadas de la Alianza Anticomunista Argentina -Triple "A"- dirigida por los asesores, brujos, ministros y sucesores políticos de Juan D. Perón (10/1973 a 07/1974) antes y después de su fallecimiento, como por ejemplo José López Rega y María Isabel Martínez de Perón (07/1974 a 03/1976) y que fueron el prolegómeno de la otra Triple "A", la de tres Armas.
El golpe de estado encabezado por Videla, Agosti y Massera (03/1976 a 03/1981) colocó una bisagra en la historia nacional: el fin a cualquier tipo de cuestionamiento al régimen impuesto junto a la pérdida total de las libertades personales; el comienzo de la impunidad y las violaciones de todas las garantías que establecen las leyes nacionales e internacionales. De esta forma se ejecutó un comprobado genocidio contra una generación y con secuelas a las venideras. Otras juntas militares siguieron los mismos pasos: Viola, Graffigna, Lami Dozo, Lambruschini, Galtieri, Bignone, Nicolaides, Anaya, Franco, Hughes (03/1981 a 10/1983) para formar parte del concierto de las dictaduras americanas –Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia y Paraguay- planificadas desde la Escuela de las Américas y dirigidas a través del Plan Cóndor.
Durante todo el período 1976-1983, fue necesario contar con la colaboración de economistas que respondían, y aún siguen respondiendo, al modelo liberal capitalista impuesto desde el FMI, la Escuela de Chicago, los Estados Unidos e Inglaterra como son: Martínez de Hoz, Sigaut, Alemann, Dagnino Pastore, Whebe, Alsogaray, Cavallo. Ellos han sido los mentores de reconvertir la economía nacional a un nivel de dependencia del exterior que hicieron posible el estado de la situación actual, llevando una deuda de 7.800 a 45.000 millones de dólares. Los sectores agropecuarios, empresas contratistas del estado y financieros fueron los beneficiados. Todas las empresas del estado fueron endeudadas a través de la toma de créditos externos que no tuvieron a ellas como destinatarias, sino que fueron al manejo realizado desde el Banco Central para atender los gastos de gobierno y militares junto con obras públicas que tuvieron un costo desproporcionado para los servicios que han prestado. De ésta forma dejaron a dichas empresas inoperables y el menemismo se encargo de entregarlas a un vil precio después del guiño realizado en las postrimerías del gobierno alfonsinista. Indudablemente que detenernos en las atrocidades de todo tipo cometidas daría lugar a un tratado enciclopédico que muchos han realizado con gran rigurosidad intelectual, pero sí debemos recordar que fueron esas dictaduras las que llevaron a nuestro país a una guerra, por las Islas Malvinas Argentinas, pactada y perdida desde su comienzo en complicidad con la mismísima OTAN que también llevo a la muerte innecesaria de muchos argentinos.
Junto a Las Madres de Plaza de Mayo nacieron los diferentes Organismos de Derechos Humanos -APDH, CELS, MEDH, SERPAJ, LADH, FEERP- que iniciaron un camino por la verdad y la justicia que ha recibido el reconocimiento no solo del pueblo argentino sino de todo el mundo. Con el tiempo se agregaron a ellos también las Abuelas de Plazo de Mayo y más recientemente Hijos. Todas estas asociaciones han trabajado denodadamente con muchos inconvenientes y debiendo soportar las amenazas y represalias del poder de facto y en muchos casos la indiferencia de gobiernos democráticos.
Con el advenimiento de la democracia (12/1983) fue posible, primero con la creación de la CONADEP resumida su actuación en el libro Nunca Más y luego con el Juicio a las Juntas Militares procesar a todos sus miembros en juicios que contaron con todas las garantías constitucionales que ellos mismos habían cercenado por más de siete años. En el fallo final (12/1986) fueron condenados la totalidad de Generales, Almirantes y Brigadieres que tuvieron que ir a prisión por los crímenes de lesa humanidad cometidos (privaciones de libertad, torturas, desapariciones, muertes, robos de recién nacidos, cambios de identidad, etc.)
La debilidad ante las presiones de los rezagos militaristas llevó a la sanción de las vergonzosas e impúdicas Leyes de Punto Final (12/1986) y de Obediencia Debida (06/1987) que no permitieron dar término a todos los procesos judiciales en marcha en pos de establecer la responsabilidad de todos los que cometieron actos criminales durante la dictadura militar. Siendo estos actos los que llevaron a la pérdida total de la confianza ciudadana al gobierno radical de Raúl R. Alfonsín (10/1983 a 10/1989)
Con la llegada al poder de Carlos S. Menem (10/1989 a 12/1999) las presiones de los uniformados continuaron, llevando a la sanción de los Indultos (12/1990) de todos los sentenciados por los hechos cometidos en los perversos años dictatoriales. El gobierno de Fernando De la Rúa (12/1999 a 12/2001) no cambió las cosas sino que las fue agravando negando sistemáticamente, como su antecesor, cualquier posibilidad de juzgamiento en tribunales del exterior que reclamaron la extradición de los genocidas. Lo mismo se ha perfeccionado con Eduardo A. Duhalde (01/2002 a estos días)
Cuando actualmente escuchamos las voces de los históricos Neustadt, Grondona, Alemann junto a las de Hadad, Longobardi, E. Feinmann, De Pablo y CIA sentimos ese hielo que corre por nuestras venas y nuestros heridos recuerdos. Ellos son los profesionales que sirven al sistema y modelo imperante, no escatimando palabras para crear el clima y alimentar el caldo de cultivo de cualquier intentona que pretenda quebrar el orden democrático. Parecería no alcanzarles la desaparición de más de 30.000 personas y los cientos de miles en el exilio.
Ésta por demás apretada síntesis de casi tres décadas, tan llena de dolor y sufrimiento, pretende rendir homenaje a todos los que hoy no están entre nosotros y a quienes que con su lucha, trabajo y militancia han mantenido bien altas las banderas de juicio y castigo a todos los culpables de ayer y de hoy.

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