Cerro Navia, la Victoria, la Legua, poblaciones con historia.
En la tarde del domingo 7 de setiembre, los delegados que asistieron al Seminario
Internacional 30 Años-Allende Vive, participaron de actividades en poblaciones
cercanas a Santiago.
Cada una de ellas tiene una historia vinculada a los tiempos del golpe y de
la dictadura pinochetista.
Periodistas argentinos que colaboraron con la oficina de prensa del Seminario
vivieron así el paso por las poblaciones.
*Postales de una tarde en la "pobla".
En un club de la población Cerro Navia nos esperaban compañeros
y compañeras con canciones de Víctor Jara, banderas rojas y el
calor de los abrazos.
Cruzando la calle un grupo "rayaba" un muro. Allí el rostro de Salvador
iba creciendo a cada pincelada hasta quedar claramente estampado junto a la
frase ALLENDE VIVE.
De la mano de Claudia surgían rosas y naranjas transformando la pared
en piel.
¿Qué sentís, - le pedí me contara -, al darle vida a Allende
sobre este muro?. "Es reivindicar mi clase y el lugar donde nací. Es
una forma de vida que tenemos los chilenos, los hijos del obrero, llenar vacíos
que dejó la dictadura...y el síndrome que nos abarcó después.
Lo que nos sucede es que nos privaron de la libertad emocional. Nos han coartado
las emociones. Por eso dije que nosotros como jóvenes, somos como un
síndrome de la dictadura después del golpe, porque la única
forma de dar a conocer nuestro sentir con la clase obrera y contra este sistema
que cada día trata de corrompernos a través de la música
y con un arte que no nos representa, es dentro de las poblaciones y en los barrios,
los jóvenes de las poblaciones no podemos trascender las fronteras de
nuestros barrios". Luego la escuchamos haciendo algunos temas de la Violetita
Parra a esta muchacha de 27 años, cantora y muralista.
La población que visitamos, nos cuentan los vecinos, nació de
una toma de terrenos que duró 6 meses. Por aquellos días Salvador
Allende era senador y se había acercado a los pobladores garantizando
con su presencia que no hubiera represión. "La represión igual
se llevó a cabo", nos cuenta José Coyado, "como consecuencia muere
una niña, una guagûita llamada Herminda Victoria. Víctor
Jara la eternizó en una canción." José recuerda que anduvo
con Jara haciendo reportajes que sirvieron de material para su disco "La Población",
en el que aparece la canción dedicada a la Herminda. "Con él estábamos
viendo la manera de echar a andar la historia de los pobladores en Chile. Todo
ese material quedó en el local del partido comunista que fue bombardeado
e incendiado, y se perdió. Amén de que también tomaron
preso a Víctor y lo asesinaron después de haberlo torturado salvajemente"
"Yo soy uno de los fundadores de esta comuna,- se enorgullece Pepe -, se llamaba
Las Barrancas, era inmensamente grande y el canalla de Pinochet la dividió
en tres partes para poder gobernar, porque éramos muy combativos.
Vivo desde el año '45, tenía seis años cuando llegué
aquí. He sido dirigente poblacional, estudiantil, de clubes deportivos,
y por sobre todas las cosas he sido pionero. En los años '50 me nació
la inquietud de hacer letreros 'po, de dibujar. Me integré rápidamente
a la brigada Ramona Parra, famosa aquí en Chile. Hoy en día quedamos
unos poquitos de aquella época, pero juntos hemos hecho hartas cosas,
creamos una forma nueva de pintar letreros para la comunidad" Agitación
y propaganda, pero también, arte popular. La forma y los colores que
imprimió la Brigada Ramona Parra hoy se identifican con una forma de
expresión típicamente chilena. Muchos la conocimos a través
de cientos de afiches que acompañaron la lucha de los exiliados.
Liliana Daunes-periodista-Argentina.
*Por la victoria.
Las tierras que componen el barrio La Victoria, ubicado al sur de Santiago de
Chile, fueron tomadas por sus habitantes años antes del triunfo de la
Unidad Popular.
Esta población recibió a una las delegaciones que desde el Seminario
Internacional 30 años Allende Vive, recorrieron durante la tarde del
domingo distintas lugares con historia de resistencia durante el golpe de Pinochet.
Argentinos, nicaragüenses y el norteamericano James Cockroft , autor de
un reciente libro que recopila pasajes del pensamiento y acción de Salvador
Allende, compartieron con los pobladores parte de la memoria histórica
de aquellos años.
