Marta Harnecker
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1.
EZLN: Movimiento armado que abre espacios políticos
Marta Harnecker
Este texto forma parte de una trabajo más extenso
de Marta Harnecker: América latina:Tarea estratégica: articular
izquierda partidaria e izquierda social para construir un gran bloque social antineoliberal
(21 de agosto 2001), preparado por la autora para el Foro Mundial de Alternativas,
en el contexto de una investigación sobre "el Mundo visto desde sus pueblos".
Puede reproducirse citando la fuente y conservando la enumeración de los
párrafos que corresponden al trabajo completo.
Marta Harnecker: mepla@mail.infocom.etecsa.cu
Hacer visible lo invisible
8. En medio de expectativas electorales que recorrían a América
Latina de norte a sur, y cuando circulaba profusamente por el continente el libro
de [Jorge] Castañeda: La utopía desarmada (1993), se producía,
el 1° de enero de 1994, en Chiapas, pueblo indígena del sureste de México,
una rebelión popular dirigida por el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional,(1) organización armada indígena, comandada por Marcos,
que muy pronto se transformaría en una legendaria figura.
9. La columna vertebral de esta fuerza rebelde fue construida con largo y paciente
trabajo organizativo en las comunidades de la Selva y alimentada por contingentes
indígenas de Los Altos al fragor de la batalla.(2)
10. Los guerrilleros, cubiertos sus rostros de pasamontañas, se toman militarmente
7 municipios(3) que constituyen el 25 por ciento del territorio chiapaneco, hecho
sin precedentes en la historia moderna de [México](4) y declaran la guerra
al ejército [manifestando su propósito] de avanzar sobre ciudad
de México para deponer al "usurpador", el entonces presidente Salinas de
Gortari.
11. Emiten la denominada "Declaración de la Selva Lacandona", donde apuntan
que su lucha es por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación,
independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Asimismo, llaman a la población
a incorporarse a sus filas.(5)
12. El gobierno reacciona enviando al ejército. Sus aviones y helicópteros
bombardean las posiciones del EZLN produciendo significativas bajas entre los
guerrilleros y la población civil. Y sus tanques y unidades de tropas comienzan
a recuperar el terreno que los zapatistas habían conquistado.
13. El impacto de esas imágenes transmitidas por la televisión provoca
una actitud de repudio y de simpatía por la guerrilla tan grandes que no
sólo sorprende al gobierno sino al propio EZLN.
14. Esos doce días de guerra bastan para que las estructuras políticas
del país se cimbren en lo más hondo. Se derrumba la imagen de México
en el extranjero [...] Cae el mito del último milagro mexicano y de la
economía que crecía incorporando y beneficiando simultáneamente
al gran capital y a las mayorías trabajadoras. Se destruye la creencia
en las bondades innatas del TLC, contra el cual se levantan expresamente los indígenas
chiapanecos.(6)
15. Se hace visible lo que el régimen neoliberal de ese país ocultaba:
las condiciones infrahumanas de hambre, miseria, explotación y opresión
en la que vivían esos habitantes de la selva Lacandona ignorados por los
medios de comunicación.(7)
16. La reacción popular rebasó con creces a la de los partidos y
organizaciones políticas. Del conformismo, la desesperanza y el miedo,
se pasó a una movilización sin precedentes contra las masacres y
de apoyo a los objetivos que el EZLN perseguía, pero no así a la
forma de lucha empleada.(8)
17. El Ejército Zapatista, que durante años se preparó para
la guerra, fue obligado a reconsiderar su visión del proceso. La participación
activa de amplios sectores sociales para frenar la guerra y para abrir el camino
de una transición pacífica a la democracia modificó su proyecto.
Lo militar pasó a convertirse en un elemento para catalizar los procesos
de organización popular. [...](9)
Acuerdos de San Andrés
18. Luego de esos doce días de confrontación, presionado por el
creciente repudio del pueblo mexicano, el gobierno dio señales de paz implementando
un cese al fuego y los rebeldes estuvieron de acuerdo en iniciar las conversaciones.
