Entrevista a James Cocroftt, autor de América Latina y EEUU:
"Podemos, si unificamos cada vez más nuestras luchas, derrotar al imperialismo"
Eduardo Nava Hernández Morelia. Michoacán. México. Revista Proyección
Conocemos su obra de mucho tiempo atrás sobre México nos ha asombrado el conocimiento que usted tiene de nuestro país y el amor tan grande que ha sentido por México, que lo ha llevado a investigar temas que en su momento eran pocos tratados por los propios autores mexicanos, muy desconocidos desde luego por la gran mayoría de nosotros los mexicanos. ¿Cómo encuentra a México en esta visita que esta realizando en este momento a nuestro país? Sabemos que viene con frecuencia pero qué cambios percibe entre el México de hoy y el de hace algunos años al venir a visitarnos.
El México de hoy es mas o menos igualito que el que vi el año pasado, porque he visitado a México frecuentemente en los últimos años, y hay algunos cambios importantes. Yo creo que el primero es la presión de los movimientos antiguerra y antiglobalización capitalista no solamente en México sino en todo el planeta nos han dado un resultado, no diría yo una victoria sino el resultado de no aprobar las demandas del imperialismo norteamericano en la última reunión de la OMC en Cancún. Claro que eso significa que todo se queda igual que antes, pero por lo menos, el gobierno mexicano por primera vez ha aportado, digamos con el sentimiento popular, el no aceptar el chantaje del imperialismo, en término de los acuerdos propuestos sobre la agricultura.
En cambio el mismo gobierno sigue entregando el país a intereses extranjeros; por ejemplo su decisión de andar llevando maíz amarillo trasgénico durante la misma reunión en Cancún en el puerto de Veracruz, violando las leyes mexicanas, internacionales y el tratado internacional de bioseguridad. A través de las elecciones podemos ver desilusión pública con el foxismo y el entreguismo. En términos de los movimientos sociales, yo creo que muchos de estos movimientos siguen en lucha pero con menos fuerza hoy que antes, en mis visitas de los últimos años, debido a una serie de factores incluyendo su diversión en caminos electorales, su cuotación por juegos con el gobierno, el estilo priista, aun con el PAN en el gobierno, con el Sr. Fox y otras razones propiamente económicas, de sobrevivencias, de la lucha cotidiana cuando no hay comida para la familia. Ahora pasa en Michoacán con las inundaciones y casi medio millón de gente sin agua potable. Pero reconociendo estos factores yo tengo esperanza en la cultura de México porque hay una continuidad en las luchas populares de más de 500 años por parte de pueblos indígenas y también porque hay una nueva victoria en el movimiento Zapatista que da nuevos enfoques de poder popular en las comunidades autónomas y municipios autónomos indígenas en Chiapas y otros zonas del país. Quiero mucho a México y por eso hablo franca y abiertamente sobre temas políticos que en realidad son cuestiones para el pueblo mexicano y no para un extranjero, pero me pegunta y respondo con mucho amor, mucho afecto, mucho cariño, a todos los que luchan aquí en México como en todas partes del planeta porque otro mundo sea posible y ojalá que sea socialista, pluralista, participativo y sobre todo democrático.
Uno de los rasgos que podemos llamar estructural del México de hoy es su vinculación estrecha con la economía de los Estados Unidos, y ahora lo que vemos, es que esta economía está en una recesión de la cual no parece salir y que puede prolongarse. ¿Qué consecuencias considera usted que puede tener la vinculación estratégica del gobierno y la burguesía mexicanos con la economía estadounidense?
Yo creo que muchos países del mundo, incluyendo a México sobre todo, tienen digamos una imagen de su futuro en lo que pasó en Argentina: el argentinazo que siguió al colapso de la economía. Aunque no hay una dolarización formal en México, en realidad el peso está tan relacionado con el dólar y el comercio está tan dolarizado en México, que la integración que acaba de mencionar esta creando una situación muy dura para el pueblo mexicano, y aun para la burguesía mexicana y el gobierno. Mucha gente dice que la economía mundial está en recesión; ciertamente está en recesión en los casos de los Estados Unidos y México y que en algún sentido poco a poco la economía del mundo está argentinizándose.
