RONDA
DE PENSAMIENTO AUTÓNOMO
II
ENCUENTRO INTERNACIONAL
20 al 23 de enero de 2005 /Buenos Aires
En torno a la educación
El maestro ignorante
Taller de contrainformación
"Se puede aprender sin explicación –planteó Joseph Jacotot
en tiempos de la Revolución Francesa – y por lo tanto se puede enseñar
lo que se ignora". Los integrantes del colectivo Situaciones se sintieron
sacudidos por la idea que descubrieron en El maestro ignorante. Cinco lecciones
sobre la emancipación intelectual es un texto escrito en 1987 por el filósofo
francés Jacques Ranciére, pero traducido y publicado al español
recién en el 2003. Y le acercaron al MTD de Solano y a la escuela Creciendo
Juntos, de Moreno, una propuesta: leer el libro con ellos. Se formaron, así,
dos talleres que funcionaron en forma paralela y en los que repensaron en conjunto
la pedagogía y la educación durante un año y medio. Esas
discusiones fueron recuperadas en el taller "La difícil construcción
de experiencias de ignorancia".
Jacotot fue un revolucionario francés del siglo XVIII: artillero del
ejército y secretario del Ministerio de Guerra, directo de la Escuela
Politécnica, y profesor universitario. Fue elegido diputado de la República
y cuando sobrevino la restauración de la monarquía tuvo que exiliarse
en Holanda, donde pensaba descansar y dedicarse a la lectura.
Hasta que un grupo de estudiantes le pidió que fuera su maestro. Tenían
un gran obstáculo: ni los jóvenes sabían francés ni Jacotot holandés.
De modo que como –aparentemente- no estaban dadas las condiciones mínimas
para la tarea, para salir del paso, el maestro les sugirió que estudiaran
un libro clásico –el Telémaco de Fedelón- editado por entonces en las
dos lenguas. Su sorpresa fue enorme cuando constató que los estudiantes
no sólo lo habían leído sino que habían aprendido por sí mismos el francés.
Esa comprobación le resultó tan conmocionante que Jacotot repensó toda
su experiencia docente. Tal como se cuenta en El Taller del maestro
ignorante -un cuadernillo recientemente presentado por Situaciones y
el MTD de Solano- el pensador francés planteó que:
La sociedad se erige sobre un orden explicador: quien es explicado,
aprende que no puede conocer sin que alguien le explique.
Toda la pedagogía fue construida a partir de la concepción de que
no se puede aprender sin explicación, es decir sobre una desigualdad
entre el ignorante y quien posee el saber.
La escuela no hace sino confirmar y reforzar esa desigualdad, aun
cuando se la proponga conjurar, porque todo intento de igualar lo
que se decreta como desigual está condenado al fracaso
Contra los modelos de la educación estatal que comenzaban a gestarse
por entonces y con ella el mito pedagógico, Jacotot sostenía que:
La igualdad no es algo a alcanzar sino un punto de partida.
Todas las inteligencias son iguales, o mejor, la inteligencia humana
es una sola. La única diferencia radica en la atención que logremos
sostener: hay momentos en que nos distraemos o nos sumimos en la pereza;
hay otros donde prestamos especial atención y usamos al máximo nuestra
inteligencia.
La figura del maestro entonces es la de un emancipador, si es quien
fuerza la aparición de esa capacidad hasta entonces ignorada
La idea de Jacotot no era plantear un nuevo método pedagógico sino
revalorizar la eficacia del modo natural del aprendizaje. Como ejemplo
trabajó el aprendizaje de la lengua materna, que es azaroso, basado
en la comparación, la observación, las repeticiones y sin que la madre
tenga la intención explícita de estar enseñando. Si, tal como sucedió
con los estudiantes, "se puede aprender sin una explicación" también
–concluyó- "se puede enseñar lo que se ignora".
Es decir: si hay algo que tenemos para enseñar es que no tenemos nada
para enseñar, salvo a usar la propia inteligencia. El proceso educativo
se vuelve así mucho menos previsible. "No hay nada que el alumno deba
aprender. Aprenderá lo que quiera; quizás nada". La apuesta del francés
es hacia la igualdad de las inteligencias, a sabiendas de que de ese
modo el aprendizaje no está garantizado.
Estas ideas fueron los disparadores de los dos talleres –el que funcionó
en Solano y el de Moreno- que desarrollaron un trabajo profundo y sostenido
de replanteo educativo. Según puntualizó uno de los integrantes de Situaciones,
fueron más una experiencia de la propia realidad a partir de la lectura
del libro que sobre el libro en sí."Antes había una idea de lo que había
que hacer y a partir de ahí se construía el conocimiento, aun en las
posturas pedagógicas más liberadoras. En cambio ahora hay que admitir
el no saber: no sabemos a dónde tenemos que ir... Por eso las ideas
del libro engancharon muy bien con nuestras preocupaciones actuales".
Tal como comentó uno de los docentes de Creciendo juntos: "Es muy fuerte
hablar de todo esto en una escuela donde se supone que los chicos vienen
a aprender. Sentir que no teníamos ya una solución, a pesar de que en
realidad uno cree que la lleva en la cabeza y es muy difícil deshacerse
de respuestas".
