|  
        Libros sí, Alpargatas también | 
 
6 de abril de 2004
Reseña "El libro negro de las marcas", de Klaus Werner y Hans Weiss 
El crimen que se esconde detrás de las etiquetas y los logotipos 
Pascual Serrano www.pascualserrano.net
Rebelión 
 Habitualmente nos 
  suele indignar que los medios de comunicación no se atrevan a desvelar 
  muchas de las miserias y denuncias de las grandes multinacionales. Su poder 
  como accionistas y anunciantes de muchos medios les permiten impunidad a la 
  hora de salir a la luz la verdad de su actividad económica. Apenas se 
  difunden periódicamente la denuncia de alguna ONG sobre las condiciones 
  laborales en las empresas subcontratadas por esas grandes multinacionales en 
  los países empobrecidos y, casi siempre, omitiendo o dejando para la 
  letra pequeña el nombre de la empresa matriz. Este libro es la revancha 
  contra su poder desvelando todos los trapos sucios que rodean a muchas de ellas.
Habitualmente nos 
  suele indignar que los medios de comunicación no se atrevan a desvelar 
  muchas de las miserias y denuncias de las grandes multinacionales. Su poder 
  como accionistas y anunciantes de muchos medios les permiten impunidad a la 
  hora de salir a la luz la verdad de su actividad económica. Apenas se 
  difunden periódicamente la denuncia de alguna ONG sobre las condiciones 
  laborales en las empresas subcontratadas por esas grandes multinacionales en 
  los países empobrecidos y, casi siempre, omitiendo o dejando para la 
  letra pequeña el nombre de la empresa matriz. Este libro es la revancha 
  contra su poder desvelando todos los trapos sucios que rodean a muchas de ellas. 
  
  Mantenimiento y complicidad con sangrientas dictaduras corruptas, financiación 
  de paramilitares que masacran sindicalistas, explotación de menores en 
  interminables jornadas laborales, saqueos de recursos naturales en reservas 
  naturales protegidas, expulsión de poblaciones indígenas de sus 
  ancestrales territorios, masivo deterioro medioambiental y desprecio a cualquier 
  regulación fiscal y laboral son los métodos habituales de las 
  grandes marcas comerciales. 
  Ellas ingresan millonarias sumas gracias a los consumidores del primer mundo, 
  mientras abusan y explotan en los países pobres donde instalan su producción 
  al margen de cualquier legislación y derecho laboral. Como dicen los 
  propios autores "muchos de los hechos descritos en este libro apenas merecen 
  la atención de los medios de comunicación, porque una gran parte 
  de los crímenes de las multinacionales se producen en rincones olvidados 
  del mundo". 
  El listado de marcas "infames" empezó siendo liderado en la primera edición 
  de este libro por tres empresas cuyos productos están en la puerta de 
  nuestras casas: la farmacéutica Bayer, la petrolera TotalFinaElf y el 
  restaurante de comida rápida McDonald´s. En la presente edición 
  Exxon Mobil y Mattel (la juguetera de las muñecas Barbie) se han incorporado 
  al triste podium de las tres marcas más miserables. 
  El libro, además de repasar el lúgubre currículo de 48 
  marcas líder de diferentes sectores de producción, analiza en 
  ocho capítulos algunos ejemplos indignantes de los métodos de 
  funcionamiento de las empresas y su complicidad con gobiernos e instituciones. 
  
  Pero antes de todo ello, los autores hacen algunas precisiones que son muy de 
  agradecer. Dejan claro que han elegido sólo algunas marcas a modo de 
  ejemplo, en especial "a aquellas empresas que disponen de una elevada porción 
  del mercado y que tienen marcas conocidas". "El hecho de que nombremos a Nike 
  o Adidas no significa automáticamente que Asics, Brooks, Fila, New Balance 
  o Puma sean mejores: simplemente han tenido la suerte de no estar tan 
  extendidas", afirman los autores. 
  Para Klaus Werner y Hans Weiss no existen marcas propiedad de multinacionales 
  que pudiesen integrar un "libro blanco", "cualquier empresa multinacional, que 
  obtiene beneficios sobre la base de la diferencia de ingresos existente entre 
  el Norte y el Sur, mantiene el statu quo en tanto no pague voluntariamente salarios 
  que aseguren la existencia de los trabajadores ni invierta para elevar los niveles 
  sociales y ecológicos". La única excepción serían 
  los productos con el sello de "Comercio Justo". 
  En la revelación de la información de esta obra han participado 
  grupos de derechos humanos, sindicatos, organizaciones religiosas y periodistas 
  críticos de todo el mundo. Algunos de los casos estudiados han requerido 
  la infiltración de los autores en ese mundo. Así, Klaus Werner 
  se hizo pasar por un comerciante del mineral coltan para destapar el papel de 
  Bayer en la financiación de la guerra en el corazón de Africa 
  que ya se ha cobrado 3’3 millones de muertos. Hans Weiss se hizo pasar por ejecutivo 
  de empresa farmacéutica para confirmar que jefes clínicos de Budapest 
  hacían ensayos clínicos prohibidos con pacientes por encargo de 
  grandes empresas farmacéuticas. 
  Ante las acusaciones de este libro, la mayoría de las multinacionales 
  han reaccionado remitiéndose a su código de conducta en el que 
  se pronuncian contra el trabajo infantil y a favor de la bondad del mundo. Un 
  código cuyo cumplimiento está supervisado por ellas mismas, algo 
  así como si la inspección de nuestra declaración de la 
  renta la hiciese nuestro asesor fiscal. No se dispone de instituciones independientes 
  que controlen el cumplimiento. En otras ocasiones intentan tapar sus miserias 
  con supuestas obras sociales. Así, el presidente de Mercedes habla de 
  "responsabilidad social", mientras su empresa fabrica minas antipersona prohibidas. 
  O se envían a 120 directivos de Siemens ha construir un campamento de 
  verano para niños huérfanos de Alemania y de la República 
  Checa mientras millones de personas del Tercer Mundo se ven desplazadas por 
  la construcción de sus represas o siembra el mundo de peligrosas centrales 
  nucleares. Otras veces, simplemente han mentido como hicieron Bayer, Shell o 
  McDonalds. 
  Y como no podía ser de otra manera, la obra también incluye propuestas 
  y sugerencias para que la ciudadanía reaccione y asuma un consumo consciente, 
  responsable y crítico. 
  Tras leer este libro, uno tiene la impresión de que, en algunas ocasiones, 
  el sistema tiene resquicios por los que se escapa la verdad y las miserias de 
  los poderosos. No los desaprovechemos, conozcámoslos y esgrimamos la 
  información necesaria para escupirles a la cara. 
  "El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales". 
  Klaus Werner y Hans Weiss. Debate. 2004