En primer lugar visitaron la Radio 1º de Mayo, una pequeña radio comunitaria
que surgió a partir de la necesidad de organizarse para poder comunicar
sobre lo que acontecía en el barrio.
Desde allí fueron al local del Partido Comunista. Alrededor de 100 personas
los recibieron con calidez y comenzaron a recordar las viejas historias del
lugar.
Los pobladores contaron acerca de las primeras luchas para poder conseguir la
luz eléctrica y el agua potable. Y recordaron que durante el golpe el
barrio fue allanado masivamente por los golpistas, con saña. En uno de
los allanamientos masivos realizados, los carabineros disparan ráfagas
y una de las balas atraviesa la pared de la Iglesia donde estaba el padre Andre
Jarland, cura tercermundista, provocándole la muerte al hacer impacto
en su cabeza.
Esta población fue defendida colectivamente y para evitar que entraran
los militares a caballo, por las calles de tierra, tiraban miguelitos Por eso,
contó uno de los pobladores de aquella época, una de las primeras
cosas que hizo Pinochet fue hacer asfaltar las calles del lugar para poder movilizar
a los militares con mayor rapidez y facilidad.
En la época del golpe los habitantes de La Victoria utilizaron un mirador
desde donde podían visualizar la llegada de las tropas y prepararse para
la defensa del barrio.
La jornada finalizó con música, vinos y empanadas.
Alberto Amarilla-Periodista-Argentino.
*La Legua: Una hisotira de resistencia y heroísmo.
Poco sabíamos de las poblaciones de Santiago y sus historias de aguante
y de lucha. Nos habían hablado del rol que jugaron en la resistencia
a la dictadura de Pinochet. Nos habían dicho que se parecen a nuestras
villas.
Todos los gritos de dolor, de impotencia, de bronca latinoamericana, de reclamo
de justicia, todos los puños crispados defendiendo la dignidad popular;
todos los gritos y puños en alto se parecen.
"La Legua se formó después de la 2da. guerra mundial con gente
que, cansada de vivir hacinada en conventillos, donde una familia habitaba en
un solo ambiente utilizado como cocina, comedor, pieza y baño, en condiciones
pésimas de salubridad, decidió por primera vez en Chile, tomar
tierras y vivir dignamente, fue en 1947" nos relató un antiguo poblador
mientras agitaba sus curtidas manos y sus ojos brillaban con la luz de los recuerdos.
Ya el chofer del remis que nos acercó a esta población que lleva
su nombre por encontrarse a una legua de distancia de la Plaza de Armas de Santiago,
nos habló de resistencias convertidas en leyenda "les tomó una
semana a los militares doblegar la resistencia de los pobladores" dijo; mientras
su hijo, de sólo 6 años al escuchar nuestro acento porteño
nos preguntaba curioso: "¿En qué idioma hablas?".
El barrio se fue construyendo de a poco, haciendo cañerías, comprando
postes para el alumbrado, apoyándose los unos a los otros.
"El presidente Figueroa mandó a un cura obrero para combatir al comunismo
en la población" nos cuenta el viejo de manos curtidas "¡Imagínese,
creían que todos eran comunistas! El cura al poco tiempo de estar en
el barrio se convierte en comunista y comenzó a luchar junto a los habitantes
del barrio." El local del Partido Comunista de La Legua se confunde, se funde
en el paisaje del barrio.
La calidez del recibimiento, de decenas de hombres y mujeres de cabellos teñidos
de ceniza y rostros surcados por años y décadas de lucha, testigos
vivos de la historia; nos conmovió. Estrechar sus manos, sentir su afecto
nos hizo reconocernos como hermanos. Poco a poco el local se fue llenando también
de rostros jóvenes de manos dispuestas y hasta de pequeños atraídos
por la música.
Con el gobierno del compañero presidente, con el gobierno de Salvador
Allende, los pobladores supieron que los tiempos de la justicia y la dignidad
habían llegado. Las medidas del gobierno, la copa de leche, la construcción
de jardines infantiles en la zona y sobre todo la seguridad de sentirse por
primera vez los protagonistas del cambio, los constructores de su destino, eran
los pilares del apoyo y el compromiso.
"Yo tenía muchos niños y me acuerdo que cuando lavaba la ropa,
que era mucha, mientras mi compañero construía mi casa, bajo la
ramada, con la radio prendida yo aprendía de las palabras de Allende"
recuerda doña María.