Sea lo que sea el futuro económico, es evidente que todo el sistema de reglas, las prácticas de privatización, de bajas de sueldos, de castigos a pueblos enteros por parte de la política económica de los Estados Unidos, el llamado neoliberalismo, todo ese modelo ya es un fracaso y todo mundo se da cuenta de que el emperador con su nuevo ropaje neoliberal está en realidad desnudo. Dado esto vemos cómo muchos países del mundo se juntaron en el grupo de 21 ahora 23 contra los Estados Unidos en Cancún incluyendo a México, Argentina; cómo varios países de América Latina están negociando entre sí para crear mercados latinoamericanos independientes de los Estados Unidos para por lo menos mejorar su situación de negociación en cuanto al ALCA; y muchos candidatos fueron elegidos en América Latina recientemente prometiendo a sus pueblos no ayudar al proceso de integración latinoamericana al estilo gringo, es decir el ALCA. Vamos a ver qué pasará con Lula y Kirtchner y otros nuevos presidentes en América Latina, pero ya ciertamente los pueblos han dicho en sus plebiscitos, como en México y Brasil, que no quieren al ALCA y al carajo con el ALCA.
¿Usted considera que México tiene perspectivas dentro de un acuerdo latinoamericano en este momento?
Yo creo que con Fox no, pero con otro presidente y otras fuerzas sociales en el poder en México podríamos ver un cambio bastante radical en cuanto a un intento de crear un espacio independiente de la dominación yanqui en la economía mexicana. Yo creo que muchas ideas en los debates que ya ocurren en todas partes del mundo, nuevas ideas y planes y programas, detalles concretos serán desarrollados para mostrar otro camino, hacía otro mundo posible porque, siguiendo la soberanía económica de las naciones en su comercio, protegiendo los intereses de los campesinos en la agricultura y de los obreros en la industria, y el mundo financiero, entonces sí creo que es posible a través de nuevos gobiernos y de un incremento en la presión de los movimientos sociales antiglobalización capitalista crear una situación de transición hacía de un socialismo participativo que sirva al pueblo en vez de robarlo como lo hace el sistema capitalista actual.
Pero ¿cual sería la perspectiva? Lo que vemos es que un país que intenta tener una política independiente como Venezuela y al cual Estados Unidos no le puede dar el mismo trato que a Cuba sobre todo por depender del abasto petrolero de ese país; sin embargo, vive una crisis económica muy fuerte, una recesión, más que una recesión un retroceso muy importante en su economía, una parálisis económica en gran parte inducida por la política de los propios Estados Unidos para forzar un cambio de gobierno. ¿No ocurriría esto también en otros países de América Latina que intenten tener una política independiente?
No creo que los Estados Unidos tengan la capacidad en este momento histórico de imponer su voluntad ni en Venezuela, sin mencionar a los otros países en América Latina, porque, primero su propia economía está en una crisis profunda. Con una deuda que es francamente miles de veces más grande que la deuda de México o de Venezuela, y con un estancamiento que tiene sus raíces desde 73-74 y no se resuelve con los intentos neoliberales desde entonces. La segunda razón es que Estados Unidos está sobreexpandido militar y políticamente: en Medio Oriente, en Iraq, Afganistán, toda la zona del Mar Caspio y en Colombia, las Filipinas y otras partes del planeta. Entonces el pueblo norteamericano no acepta este nuevo imperio, lo rechaza diariamente cada vez más con sus manifestaciones en las calles como veremos el 25 de octubre que viene en Washington. Es decir, hay un proceso de cambio en la opinión pública de los Estados Unidos. Pero principalmente porque los Estados Unidos simplemente no puede imponer su voluntad ahora ni en Venezuela, ni en Argentina ni en Brasil aunque hasta ahora lo ha logrado, pero ustedes y yo creo que nosotros veremos que defender el imperio no solamente contra un Salvador Allende en Chile como en 1970 sino varios Salvador Allende creciendo, floreciendo 30 años después en Bolivia, Uruguay, Argentina, Brasil, en Venezuela mismo, pues es imposible. No hay fuerzas militares suficientes.
