Tú y yo somos como de la familia. Nuestra relación personal se remonta a muchos años atrás, aunque ninguno de los dos se haya molestado en airearla; nadie se lo creería.
Sin embargo, mi vida quedó profundamente marcada por algo muy personal que la familia Bush hizo por mí. Doy un paso adelante y confieso: vuestro primo Kevin fue el director de fotografía de Roger & Me.*
* Documental de Michael Moore en el que narra la decadencia económica de su ciudad natal, Flint, Michigan, tras el desmantelamiento de la fábrica de General Motors. (N. del T.)
Cuando hice la película, no sabía que tu madre y la de Kevin eran hermanas. Sólo pensé que Kevin, a quien conocí cuando filmaba la quema de una cruz por parte del Ku Klux Klan en Michigan, era uno de esos artistas bohemios que viven en Greenwich Village. Ya había realizado una película espléndida, Atomic Café, y casi en broma le pedí que viniese hasta Flint, Michigan, para enseñarme a filmar. Para mi sorpresa, aceptó y, durante una semana del año 1987, Kevin Rafferty y Anne Bohlen anduvieron por todo Flint adiestrándome en el manejo del equipo y dándome consejos preciosos para dirigir un documental. Sin la generosi-dad de tu primo, Roger & Me nunca se habría hecho rea-lidad.
Recuerdo el día en que tu papá fue investido presidente. Yo estaba montando la película en una sala infecta de Washington y decidí encaminarme hacia el Capitolio para presenciar el juramento de su cargo ¡Aluciné en colores al ver a tu primo Kevin, mi mentor, sentado junto a ti en el estrado! También recuerdo que los Beach Boys interpretaron Wouldn't It Be Nice en un concierto gratuito organizado en el Mall de Washington en honor del nuevo presidente. De nuevo en la sala de montaje, mi amigo Ben no cabía en sí de gozo por la ocurrencia de usar esa misma canción sobre escenas de la devastación causada en la ciudad de Flint por la deserción de General Motors.
Meses después, cuando se estrenó la película, tu papá, el presidente, mandó que le enviaran una copia a Camp David para poder verla en familia. Cómo me hubiese gustado poder espiaros en el salón mientras contemplabais los estragos y el desaliento que se habían adueñado de mi ciudad natal gracias, en buena medida, a las decisiones tomadas por el señor Reagan y por tu padre. En ese sentido, hay algo que siempre he deseado saber. Al final de la película, cuando el ayudante del sheriff echaba a la calle los regalos y el árbol de Navidad de los niños sin techo porque debían 150 dólares de alquiler, ¿se llegaron a derramar lágrimas en la sala? ¿Alguien se sin-tió responsable de aquello? ¿O se limitaron todos a pensar «¡Eres un cámara cojonudo, Kev!»?
Bueno, eso era a finales de los ochenta. Acababas de dejar la botella y, tras algunos años de sobriedad, tratabas de «encontrarte a ti mismo» con ayuda de papá: una empresa petrolera por aquí, un equipo de béisbol por allí... Yo ten-go perfectamente claro que nunca tuviste la intención de ser presidente. En uno u otro momento, todos tenemos que de-sempeñar un trabajo que no nos gusta. ¿A quién no le ha pasado?
De todos modos, para ti debe de ser distinto. En definitiva, no se trata únicamente de que no quieras estar allí, sino de que te ves rodeado de la misma panda de carrozas que en otra época gobernó el mundo con papi. De todos esos hombres que se pasean por la Casa Blanca -Dick, Rummy, Colin-, no hay uno solo que sea amigo tuyo. Son los viejos chochos que papi solía invitar a casa para compartir un buen puro y una botella de vodka mientras soñaban con masacrar a bombazos a los panameños.
¡Tú eres uno de nosotros: un miembro de la generación de la posguerra, un estudiante mediocre, un juerguista! ¿Qué demonios haces con esa gente? Se te están comiendo vivo y te van a escupir como un hueso de aceituna. Probablemente no te dijeron que el recorte de los impuestos pergeñado por ellos para que tú lo firmaras era un timo para estafar dinero a la clase media y entregárselo a los más ricos. Y eso que a ti no te hace falta más dinero, gracias al yayo Prescott Bush y a su mercadeo con los nazis antes y durante la Segunda Guerra Mundial.*
* A finales de la década de los treinta y a lo largo de los cuarenta, Prescott Bush, padre de George I y abuelo de W., fue uno de los siete directores de la Union Banking Corporation, propiedad de industriales nazis. Tras filtrar el dinero por medio de un banco holandés, escondieron unos 3 millones de dólares en el banco de Bush. Dado su puesto preeminente, es sumamente improbable que Bush no estuviera al corriente de la conexión nazi. Finalmente, el gobierno expropió los activos y el banco se disolvió en 1951, después de lo cual Prescott Bush -y su padre, Sam Bush- recibieron 1,5 millones de dólares.
