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27 de julio del 2002
Evita, una de las primeras desaparecidas políticas de Argentina
Patricia Vega, La Jornada
"Eva Duarte de Perón es una de las primeras desaparecidas políticas
de Argentina. Cuando los militares toman el poder en 1955, encuentran su cuerpo
embalsamado en la Central General de Trabajadores (CGT). Ese cuerpo es raptado
por un comando militar debido a que es considerado una bomba de tiempo desde
el punto de vista de crear agitación social; entonces se decide enterrarla
de manera subrepticia en un lugar desconocido. Y el entierro de Evita es una
forma de desaparición: la esconden, se llevan su cuerpo a la fuerza y
se convierte en una de las primeras desaparecidas. El mismo ensañamiento
de los militares con los posibles guerrilleros o amigos de la guerrilla en la
década de los 70, se ejerció contra Evita, cuyo cuerpo reaparece
en las negociaciones del 72. Creo que una de la múltiples razones del
hecho anterior es ese palimpsesto, la maleabilidad de esa figura, mediante la
cual se vuelve a rescribir, desde 1945, la historia de Argentina..."
Las afirmaciones anteriores son de Marysa Navarro (Pamplona, España),
quien es conocida y respetada en Argentina por ser la autora del primer y único
libro propiamente histórico sobre Eva Perón (Evita, Editorial
Planeta Argentina, 1997), que a la fecha existe. Desde entonces la académica
de la Universidad de Dartmouth, Estados Unidos, ha profundizado en sus reflexiones
sobre la idea de ver a Eva Perón como una metáfora para entender
los cambios en la mitología que se ha elaborado en torno de dicho personaje.
Además de una propuesta para actualizar ese libro, el resultado más
reciente de estas reflexiones es el ensayo histórico La mujer maravilla
ha sido siempre argentina y su verdadero nombre es Evita, que se incluye en
el libro Evita, mitos y representaciones, coordinado por la propia académica
y publicado por la filial argentina del Fondo de Cultura Económica, apenas
presentado anoche, en Buenos Aires, con motivo de los 50 años de la muerte
de una figura cuya interpretación sigue siendo objeto de agrias polémicas
y discrepancias imbricadas en el debate político no sólo de Argentina,
sino de América Latina.
La metáfora del palimpsesto
Navarro indica que además de su texto, en el que se reúnen los
ensayos Evita: cuerpo y cadáver de la literatura, de Andrés Avellaneda;
Las tres Evas: de la historia al mito en cinemascope, de Nina Gerassi Navarro,
y Evita: cuerpo político, imagen pública, de Ana María
Amar Sánchez. El elemento común de todos los textos es el análisis
de la despolitización y manipulación de la figura de Eva Perón.
En el caso de La mujer maravilla ha sido siempre argentina y su nombre verdadero
es Evita, Marysa Navarro señala que presenta un análisis de los
textos fundacionales del mito antiperonista de Evita que, en su opinión,
es parte ''del enfrentamiento de Estados Unidos con Argentina en los años
40, y aunque finalmente se resuelven los problemas, entre ambos países
se mantendrá una oposición a Perón hasta muchos años
después de que termina el peronismo". El título del texto es,
por supuesto, ''una alusión irónica a la Wonder woman que en Estados
Unidos defiende a la democracia contra el nazismo y todos esos enemigos. Y a
Evita siempre la han acusado de ser agente del fascismo en Argentina, junto
con Perón. Además es una referencia al mito antiperonista que
la acusa de tener un poder extraordinario, cuando en realidad no lo tenía.
Por ejemplo, la mitología dice que Evita se enfrentó con las señoras
de la Sociedad de Beneficencia de la capital, que era una entidad filantrópica
muy importante en Argentina, y que decidió desaparecerla de manera autoritaria.
Pero resulta que si uno hace la investigación histórica se encuentra
con que el primer decreto que afecta a la Sociedad de Beneficiencia tiene lugar
en 1943, antes de que Evita conociera a Perón, en enero del 44. ¿Se advierte
que eso no tiene nada que ver con el enfrentamiento de Evita con las señoras
oligarcas de la Sociedad de Beneficencia? Sin embargo ese mito se repite ad
nauseam".
Como historiadora y feminista, Marysa Navarro se puso a trabajar sobre Evita
en 1972, cuando había poco material sobre ella, y al revisar la bibliografía
le extrañó que nadie hubiera escrito un libro de historia sobre
el personaje; se encontró con que ''los historiadores que trabajaban
sobre los mismos temas o sobre historias paralelas, decían las cosas
más insólitas sobre Evita y las repetían como si cualquier
cosa que dijeran fuera posible desde el punto de vista histórico y sin
abordar, por ejemplo, qué papel político jugó ella en Argentina
o en el peronismo. Por eso, mi interés es empezar a mirar a Eva Duarte
de Perón".