Estas experiencias fueron, a su vez, los disparadores de la actividad
propuesta en este Segundo Enero. No tuvo la intensidad de trabajo y
reflexión de un taller sino que fue, más bien, una enorme asamblea en
la que quedaron expuestas diferentes situaciones educativas. Ideas sueltas,
a veces complementarias y otras contrapuestas que disparaban hacia diferentes
direcciones en simultáneo, tantas que no se pasó de la etapa enunciativa
pero, no obstante, dejan tiradas líneas para avanzar en el pensamiento.
Acá van algunos de esos apuntes, especie de borradores, recortados del
torbellino, aun a riesgo de ser traicionados en el pasaje de la oralidad
a la escritura.
En torno de la pedagogía
"El vínculo entre el que sabe y el que no sabe es un vínculo de
dependencia y es una dependencia a dos puntas; muchas veces buscamos
alguien que nos explique.
"La hipótesis de la ignorancia surge no sólo cuando el vínculo maestro-alumno
es disciplinario, sino también cuando ya no está dado por supuesto.
Hoy difícilmente los chicos reconocen al maestro, a la escuela, a
los padres como autoridad. Así que de por sí, las explicaciones ya
no funcionan.
"Hay una dimensión del aprendizaje que es la afectiva. No es solo
lo cognitivo, la dimensión afectiva es fundamental para querer aprender.
Allí donde no hay afecciones que te hagan pensar, no puede haber educación
alguna.
"No me parece esta idea planteada en el libro de que no sabemos
nada, que nadie sabe nada...
"Es que no se trata de anular los saberes sino de pensar a partir
de qué situaciones nuevas vamos construyendo nuestro aprendizaje,
qué construimos y por qué.
"Uno aprende más cuando se equivoca, porque sobre lo que sale bien
uno casi no reflexiona. El que se equivocó, fue porque probó.
"En Guernica, en determinado momento, se nos llenó el movimiento
de chicos. Algo así como unos sesenta, con los que no sabíamos qué
hacer. Realmente no sabíamos. Ninguno de los que se hizo cargo del
trabajo con ellos teníamos experiencia docente ni ideas pedagógicas.
Pedimos varias veces a los amigos de Solano que vinieran y no podían,
hasta que hace poco finalmente se acercaron. Pero mientras tanto,
nosotros le dijimos a los chicos que propusieran problemas que les
interesaran y que ellos mismos investigaran. Se dieron cosas muy interesante...
El otro día salió el tema de lo sucedido en Cromagnón. ¡Y por suerte
ellos concluyeron que la culpa no era de la bengala!"
En torno a la familia
"Creo que hay que pensar que pasa ya antes de la escuela, porque
no es solo el pizarrón y el escritorio. Nosotros como padres tenemos
un papel muy importante en la construcción de esa relación de subordinación".
En torno a las instituciones
"No sé si vamos a lograr una nueva construcción con instituciones
viejas como la escuela, que ya tiene sus roles, sus jerarquías
establecidas...
"Yo creo que la intervención en las instituciones es importante,
porque también hay que producir cambios allí, crear nuevos espacios
allí
"No hay que dividir al mundo en instituciones y no instituciones.
"Hay lugares donde se ha cristalizado con fuerza la subordinación,
las estructuras jerárquicas, autoritarias. Creo efectivamente
que hay lugares donde se puede construir algo nuevo. Los intentos
de construcción hay que hacerlos en otros lados.
"Pero estar afuera no es garantía de que la institución desaparezca.
"No es que no haya una afectividad en la escuela sino que aunque
parezca paradójico, se expresa también a través de la violencia.
"El problema no es tanto si se trabaja en una institución o
fuera, sino si se logra construir experiencias de ignorancia,
de libertad, de comunidad... o quiera llamarse. Luego, claro,
quizás en un grupo autónomo se valora más esta experiencia que
en una institución. Pero no quiere decir que un grupo autónomo
sea garantía de nada... "
En torno al sistema capitalista
"En nuestra asamblea dictamos algunos talleres artísticos y
otros que llamamos instrumentales (computación, inglés, apoyo
escolar).Y nos estamos replanteando esto y es una cuestión compleja
porque, de algún modo, con los talleres instrumentales nosotros
estamos reproduciendo las reglas del mercado.
Cuando nosotros hablamos de educación, el Estado dice escuelas,
igual que el sindicato. Por eso yo creo como movimientos autónomos
no tenemos que reducir la cuestión a escuela o no escuela, que
es finalmente un instrumento del Estado. Los movimientos tienen
experiencias de educación mucho más amplias, de modo que nosotros
mismos estamos dejando afuera una parte de lo que hacemos. Lo
que hay que disputar es en el campo de la educación, no de la
escuela".
Más allá de lo dicho, lo que se puso en juego en la actividad –y
que haya sido en una reunión sobre educación no deja de ser significativo-
es la constatación práctica de la necesidad y la dificultad para
cuestionar todo lo ya existente. Y todo lo existente abarca, incluso,
a estas mecánicas de encuentro y discusión. Lo mucho que cuesta
salir del propio discurso para poder escuchar sinceramente al que
está al lado. Darle voz al otro. De eso se trata, ni más ni menos.