Este proceso comenzó con los Diálogos de la Catedral el 12 de enero
de 1998, que más tarde continuaron con otros realizados en el Ejido de
San Miguel y en el pueblo de San Andrés de los Pobres (Sacham'chen).
19. En ellas jugó un importante papel mediador la Iglesia Católica,
particularmente la Diócesis de San Cristóbal, encabezada por el
obispo Samuel Ruiz.(10)
20. Este diálogo culminó en los llamados "Acuerdos de San Andrés",
firmados, en febrero de 1996, por representantes del Poder Ejecutivo, de una Comisión
del Poder Legislativo(11) y por representantes del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional. Éstos documentos " no sólo precisan
los derechos de los pueblos indios a la autonomía de sus gobiernos y a
la preservación de sus culturas. Apuntan hacia la construcción de
un estado pluriétnico que fortalezca la unidad en la diversidad y la articulación
de las comunidades locales, municipales, regionales, nacionales, con inclusión
de lo particular y lo universal. El nuevo pacto de derechos humanos no sólo
incluirá el derecho a la igualdad sino los derechos a las diferencias.
No sólo incluirá los derechos de las naciones, de los trabajadores
y de los campesinos. También constituirá un sistema de democracia
con poder de los pueblos, por los pueblos y con los pueblos para decidir, en uso
de sus autonomías, sobre los programas sociales, económicos, culturales
y políticos dentro de un pluralismo que también respete a las distintas
culturas, creencias, filosofías, razas y al que guíen, como valores
universales, los conceptos de democracia, justicia, libertad. El nuevo pacto asume
como propios, con énfasis en esa democracia, los derechos de la persona
humana, los derechos de las naciones, de los trabajadores, de las etnias, de las
mujeres y de las minorías, incluidas las sexuales".(12)
21. Algunos meses más tarde, en diciembre de 1996, estos acuerdos se plasmaron
en la Ley Cocopa, elaborada por la Comisión de Concordia y Pacificación
(Cocopa),(13) de ahí su nombre.
22. Esta Ley fue rechazada por el entonces presidente Zedillo. El ejército
con el apoyo tanto de grupos paramilitares entrenados por éste como de
los terratenientes de la zona, empezó a llevar adelante una política
de cerco y asedio. Estas acciones le causaron serios problemas a las comunidades
indígenas, pero éstas resistieron y terminaron por organizarse en
zonas autónomas.
La Convención Nacional Democrática y el Frente zapatista
23. El 10 de junio de 1994, emite la Segunda Declaración de la Selva de
Lacandona en la que, al mismo tiempo que rechaza las propuestas del gobierno,
convoca a una Convención Nacional Democrática, aclarando más
tarde que su objetivo era "organizar la expresión civil de esta lucha por
el cambio democrático en México (...) que se concreta en las demandas
de un gobierno de transición y una nueva Constitución".(14)
24. Esta Convención celebra su primera asamblea en Aguascalientes, Chiapas
entre el 5 y el 9 de agosto de 1994.
25. A la CND asistieron alrededor de 6 mil delegados, representando un amplio
universo de sectores sociales. Allí estuvieron corrientes políticas
de inspiración socialista, representantes de partidos políticos,
sindicatos y tendencias democráticas a su interior, organizaciones urbano—populares,
destacamentos campesinos regionales y varios nacionales, estudiantes, una gran
cantidad de ONG que trabajan en los circuitos de promoción a1 desarrollo
y algunas de los circuitos de filantropía y asistencia privada, organizaciones
comunitarias nacidas del trabajo de agentes pastorales, artistas, movimientos
cívicos, intelectuales, organizaciones feministas, etcétera. En
suma, participó en el evento una conjunción de fuerzas cívicas
y gremiales, y de organizaciones sociales y políticas, así como
personalidades relevantes de la cultura y la política nacionales. Estuvieron
presentes también algunos empresarios.(15)
26. Este amplio conjunto de fuerzas asistió a la Convención persuadido
de que la solución plena a sus demandas sectoriales o regionales está
estrechamente vinculada con el fin del régimen del PRI y la posibilidad
de un tránsito pacífico a la democracia.(16)
27. No estuvieron presentes, por diversas razones, algunas fuerzas que, sin embargo,
coincidían con el programa de la Convención, de ahí que se
considere a la CND no como el único agente, sino sólo como un agente
más en el proceso de transición pacífica a la democracia
al lado de otros agentes, entre los que se encuentran partidos políticos,
medios de comunicación, movimientos sociales y grupos ciudadanos.[...].(17)
28. Por otra parte, no fue posible evitar que allí se expresara la cultura
política heredada de las organizaciones de izquierda, que el primer día
casi acapararon el escenario.