Sin embargo, todos esos tipos que te ofrecieron una cifra récord de 190 millones de dólares para tu campaña (dos terceras partes de los cuales procedían de sólo setecientos in-dividuos), la quieren recuperar reduplicada. Te van a acosar como perros en celo para asegurarse de que cumplas con el dictado. Puede que tu predecesor tuviera la desfachatez de alquilar el dormitorio de Lincoln a Barbra Streisand, pero eso no es nada: antes de que te enteres, tu colega, el presidente en funciones Cheney, les entregará las llaves del ala Este de la Casa Blanca a los directivos de AT&T, Enron y ExxonMobil.
Tus críticos se ceban contigo por echar la siesta y acabar tu jornada laboral hacia las 4.30 de la tarde. Deberías decirles que no haces más que instaurar una nueva tradición americana: ¡siestas para todos, y todo el mundo en casa a las cinco! Créeme: si lo haces se te recordará como el mejor presidente de la historia. ¿Cómo se atreven algunos a insinuar que no pegas golpe? ¡Mentira! No he visto a un presidente más atareado que tú. Actúas como si tus días en el poder estuviesen contados. Con el Senado en manos demócratas y la Cámara de Representantes a punto de seguir el mismo camino en las elecciones legislativas del año 2002, debes tratar de ver la botella medio llena (es un decir): todavía te quedan dos años antes de que todos esos ganadores resentidos que votaron por Gore te echen a patadas.
Aunque apenas llevas unos meses en el poder, la lista de tus logros es abrumadora:
* Has reducido en 39 millones de dólares el gasto federal dedicado a bibliotecas.
* Has recortado 35 millones de dólares de fondos para la formación pediátrica avanzada de los médicos.
* Has recortado en un 50 % los fondos destinados a la investigación sobre fuentes de energía renovable.
* Has aplazado la aprobación de leyes para la reducción de los niveles «aceptables» de arsénico en el agua potable.
* Has recortado en un 28 % los fondos de investigación para el diseño de vehículos más limpios y seguros.
* Has abrogado normas que conferían un mayor poder al gobierno para negar contratos a empresas que violan leyes federales y medioambientales y no garantizan unos mínimos de seguridad laboral.
* Has permitido que la secretaria de Interior Gale Norton solicite la apertura de parques nacionales para que en ellos se puedan talar árboles, abrir minas de carbón y hacer perforaciones para extraer gas natural.
* Has roto tu promesa de campaña de invertir 100 millones de dólares al año en la conservación forestal.
* Has reducido en un 86 % el Community Access Program, que coordinaba la ayuda sanitaria a personas sin cobertu-ra médica a través de hospitales públicos, clínicas y otros centros sanitarios.
* Has invalidado una propuesta para facilitar el acceso público a información acerca de las consecuencias potenciales de accidentes en plantas químicas.
* Has recortado en 60 millones de dólares los programas de vivienda social.
* Te has negado a ratificar el Protocolo de Kioto de 1997, firmado por 178 países para frenar el calentamiento global.
* Has rechazado un acuerdo internacional para reforzar el tratado de 1972 que prohíbe la guerra bacteriológica.
* Has recortado en 200 millones los programas de formación profesional para trabajadores desplazados.
* Has retirado 200 millones destinados al programa Childcare and Development que ofrece servicio de guardería a familias de bajos ingresos.
* Has negado a los funcionarios la cobertura médica de los anticonceptivos que precisan receta (aunque la Viagra sigue estando cubierta).
* Has recortado 700 millones de los fondos para reparaciones en viviendas sociales.
* Has reducido en 500.000 millones de dólares el presupuesto de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente.
* Has anulado las reglas laborales «ergonómicas» diseñadas para proteger la salud y seguridad de los trabajadores.
* Has incumplido tu promesa de campaña de regular las emisiones de dióxido de carbono, factor determinante del calentamiento global.
* Has prohibido toda ayuda federal destinada a organizaciones internacionales de planificación familiar que ofrecen asesoramiento para abortar y otros servicios con sus propios fondos.
* Has nombrado al ex ejecutivo de la industria minera Dan Lauriski como subsecretario de Trabajo para la Salud y la Seguridad en las Minas.
* Has nombrado subsecretaria de Interior a Lynn Scarlett, escéptica acerca del calentamiento global y contraria a la implantación de normas más estrictas contra la contaminación del aire.