Ahora, el imperialismo tiene un plan de militarizar a todo el continente: el Plan Colombia, Plan Puebla-Panamá, Plan Dignidad en Bolivia, Iniciativa Andina, Aguila III en Mendoza, Argentina, bases militares por todas partes menos en Perú, pero incluyendo el Caribe. Con todo este armamento fuerte qué hacen los Estados Unidos. La ONU misma está dispuesta a negociar con las FARC en Colombia lo que es totalmente contrario al plan gringo; y el Plan Colombia tiene que ver con el petróleo de Venezuela, pero el pueblo se organiza para defender su revolución bolivariana. Chávez mismo tiene una alternativa al ALCA, su Plan Bolivariano de integrar toda América Latina desde México hasta la Patagonia, y es un buen plan, muy racional. Además ahora el problema es que hay una gran recesión en Venezuela porque como muchos otros países capitalistas en América Latina está pagando su deuda, está manteniendo los intereses capitalistas, los mismos intereses que bloquean económicamente y crean la recesión. Chávez es un líder muy capaz y a la mejor, todo esto no puede seguir sin cambios aún más radicales. Si no se hallan, entonces es posible que el problema económico en Venezuela va a derrotar a Chávez más que un tercer intento de golpe militar, que ya trató el imperialismo sin lograrlo; pero con bloqueos o mejor dicho desestabilizaciones económicas, si los Estados Unidos a veces han podido derrumbar gobiernos sin digamos un golpe militar fascista estilo chileno -por ejemplo, el caso de los sandinistas en Nicaragua, o los rebeldes en el Salvador y otros países en Centro América- . Pero estos países pequeñitos, empobrecidos, de Centro América no son un gigante petrolero como Venezuela y por eso también digo que yo mantengo esperanza para el futuro de América Latina, que podemos si unificamos cada vez mas nuestras luchas derrotar al imperialismo y sin tal derrota todos el planeta sufrirían las consecuencias de este mandato "bushevique" que está destruyendo a la humanidad.
Recién concluida la Junta Ministerial de Cancún todos los balances que se han hecho apuntan a que ha sido un fracaso, en cuanto a que la OMC no es el instrumento que permita regular las relaciones comerciales entre países pobres y países ricos, países empobrecidos más todavía por las condiciones de comercio internacional, y también se manifestó un movimiento que no es nuevo pero que cada vez va cobrando más fuerza a nivel mundial precisamente en contra de las condiciones en que se está dando el comercio mundial y la llamada globalización. Después de Cancún, ¿ qué sigue? ¿Hacia dónde avanza este movimiento? ¿Qué va a ocurrir?
El movimiento va creciendo milagrosamente porque hay muchas tendencias: el movimiento internacionalista, antiglobalización capitalista, altermundialista, y en Miami en noviembre habrá una reunión para tratar de imponer el ALCA y habrá grandes manifestaciones en Miami también. Después de Cancún entonces toda la lucha sigue en aquella forma que ya hemos visto pero con muchas nuevas formas, creo, y los cambios principales: primero fue Porto Alegre, el Foro Social Mundial y toda la alianza que incorpora va a trasladarse en enero o febrero a Bombay, India es decir a Asia en donde hay ahora fuertes movimientos antiglobalización capitalista, casi iguales a los movimientos de América Latina y en algunos casos aún más fuertes. Claro que hay centros de debilidad. Asia es una región muy compleja. Pero hay, digamos, un auge en los movimientos sociales en Asia contra la globalización. En el encuentro internacional en India es una etapa muy clave para el futuro del mundo. Este es un cambio importantísimo que veo, y el segundo en nuestros movimientos antiglobalización o altermundialistas, diría yo, es en la internacionalización de varios sectores de los movimientos sociales. Vemos el ejemplo en Francia de José Bové, líder de Vía Campesina, unificándose en la marcha durante Cancún, pero allá en Francia, con un representante del campesinado de San Salvador Atenco con su machete como símbolo de lucha. Y este proceso es una cosa simbólica si se quiere, pero cada símbolo tiene fuerza de espíritu de pueblo en el terreno local y muchos campesinos ahora, como antes con más energía, y más posibilidades se unifiquen regionalmente e internacionalmente para entrar en encuentros como Porto Alegre o el próximo en India. Estos dos cambios de tratar de mantener un movimiento en proceso de desarrollarse e internacionalizarse son lo más importante en mi opinión que de nuevo me deja con cierto grado de optimismo a pesar de la situación peligrosísima que vive el planeta ahora.