29. Su primer reto fue fijar una posición frente a las elecciones del 21
de agosto de 1994 y diseñar un plan en el caso que fuesen fraudulentas.(18)
30. A pesar de los resultados que sólo reconocen el 16% de los votos a
Cuauhtémoc Cárdenas, ni este candidato, ni su partido, ni la CND
que marchaba a la zaga del PRD, lograron activar plan de insurgencia civil alguna
a pesar de haber discutido previamente a las elecciones este tema.(19)
31. La segunda asamblea de la CND se realiza en Tuxtla Gutiérrez del 4
a 6 de noviembre de 1994.(20) Una parte de los asistentes ingresa luego a territorio
zapatista y se reúne con el subcomandante Marcos, quien les manifiesta
su desagrado con la falta de iniciativa y claridad de objetivos de la Convención.
Critica la actuación de los partidos, en particular del PRD, la ausencia
de un plan de insurgencia civil posterior a las elecciones y la incapacidad de
la Convención para responder a la efervescencia social por carecer de un
programa o declaración de principios. Señala que los espacios de
lucha no armada no se circunscriben a los procesos electorales, y que el peligro
de la guerra es mayor si la CND no logra demostrar la viabilidad de otros caminos
para alcanzar la paz digna. [...](21)
32. El día primero de enero de 1995, después de romper el cerco
militar, el EZLN llamó a conformar un Movimiento para la Liberación
Nacional concebido como un amplio frente opositor que permitiera unir a las distintas
fuerzas y ciudadanos con voluntad democrática contra del sistema de partido
de estado [...].
33. Durante el año 1995 se avanzó poco en este sentido.
34. Para destrabar el proceso de diálogo y negociación y para definir
qué hacer desde el punto de vista organizativo con el gran apoyo que tiene
de la sociedad civil, el EZLN impulsa la "Consulta Nacional por la Paz y la Democracia",
realizada por el Movimiento Civil Zapatista el 27 de agosto de 1995, jugando allí
un papel importante la CND. Participaron 1 millón 300 mil personas, dentro
y fuera de México. Fue una consulta muy original acerca de varios temas
de interés, entre otros, si el EZLN debería convertirse en fuerza
política independiente y nueva o debería unirse a otras organizaciones
y juntas formar una nueva organización política. El 56% se pronunció
por la primera variante.
35. La consulta ratificó la legitimidad de las demandas zapatistas, dio
un nuevo impulso al am plio frente opositor que se encontraba estancado y expresó
claramente el deseo de ver a los zapatistas participando en la vida política
civil del país.(22)
36. Por esta razón, en su Cuarta Declaración de la Selva Lacandona,
del lro. de enero de 1996, el EZLN decide llamar a todos los hombres y mujeres
honestos a participar en una nueva fuerza política nacional [...] el Frente
zapatista de liberación nacional, organización civil y pacífica,
independiente y democrática, mexicana y nacional, que lucha por la democracia,
la libertad y la justicia en México. E invita a participar en él:
a los obreros de la República, a los trabajadores del campo y de la ciudad,
a los indígenas, a los colonos, a los maestros y estudiantes, a las mujeres
mexicanas, a los jóvenes de todo el país, a los artistas e intelectuales
honestos, a los religiosos consecuentes, a todos 1os ciudadanos mexicanos que
[quieren] no el poder sino la democracia, la libertad y la justicia para [ellos]
y [sus] hijos.(23)
37. El EZLN parece querer evitar esta vez, luego de la experiencia con la Convención
Nacional Democrática, las dificultades que se producen cuando se construyen
instancias de unidad con los partidos de izquierda, de ahí que la conciba
como una fuerza política que no incorpora esfuerzos organizativos partidistas(24)
y, que sólo constituye uno de los destacamentos de un amplio movimiento
opositor, el Movimiento para la Liberación, Nacional, como lugar de acción
política ciudadana donde confluyan otras fuerzas políticas de oposición
independiente, espacio de encuentro de voluntades y coordinador acciones unitarias.