Y en el camino de la recuperación de la realidad histórica de
la mujer que dio origen a una mitología, Navarro dio con una clave para
entender a Evita: ''Usar la metáfora del palimpsesto - término
académico que se refiere a un manuscrito antiguo que conserva huellas
de una escritura anterior borrada de forma artificial- nos permite ver que Evita
puede ser un texto, un cuerpo sobre el cual se pueden escribir muchas ideas
y concepciones de lo que es Argentina y que ha sido el objeto de combate para
las distintas clases sociales del país, para distintos momentos históricos,
y para un lugar donde los gobiernos han desarrollado una política específica,
ya sea a favor o en contra de ciertos objetivos.
"Y cabe porque ella misma casi se define como un palimpsesto, pues toma La razón
de mi vida - un texto que ella habrá dictado al principio, pero que otra
persona escribió- como suyo. Es un texto muy interesante porque en él,
Evita casi no habla de su infancia ni menciona a sus padres, siendo que la madre
fue una figura muy importante en su vida. Tampoco menciona a sus hermanas ni
su escuela. Sólo alude vagamente a su deseo de ser actriz.
''En La razón de mi vida, Evita nos da una parte de su infancia bastante
desdibujada y lo hace a propósito porque, en mi opinión, estructuralmente
ella quiere concentrar toda la atención en la figura de Perón.
Sin embargo, no es una pleitesía tonta: sabe perfectamente que ella no
es nadie si no es la esposa de Perón. Pero al mismo tiempo ella sabe
que es alguien totalmente excepcional y esa es la belleza del texto: entender
que sabía que ella fue Eva Perón; una figura histórica
de primera, pero también sabe que lo era por su matrimonio con Perón.
''Evita no explica cómo alcanza el poder, deja muchas cosas sin decir;
ella borra lo que quiere de su propia vida, para escribir lo que quiere. En
cierto sentido, La razón de mi vida es la primera capa del palimpsesto:
lo que ella nos deja a todos sobre su vida, con los claroscuros, los silencios
y las exageraciones que tiene el texto.
''Pero en el momento que ella se escribe a sí misma, también la
están escribiendo desde la oposición y desde el poder. La oposición
ve la presencia de Evita -y reacciona a lo que es el peronismo- en una estructura
de poder a la que ella, por ser mujer, no puede pertenecer. Y, por otra parte,
está la visión de una estructura de poder peronista que es cada
vez más rígida y autoritaria, proceso al que Evita ayudará
sin duda alguna. Es una especie de exaltamiento impresionante de Evita, que
es la contrapartida del texto antiperonista.
''Y hay una versión más que es texto de la población, de
los dirigentes sindicales, hombres y mujeres que ven en ella cosas muy diferentes
también. En general hay una identificación con ella como mujer
migrante del interior, además es una cosa que ella dice constantemente.
Ella fue una 'cabecita negra' como ellos y lo reconoce, lo asume y dirá
con orgullo que es una laborante y lo seguirá siendo al ser la esposa
del presidente; así ella siguió conectada con la clase obrera,
con las mujeres que trabajaban y con las chicas jóvenes que iban a trabajar
a la fábrica o iban a trabajar en los servicios en Buenos Aires".
Zapata y Evita, figuras vigentes
Marysa Navarro concluye su análisis con una audaz comparación
entre las figuras de Emiliano Zapata y Eva Perón: ''Ambos son mitos que
en determinados momentos históricos se adscriben cosas que podrían
haber dicho y que son coherentes. Por ejemplo, si se leen los discursos de Evita,
pueden ser recuperados en los años 70 para la Evita montonera, porque
ella usaba una retórica muy revolucionaria encuadrada dentro de un contexto
político definido por Perón; pero si se usan los discursos nada
más se pueden convertir en retórica revolucionaria. Es una mala
apropiación, pero es una apropiación.
''Y lo mismo sucede con Zapata en la medida en que él se transforma en
icono de la Revolución Mexicana, cuando este movimiento está adoctrinado
y estructurado por el Partido Revolucionario Institucional y es, al mismo, la
bandera de los neozapatistas, en Chiapas, encabezados por el subcomandante Marcos.
''Evita y Emiliano Zapata empiezan a tener otra biografía a partir de
su muerte y son de los pocos mitos latinoamericanos que pueden ser canibalizados
porque en ambos existe la posibilidad de apropiación. Los dos son figuras
vigentes que siguen alimentando amplios movimientos sociales porque su propia
actuación y su propia vida detonan un eco muy fuerte en los sectores
populares."