Volviendo a México, vamos a ver qué pasa después de Cancún pero en realidad el movimiento social en México sigue siendo muy débil aún para enfrentar las reformas neoliberales y la reestructuración del capitalismo como se ha venido dando. Como dice usted son símbolos que se han manejado ya sea el Ejercito Zapatista o campesinos como los de San Salvador Atenco, que si bien han obtenido pequeñas victorias morales se ven muy lejos todavía de estructurar una fuerza capaz de frenar o revertir estas reformas y me parece una paradoja el que además la izquierda partidaria por llamarle así, los partidos de izquierda se ven muy distantes de estos movimientos. No sé cómo se vea esto desde fuera de México: el movimiento social y su vinculación con la política partidaria que es la que va a definir finalmente el rumbo a partir del 2006 que tomará México.
Pues es evidente que los partidos grandes y pequeños de las izquierdas, mundialmente, están en proceso de tener menos influencia durante todo este auge de movimientos sociales. Solamente que aquellos partidos tienen que revalorar qué están haciendo porque mucha gente no tiene ninguna confianza en aquellos partidos, pero yo insisto que es muy fácil culpar a la izquierda por los problemas creados por la derecha y no puedo en este estilo con los argumentos promovimientos sociales contra cualquier partido. Aun los mismos argentinos han descubierto en el ultimo año que ese juego de "que se vayan todos" no está dando resultados por varias razones. En el caso argentino el partido peronista tiene cierto talento para manipular a la opinión pública y siempre hay los medios de comunicación controlados por gran capital financiero-industrial en cualquier país capitalista. Entonces es evidente que los mismos movimientos sociales se dan cuenta que necesitamos una organización mayor, sea un partido, una coalición de partidos y organizaciones sociales, pero tendremos que organizarnos y es la tarea de cualquier persona en la lucha hoy en día: sea un militante de un partido o de un movimiento social, desde mi punto de vista.
Uno de sus últimos libros y creo que el último en el que ha tratado el caso de México se llama La esperanza de México ¿Dónde ve usted, la esperanza de México?
Yo veo la esperanza de México precisamente en la continuidad de las luchas sociales populares desde hace más de 500 años. En el libro documento o trato de documentar muchos casos hasta ahora más o menos escondidos en la historia popular, muchos casos de luchas de mujeres, pueblos indígenas, obreros mineros y de fábricas textiles, muchas luchas de la mujer contra el patriarcado y trato en el libro de argumentar que toda la historia mexicana refleja, digamos, una parte todavía demasiado escondida que el pueblo vive y que el pueblo decide su historia moralmente, y a través de redescubrir historias, rescatar la historia escondida que es el intento de mi libro. Entonces concluyo con la nota de que en cada etapa hemos visto momentos de derrota de la lucha popular pero a la vez hemos visto cómo el pueblo en lucha ha conquistado nuevas victorias y hay una continuidad de mantenerse en lucha a pesar de tantas dificultades y eso me significa una esperanza porque normalmente cuando se aplasta a un pueblo es muy difícil recuperarse; hay un poder de recuperación del pueblo mexicano que es muy importante, que he notado en mis investigaciones históricas y actuales Para concluir diría que la esperanza de México es la esperanza del mundo porque hay tales esperanzas en muchas partes del mundo. Ahora y se interrelacionan entre sí, entonces es esta esperanza que tenemos con la cual tenemos que juntarnos porque sin tan esperanza no habrá ninguna victoria y el imperialismo seguirá sin desafíos.