38. Una fuerza política cuyos integrantes no desempeñen ni aspiren
a desempeñar cargos de elección popular o puestos gubernamentales
en cualquiera de sus niveles. Una fuerza política que no aspire a la toma
del poder. Una fuerza política que no sea un partido político.(25)
39. Una fuerza política con un programa de lucha de trece puntos, los de
Primera Declaración de la Selva Lacandona enriquecidos a lo largo de dos
años de insurgencia. Una fuerza política que luche contra el sistema
de partido de estado. Una fuerza política que luche por por la democracia
en todo y no sólo en lo electoral. Una fuerza política que luche
por un nuevo constituyente y una nueva Constitución.(26)
¿Zapatistas no luchan por el poder?
40. Pero ¿qué entienden los zapatistas cuando afirman que no luchan por
el poder? ¿No entra esto en contradicción con su lucha por un nuevo constituyente
y una nueva Constitución?
41. Pienso que esta afirmación sólo puede entenderse si investigamos
qué entienden por poder. Al respecto Javier Elorriaga, principal figura
pública del FZLN explica: decir "no luchamos por el poder", es un poco
como un seguro, como decir que "tenemos que enfocarnos hacia la gente". La base
fundamental de los cambios son los pueblos, no los caudillos, no los individuos,
y desde luego, no los estados. Lo que nosotros pensamos y queremos hacer es que
el cambio venga desde abajo, y para construir el cambio desde abajo tienes que
mantener una raya, muy clara, frente al poder.(27)[...]
42. Luchar por el poder [...]es lo que va aislando a los movimientos, los va dividiendo
entre sí y va formando cúpulas, dirigencias, organismos, y separando
a las bases. Entonces nosotros decimos. que hay que mantener algunos principios
que aunque parezca terquedad, por lo menos nos permitan la posibilidad de crecer
siempre pegados a la base. Y esos son: no acercarnos al poder y tratar de hacer
las cosas de la manera más colectiva posible. O sea que participe, que
piense, que planifique, que decida la mayor cantidad de gente. Eso es muy difícil
peleando con armas que ellos mismo controlan. Pero no queda otro camino. El tratar
de infiltrar poder desde dentro para desde ahí minarlo ha resultado un
fracaso. [...]
43. Todo el sistema político está hecho, en México por lo
menos, de tal manera de que te vas aislando de tus bases. [...] Empiezas a decidir
cosas sin consultar porque no hay tiempo y porque te eligieron para algo.