Nos llamó la atención el fervor que ponen todos: jóvenes,
adultos y niños al entonar el Himno Nacional con que iniciaron la actividad
para recibirnos a nosotros argentinos, junto a las delegaciones de Alemania,
Portugal y México. Fervor que se repitió en las estrofas de la
canción "El Pueblo Unido" de los queridos Quilapayún y de La Internacional
con que se cerró el acto.
*La resistencia.
"Apenas derrocaron al Gobierno de la Unidad Popular, la población fue
rodeada por tanques con cientos de militares que por los altavoces pedían
que denunciasen a los comunistas" nos relata otro viejo vecino del barrio, "pero
la gente se solidarizó con los militantes y hubo cientos y cientos de
pobladores semidesnudos en las canchas, como en un campo de concentración
(como respuesta a no haber delatado a sus vecinos). Algunos fueron llevados
a unidades del ejército, otros fueron mandados al estadio y fusilados.
Por eso toda la población comenzó a tomar conciencia y a luchar
contra la dictadura. Hasta los niños y ancianos comenzaron a tirarle
piedras a los tanques, a poner miguelitos y a hacer fogatas.
Un grupo de jóvenes se hizo cargo de la defensa de la población.
Hay más de cuarenta muertos entre dichos jóvenes." afirmó
el anciano.
Otro compañero recordó con orgullo: "Los compañeros que
resistieron, trabajadores de las fábricas de los alrededores, tenían
la idea de tomar La Moneda y defender a Allende y al gobierno. Con armamento
AK 47 llegaron a La Legua para defender a la población. Del combate en
La Legua participaron trabajadores de Indumet, Comandari y también de
Sumar - Nylon. Los trabajadores de esta última empresa dispararon a un
helicóptero Puma que fue averiado y cayó.
Las comisarías del Pinar y de Legua de Emergencia fueron atacadas por
combatientes. Tuvieron que pedir ayuda a la comisaría 22 de La Cisterna,
que vino a darle apoyo a los carabineros que estaban siendo resistidos por los
trabajadores." "Tanto el grupo que vino de ayuda como los carabineros se parapetaban
en las esquinas para protegerse del fuego directo. No sólo los combatientes
disparaban, sino que se lo hacía desde los techos y así se demuestra
la valentía de las mujeres de La Legua, solidarizadas con la pelea, ofreciendo
a los combatientes bebida y refugio." Agregó el viejo, para finalmente
sentenciar: "
ESTA HISTORIA DE LA LEGUA TIENE QUE SEGUIR CONSTRUYÉNDOSE. CADA HABITANTE
DE ESTE TERRITORIO TIENE QUE ESCRIBIR SU PROPIA HISTORIA, EL PAPEL QUE JUGARON:
LOS NIÑOS, LAS BARRICADAS, LAS MARCHAS." *
También en la huelga de 1986.
Ana María López, fue funcionaria del gobierno popular, es actriz
y directora de una compañía de teatro.
Luego del golpe Ana María, se mudó a La Legua, donde vive hasta
hoy "Esta población fue una de las que más resistió el
golpe militar, la gente del lugar estaba muy organizada, recién el 18
de Septiembre de 1973 logran los militares meterse y tomar la población,
esta se enfrento con todo lo que tenía por eso logro resistir 7 días,
posteriormente hubo grandes matanzas en el lugar." Nos comentó.
Hay una anécdota que Ana María recuerda con gran emoción:
durante la gran huelga en 1986, el Partido Comunista de Chile les pidió
colaboración. La com pañía de teatro, no iba a participar
de las barricadas, pero se les ocurrió, junto a la casa de la cultura
de La Legua, realizar obras de teatro infantiles en las plazas para mantener
cerca de los niños y protegerlos de la represión. Mientras ellos
actuaban haciendo mímicas y sin vestuario, los militares los miraban
perplejos, por que se encontraron a la compañía actuando por donde
pasaban y no entendían quienes eran. Había un helicóptero
volando sobre ellos que cada vez volaba más bajo para ver quienes eran
y de que se trataba lo que hacían.
" En La Legua ese día se vivió una represión feroz. Una
constante lluvia de balas segó la vida de varios compañeros."
Recordó con tristeza.
Esa experiencia sirvió para reafirmar mucho más su vocación
por el teatro, su compromiso con la gente, y la satisfacción de haber
salvado a una cantidad de niños de la muerte a través de la cultura,
del teatro.
Rodolfo Grinberg - Carolina Vena.
AGENCIA RODOLFO WALSH-Argentina.