“Este es un momento duro
y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será
de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.”
11
de setiembre de 1973 – Salvador Allende
Este domingo el pueblo brasilero tendrá la oportunidad de llevar a la
presidencia al Partido de los Trabajadores, con Luiz Inácio LULA da Silva, encabezando
una alianza de fuerte contenido nacional y popular de izquierda.
Será muy saludable para toda América Latina recibir a ésta luchadora,
y no claudicante jamás, clase trabajadora llegando al poder del país más grande
en muchos aspectos de ésta parte del mundo postergado.
Las propuestas socialistas no asustan a casi 200 millones de hermanos
latinos que viven en la República Federativa del Brasil porque ya conocen de
la gestión de gobierno estatal, municipal y legislativa, realizada durante muchos
años, que ahora por cuarta vez se presenta como la opción del cambio democrático
que muchos deseamos se convierta en la impronta en otros países del sur.
Su programa de gobierno nos colma de excelentes compromisos políticos
al poner al frente las consignas de igualdad de oportunidades y bienestar, nacionalismo
progresista, integración latinoamericana, desarrollo económico con crecimiento
desde una inversión productiva no especulativa, participación ciudadana, independencia
y soberanía económica y política, ningún alineamiento automático con imperialismos,
educación y salud para millones de olvidados, reforma agraria, laboral y tributaria,
nacionalización de empresas públicas y muchos otras aspectos por demás de importantes.
El seguro triunfo del decente obrero metalúrgico LULA, con muchos años
de resistencia y dignidad en la lucha, lo convertirá en el primer gobierno con
responsabilidad de convertirse en abanderado de los movimientos políticos que
crecen en muchos países americanos con la idea de llegar al poder, que junto
a los ejemplos de Cuba y Venezuela nos permiten pensar que otra forma de gobernar
es posible desde la autodeterminación de las naciones. Éste camino en el futuro
seguirá siendo recorrido por los pueblos uruguayo, boliviano, y deseamos que
así lo sea con el argentino.
Las rutas del Movimiento de los Sin Tierra, de la Central Única de Trabajadores
y los militantes de la Teología de la Liberación, entre otros, tendrán el premio
justo que solamente la coherencia permite enfrentar y vencer al capitalista,
neoliberal y globalizador sistema-modelo que se nos ha impuesto como único pensamiento
válido por las clases dirigenciales políticas y del establishment.
A pocas horas del festejo de muchos, tenemos la obligación de recordar
al chileno Salvador Allende que nos enseño que con tesón se vence hasta llegar
al poder en 1970, como también lo hizo el François Mitterrand desde la resistencia
durante la segunda guerra mundial hasta la presidencia de Francia en 1981. Así
también seguir prevenidos de que los enemigos de la libertad y la democracia
siempre están allí, agazapados y dispuestos, para quebrar la voluntad soberana
de los pueblos que buscan otro camino que no es el de la hegemonía imperialista.
Eso lo conocemos todos los pueblos.
Para terminar desde la voz más fuerte que me sale del corazón digo:
¡ Salud Brasileros !
¡ Vivan los Trabajadores !
¡ Mucha Suerte Compañero LULA !
5 de octubre del 2002