44. [...] Hay que construir desde abajo, hay que estar constantemente consultando;
hay que estar buscando nuevas formas de participación,que participe la
gente que tiene tiempo, y la que no tiene tiempo; la señora que tiene hijos
y tiene además otro trabajoo y llega a la casa a dar de comer a aquéllos;
hasta la madre que no puede ir a asambleas, que también tenga una posibilidad
de participar políticamente. Y todo eso al margen del poder.(28)
45. [...] El estado te da dinero [...] para que tengas periódicos, oficinas,
locales, llamadas de larga distancia, viajes, ... y te vas alejando del trabajo
político [...] Ahí caíste en el juego del poder, ahí
entraste en el círculo. .(29)
46. Este testimonio nos revela que el poder que rechaza el zapatismo es el poder
que representa el estado mexicano actual, la politiquería, la burocratización
de los partidos, la corrupción. Y a partir, de él pienso que se
puede comprender mejor las formulaciones del zapatismo gcomo: "mandar obedeciendo",
"representar y no suplantar", "construir y no destruir", "proponer y no imponer",
"convencer y no vencer", actitudes todas ellas inspiradas en las prácticas
de las comunidades indígenas.(30)
Los municipios autónomos zapatistas
47. El levantamiento del 94 no sólo conmovió al país sino
que desató en los propios pueblos indígenas un proceso organizativo
nunca visto antes en la historia de México.(31)
48. Ese proceso se materializa, con el tiempo, en la formación del Congreso
Nacional Indígena (CNI) [4 de enero de 1996] , la organización indígena
nacional más amplia y representativa del país y [...] una de las
fuerzas más dinámicas en el espectro político nacional.(32)
49. Mientras se va gestando ese proceso, producto de la resistencia indígena,
se forman innumerables municipios autónomos en Chiapas.
50. La presencia pública de estos municipios adquirió relevancia
en 998, conforme se intensificaba la guerra sucia en contra de las comunidades
indígenas y se reiteraba la decisión gubernamental de traicionar
los Acuerdos de San Andrés. A lo largo de ese año, la organización
de los pueblos en 9 municipios se convirtió en un blanco de los ataques
policíacos, militares y paramilitares. Pero, al mismo tiempo, se fortaleció
como un dique contra la descomposición inducida del tejido social y como
uno de los terrenos fundamentales de la resistencia, la denuncia y la comunicación
de las bases de apoyo zapatistas con la sociedad civil.(33)
51. Estos municipios rebeldes están conformados tanto por bases de apoyo
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional como por campesinos
e indígenas afiliados a otras organizaciones sociales. Constituyen un espacio
privilegiado de resistencia, y han sido protagonistas fundamentales en la construcción
de un nuevo discurso público que da cuenta de formas alternativas del quehacer
político y de nuevas relaciones entre gobernados y gobernantes.(34)
52. El respeto, la tolerancia, y la búsqueda de consenso caracterizan su
funcionamiento.
53. Las tradiciones, las experiencias y las necesidades de los pueblos indígenas
plantean formas particulares de integración de los gobiernos locales y
de duración de los cargos que no se corresponden con el "presidencialismo"
municipal previsto por las leyes mexicanas, sino que suponen estructuras más
colegiadas de integración de los cabildos y de los concejos municipales.
En ellos resulta indispensable facilitar la participación y representación
de todas las localidades que integran ese espacio territorial: ejidos, comunidades,
parajes, agencias municipales o poblados .
54. Por ello, en los Acuerdos de San Andrés, se cuestiona la monopolización
por los partidos de la participación política, y se demanda el derecho
a postular candidatos independientes en los municipios seleccionados de acuerdo
con las tradiciones de los pueblos indígenas. Se plantea a su vez la necesidad
de poder destituir a las autoridades que traicionan el mandato popular, y propiciar
los referéndums y plebiscitos para definir cuestiones públicas.(35)
55. Los municipios resultan el espacio privilegiado para el ejercicio de la autonomía
de los pueblos indígenas.(36)
56. Los zapatistas no plantean la creación de regiones autónomas
como proponían algunas corrientes del movimiento indígena, inspiradas
en la experiencia de la Costa Atlántica nicaragüense. Nadie ha propuesto,
tampoco, el término de "territorios liberados". Y es que nadie piensa que
sería posible ni mucho menos deseable ejercer la autonomía fuera
del marco de la nación mexicana.(37)
Usar la nueva revolución tecnológica para Construir opinión
pública
57. [El EZLN ha] sido muy creativo en la reapropiación del lenguaje y en
el uso de los medios de comunicación, logrando romper el bloqueo informativo
a través del correo electrónico y la Internet en lo que algunos
han llamado la "guerra de redes", es decir, la articulación de redes locales
y transnacionales, utilizando la tecnología informática para conseguir
sus objetivos políticos. Gracias a este tipo nuevo de guerra los zapatistas
lograron, desde la Selva de Lacandona, dominar el debate político en México
y crear una inmensa red de apoyo a su causa a nivel internacional.(38)
La marcha de marzo del 2001
58. Una de las metas de los zapatistas fue siempre llevar su mensaje al corazón
de Ciudad de México y ocupar con su presencia los espacios con mayor concentración
urbana, pero un enemigo mucho más poderoso lo impidió durante mucho
tiempo. A través de continuas acciones militares los fue arrinconando en
regiones cada vez más inhóspitas de la selva.
