VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Heinz Dieterich Steffan


19 de febrero del 2003

Crónica de despedida del Levantamiento Boliviano

Heinz Dieterich Steffan
Rebelión

Surreal el acontecimiento: tres vanguardias nacionales en cinco horas. Sólo en la Patria Grande puede suceder semejante cosa..
Los europeos son demasiado ordenados, para permitirse parecida locura. A los chinos les pesan 7000 años de cultura que no permiten el desmadre en la política. Y los gringos, por mero respeto a la higiene mental, jamás podrían consentir similar desorden de las variables. Volvería loco también a los fundamentalistas de todo color: no hay lexicon de la teoría de la revolución que legitime tan exótica realidad..
Y con todo, imitando al viejo Galileo Galileí, se movió y se realizó: la vanguardia loca del levantamiento boliviano..
Iniciaron la excentricidad unos chavitos del Colegio de Ayacucho, de unos 12 años. Exigiendo el cumplimiento de demandas escolares y, también, rebelándose contra el impuestazo, salieron a las 11:00 hrs de la mañana a apedrear el Palacio de Gobierno..
Dignos alumnos-herederos de Don Simón Rodríguez, maestro de El Libertador, quien estableció la enseñanza laica y científica en el Alto Perú (Bolivia) en 1826, hasta que el Prefecto de Chuquisaca acabó con sus sueños y creaciones humanísticas, cerrando las escuelas por "las rarezas" de Don Simón y expulsándolo de Chuquisaca..
Fundado en 1826, llevando el nombre de una de las grandes batallas libertadoras, los alumnos del Colegio Ayacucho arreciaron el 12 de febrero del 2003 la lucha contra el presidente gringo, rompiendo con piedras benditas y martillos industriosos los vidrios del Palacio de la Represión..
Tres horas después, otros uniformados ---los policías--- entraron en relevo, respondiendo a las bombas lacrimógenas de la Policía Militar con la misma medida. Y, media hora después, honorando a sus primeros muertos asesinados por los francotiradores del ejército, devolvieron el fuego con municiones de guerra, causándole también las primeras bajas a los militares..
A las 15:00 hrs se aparece el pequeño ejército loco del Comité Ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), conformado en su mayoría por los aguerridos mineros del interior. Cobijada por su bandera roja entran ---como si fuera un blindaje a prueba de bala--- a la Plaza Murillo, ofreciendo la vida por la causa libertadora de la Patria. Sólo les siguen unos diez intrépidos más a la Plaza de la Matanza..
Pero, esta vez la Virgen del Socavón los protege del "tío" que se ha salido de las profundidades de los socavones y anda suelto en la Plaza Murillo. Milagrosamente, nadie muere, y la tercera vanguardia del levantamiento se salva..
Quedan los 31 muertos y cientos de heridos que no contaron con la misma suerte. Y la lección vanguardista de la praxis que enriquece la teoría, para hacerlo todo mejor, en la próxima rebelión.