* Has aprobado el controvertido plan de la secretaria de Interior Gale Norton para subastar terrenos del litoral orien-tal de Florida a empresas relacionadas con la industria del gas y el petróleo. Has anunciado tus planes para permitir prospecciones petrolíferas en el parque nacional Lewis and Clark de Montana.
* Has amenazado con cerrar la oficina del sida de la Casa Blanca.
* Has decidido prescindir del asesoramiento de la Asociación de Abogados de Estados Unidos para los nombramientos judiciales federales.
* Has denegado ayuda económica a estudiantes declarados culpables de faltas menores relacionadas con las drogas (a pesar de que asesinos confesos pueden seguir optando a esa ayuda económica).
* Has destinado un mero 3 % de la cantidad solicitada por los letrados del Departamento de Justicia para los con-tinuados litigios de la administración contra las tabaca-leras.
* Has proseguido con tu recorte de los impuestos, un 43 % del cual beneficia al 1 % de los estadounidenses más ricos.
* Has firmado un proyecto de ley que dificultará a los americanos pobres y de clase media declararse en bancarrota, incluso cuando tengan que pagar facturas médicas elevadas.
* Has nombrado a la enemiga de la discriminación positiva Kay Cole James como directora de la Oficina de Gestión de Personal.
* Has reducido en 15,7 millones de dólares los programas destinados a la asistencia de niños maltratados.
* Has propuesto la eliminación del programa Reading is Fundamental («la lectura es imprescindible», que distribuye libros gratuitos entre los niños de familias pobres.
* Has impulsado el desarrollo de armas nucleares menores, diseñadas para atacar objetivos subterráneos, lo que supone una violación del tratado contra pruebas nucleares.
* Has tratado de revocar normas que protegen 25 millones de hectáreas de parques naturales de la explotación forestal y de la construcción de carreteras.
* Has nombrado a John Bolton, contrario a los tratados de no proliferación armamentística y a la ONU, subsecretario de Estado para el Control de las Armas y la Seguridad Internacional.
* Has convertido a la ejecutiva de Monsanto Linda Fisher en administradora adjunta de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente.
* Has nombrado juez federal a Michael McConnell, destacado crítico de la separación entre Iglesia y Estado.
* Has nombrado juez federal a Terrence Boyle, que se ha opuesto a los derechos civiles.
* Has cancelado la fecha límite de 2004 para que las empresas automovilísticas desarrollen prototipos de bajo consumo.
* Has nombrado zar antidroga a John Walters, ferviente detractor de los programas de rehabilitación de presos drogadictos.
* Has designado subsecretario de Interior a J. Steven Giles, miembro de los grupos de presión con intereses petrolíferos y carboníferos.
* Has nombrado a Bennett Raley, que pretende revocar la Ley de Especies en Peligro de Extinción, subsecretario de Interior para el Agua y la Investigación Científica.
* Has pretendido que se desestime una querella presenta-da en Estados Unidos contra Japón por parte de mujeres asiáticas forzadas a trabajar como esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial.
* Has nombrado procurador general del Estado a Ted Olson, tu principal abogado en la debacle electoral de Florida.
* Has propuesto la simplificación del trámite de permisos para construir refinerías y presas nucleares e hidroeléctricas, lo que implica la reducción de las normas de protección del medio ambiente.
* Has propuesto la venta de áreas protegidas en Alaska que cuentan con reservas de petróleo y gas.
¡Caray! Qué pedazo de lista, ¿no? ¿De dónde sacas tanta energía? (Son las siestas, ¿a que sí?)
Naturalmente, muchas de estas medidas han recibido el beneplácito de los demócratas, a quienes más adelante les dedico unas líneas.
Pero ahora mismo lo que me ocupa y preocupa eres tú. Trata de recordar: ¿cuál fue tu primera disposición como «pre-sidente»? Antes de subir al coche para dar el tradicional paseo por la avenida Pennsylvania en tu desfile inaugural, insististe en que alguien desatornillase la matrícula de la limusina, pues en ella se podía leer el lema «Apoya a Washington D. C. como estado federal». ¿Qué te pasa? ¡Es el día más importante de tu vida y te picas por una matrícula! Relájate, fiera.
En todo caso, sospecho que me empecé a preocupar por ti mucho antes de aquel día. Durante tu campaña, salieron a la luz una serie de inquietantes revelaciones relativas a tu comportamiento. Finalmente, se diluyeron, pero yo sigo algo inseguro respecto a tu capacidad para ejecutar debidamente tu trabajo. No lo tomes como moralina -para eso ya está Cheney-; no se trata más que de una sincera muestra de interés por parte de un buen amigo de la familia.