59. Pero luego de altos y bajos, y cuando todo parecía empantanado, surge
una nueva situación en el país a partir de las elecciones del 2000.
El PRI, que había gobernado en México más de 70 años
bajo distintos nombres y estructuras, fue derrotado por el PAN (Partido de Acción
Nacional), un viejo partido liberal-conservador que atrajo el apoyo de amplias
masas afectadas por la política neoliberal. Estas votaron con un NO al
PRI. Vieron en el PAN la posibilidad de una alternancia de partidos que sin constituir
una alternativa de políticas financieras, económicas y sociales
considerable, al menos abriría nuevos caminos al proceso de democratización.
60. El triunfo del PAN representó un cambio innegable en la nueva política
del jefe del Ejecutivo hacia Chiapas, los rebeldes zapatistas y los pueblos indios.
El presidente hizo suyo el Proyecto de Derechos y Cultura Indígena formulado
por la Comisión del Legislativo en el gobierno anterior y lo presentó
al Congreso de la Unión. Al mismo tiempo dio las garantías necesarias
para que el EZLN realizara una marcha por 13 Estados de la República en
apoyo del proyecto.(39)
61. Encabezada por 23 comandantes y el subcomandante Marcos, la marcha llegó
a la capital mexicana el domingo 11 de marzo, tras recorrer 12 estados durante
15 días. Apoyada por el III Congreso Nacional Indígena realizado
entre el 2 y el 4 marzo, obtuvo una extraordinaria receptividad en los diferentes
pueblos por donde pasó, donde procuró establecer un diálogo
con la población.
62. La marcha culminó en el Zócalo, donde fueron recibidos por una
enorme multitud calculada en 200 a 250 mil personas, que los escuchó con
atención y silencio impresionantes. Allí tras las intervenciones
de algunas figuras de la dirección del EZLN, el subcomandante Marcos hizo
el discurso central totalmente alejado del discurso tradicional del político
mexicano. Sorprendió a muchos porque fue una intervención poética,
muy bellas, pero sin análisis ni planteamientos políticos claros,
salvo la reivindicación del reconocimiento constitucional de los derechos
y la cultura indígenas y una crítica a la política tradicional
que compra, humilla, que finge la palabra, que es vergüenza vestida sólo
de color dinero alguno. De alguna manera era lógico que así fuera
porque el propio sub comandante insistió con gran honradez, a lo largo
de su intervención, en que los zapatistas no pretenden conducir el proceso
político mexicano (no venimos a decirte qué hacer, ni a guiarte
a ningún lado), sino que son uno más en la marcha; una voz entre
todas esas voces; no la luz, sino apenas un destello; no la guía, a penas
uno de tantos rumbos que al mañana conducen.(40)
63. Haciendo un balance algún tiempo después el propio Marcos expresa
en una entrevista a García Márquez, que ellos no fueron al Zócalo
para hablar del 2001, sino para hablar de algo que estaba todavía por completarse:
ese sentimiento que significa que la derrota definitiva del racismo se convierta
en política de estado, en una política educativa, en un sentimiento
de toda la sociedad mexicana.(41)
64. Luego de la amenaza de Marcos de retirarse a Chiapas, el Congreso les abrió
sus puertas. Habló la comandante Esther, el subcomandante no se presentó.
Unos dicen que Marcos quiso dejar un último mensaje antes de retirarse
de nuevo a la selva de Lacandona: que los escenarios políticos se construyen
para servir a una causa y no a la promoción personal de sus dirigentes.
Si un líder carismático es necesario en algún momento del
proceso, en la medida en que el proceso vaya madurando el protagonismo de éste
debe irse diluyendo.(42) Otros piensan que en ese momento Marcos no tenía
nada nuevo que decir.
65. El éxito de la Marcha fue evidente, pero la aprobación posterior
por parte del Congreso de una ley indígena diferente a la propiciada por
los zapatistas, la Ley Bartleetl—Cevallos—Ortega, ha provocado una reacción
de rechazo por parte del movimiento indígena. El Congreso Nacional Indígena
llamó de inmediato al pueblo mexicano a sumarse a la lucha de resistencia
civil y pacífica en repudio a la ley aprobada, por significar una declaración
de guerra contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y
una burla a la demanda del Congreso Nacional Indígena [...](43)
Riesgos de debilitarse
66. Sea cual sea el resultado final de la lucha del Ejército Zapatista,
éste ha alcanzado uno de sus principales objetivos: hacer presente el tema
de la opresión y discriminación que sufren los pueblos indígenas
mexicanos; ha logrado también hacer presente el tema de la ética
en la política y la necesidad de reformar el estado; ha desarrollado iniciativas
espectaculares que han provocado gran simpatía y adhesión a su causa;
ha sabido no sólo construir fuerza social, sino también, algo que
muchas veces la izquierda no logra, construir opinión pública a
nivel nacional e internacional.
67. Pero, a pesar de su audacia, de su creatividad, de su originalidad, no ha
podido escapar a lo que constituye una de las debilidades más serias de
la actual izquierda mundial: la carencia de una propuesta alternativa. La propia
dirección zapatista lo reconoce cuando expresa: nos oponemos a un proyecto
de país que implica su destrucción, pero carecemos de una propuesta
de nueva nación, una propuesta de reconstrucción.(44)
68. Y ante la ausencia de un proyecto político que esté a la altura
de los tiempos que vivimos se corre el riesgo de que el movimiento más
amplio de apoyo al zapatismo se disperse o se desestructure y que mucho del impacto
de la rebelión termine por diluirse.(45)
Notas
1- Marta Harnecker, La izquierda en el umbral del Siglo XXI. Haciendo posible
lo imposible, Siglo XXI España, 3ªed, Madrid, 2000, p.74, párrafo
255.
2- Luis Hernández Navarro, Chiapas: la guerra y la paz, ADN editores,
México D.F., 1995, p.64.
3- San Cristóbal, Ocosingo, Chanal, Pajaritas, Oxchuc, Suixtin y Altamirano.
4- Ana Esther Ceceña y José Zalagoza, Cronología del conflicto
(1 enero-1 diciembre de 1994), Chiapas, Instituto de Investigaciones Económicas,
UNAM y Ediciones ERA, México D.F., 1995, p.150
5- Op.cit. p.151.
6- Op.cit. p.149-150.
7- Marta Harnecker, La izquierda en el umbral del Siglo XXI ..., op.cit.
p.74, párrafo 256.
8- Op.cit. p.150.
9- Luis Hernández Navarro,¿Dónde están las intransigencias?,
Cuadernos de Nexos, III —95, citado en: Luis Hernández Navarro, Chiapas:
la guerra y la paz, op.cit. p.217.
10- Op.cit. p.150.
11- Conformada por diputados y senadores de todos los partidos políticos
de México
12-Pablo González Casanova, Los zapatistas del Siglo XXI, Servicio informativo
ALAI-amlatina, 9 abril 2001.
13-Esta comisión fue conformada con legisladores de los cuatro partidos
más importantes de México: el PRI, el PAN, el PRD y el Partido de
los Trabajadores.
14- EZLN, Comunicada a la CDN 1 de julio 1994, citado por Luis Hernández
Navarro, Los caminos de la Convención, La Jornada,24 julio 1994, en: Luis
Hernández Navarro, Chiapas, Instituto de Investigaciones Económicas
de la UNAM y Ediciones ERA, México, 1999, p.142.
15- Luis Hernández Navarro, Regreso a Aguascalientes, La Jornada, 18-VIII-94,
en Chiapas: La guerra y la paz, op.cit. p.154.
16- Op.cit, pp.154—155.
17- Op.cit.156.
18- Op.cit. p.156.
19- Ana Esther Ceceña y José Zalagoza, op.cit. p.169.
20- Op.cit, p.174.
21- Ana Esther Leceña / Ion Sarga , p.175
22- EZLN, Cuarta Declaración d ela Selva de Lacandona, en: EZLN: Documentos
y comunicados, (3), Ediciones Era, México D.F., 1997, p.83
23- Op.cit. pp.86—87.
24- Op.cit. p.87.
25- Op.cit.p.87.
26- Op.cit. p. 88.
27- Javier Elorriaga, "Lo que nosotros pensamos y queremos hacer es que el cambio
venga desde abajo, y para construir el cambio desde abajo tienes que mantener
una raya, muy clara, frente al poder", entrevista en Viento Sur, No35 ,
año VII, diciembre 1997, p.24
28- Op.cit. p.25.
29- Ibidem.
30-Ver sobre este tema artículo de Antonio Paoli: Comunidad tzeltal y Socialización,
en Chiapas 7, op cit pp. 135--161.
31- Adelfo Regino Montes, Los pueblos indígenas: diversidad negada, en
Chiapas,Instituto de Investigaciones Económicas, de la UAM y Ediciones
ERA, México, 1999, p.27.
32- Luis Hernández Navarro, El laberinto de los equívocos: San Andrés
y la lucha indígena, en Chiapas 7, Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM y Ediciones ERA, México, 1999, pp. 79-80.
El CNI está conformado por representantes de una gran gama de comunidades,
pueblos y organizaciones indígenas y en él participa la gran mayoría
de los dirigentes formados en la última década y que emergieron
a la luz pública a raíz de la insurrección zapatista (p.80).
33- Adriana López Monjardin y Dulce María Rebolledo Millán,
Los municipios autónomos zapatistas, en Chiapas, Instituto de Investigaciones
Económicas, de la UAM y Ediciones ERA, México, 1999, p.115.
34- A. López Monjardin y D. María Rebolledo Millán, Los municipios
autónomos zapatistas,, op.cit., p.117.
35- Ibid., p.118.
36- Idem.
37- A. López Monjardin y D. María Rebolledo Millán, Los municipios
autónomos zapatistas, op.cit., p.121.
38- Marta Harnecker, La Izquierdq en el umbral..., 0p.cit. p.75, párrafo
261.Ver sobre este tema artículo de Jim Cason y David Brooks, "Nueva forma
de lucha social atribuida al EZLN por especialistas de Estados Unidos. México,
laboratorio de la "guerra de redes", periódico La Jornada, México,
6 febrero 1999.
39- Pablo González Casanova, Los zapatistas del Siglo XXI, op.cit.
40- Subcomandante Marcos, Discurso en el Zócalo de Ciudad de México,
11marzo 2001.
41- Subcomandante Marcos, Habla Marcos, entrevista de Gabriel García
Márquez y RobertoPombo, Revista Cambio, 25 de marzo 2001.
42- Esto es lo que Pablo González Casanova llama la desestructuración
de Marcos como caudillo, [...] tarea en que está empeñado desde
los inicios del movimiento y en la que gustoso obedece a sus comandantes que son
quienes presentan la cara enmascarada de sus pueblos cuando de negociaciones se
trata (Op.cit).
43- Idem.
44- EZLN, Cuarta Declaración de la Selva de Lacandona, EZLN: Documentos
y comunicados, (3), p.86
45- Op.cit. p.18.