10 de septiembre del 2003
Chile 1998 - 2003: Los Onces y la matanza juvenil
Luis Klener Hernández
El análisis de la prensa de los 11 de septiembre durante los últimos seis años dice que cada año la violencia resurge incontrolable en las poblaciones, allí quienes pagan con su vidas el baile de balas locas son los jóvenes y los encargados de cumplir el carnicero oficio contra la memoria es la policía chilena y los gobiernos de la concertación. Veamos la información que entregó la prensa comercial en sus recuadros pequeños.
En 1988 el diario La tercera informó de dos muertos, 77 heridos, 17 de ellos graves, y 327 detenidos. Cristián Varela Avalos, de 47 años, murió a causa de un accidente vascular provocado por gases lacrimógenos y fue asesinada Claudia Alejandra López. Lo que hoy sucede es que esta última es recordada como un ícono de las nuevas luchas juveniles en tiempos de "democracia". Claudia era estudiante de danza y escritora de poemas, tenía 25 años cuando fue baleada frente al número 2860 de Recoleta y hoy está claro que su asesinato fue producto de una emboscada por parte de carabineros. Las fuerzas policiales sabían de la realización de una barricada en el sector, y utilizaron una bengala para alumbrar y reprimir a los manifestantes causando la muerte a Claudia.
En 1999 la prensa dio cuenta de dos muertos, más de seis heridos a bala y uno por bomba lacrimógena. Entonces de un balazo en el pecho falleció Boris Gatica Vidal de 22 años quien se encontraba en una barricada en la calle 33 con Américo Vespucio en la comuna de Peñalolén. De un ataque al corazón y causa de los gases lacrimógenos murió el evangélico Jaime Pinchilef Iturra en la población confraternidad de San Bernardo. Ese año fueron heridos a bala Patricio González Rodríguez de 28 años quien ingresó al Hospital Barros Luco con una bala en el sector izquierdo del tórax. Javier Morales Ponce, de 28 años, recibió un impacto de bomba lacrimógena en la frente. En la comuna de San Bernardo Manuel Eduardo Díaz Valdés, de 23, años recibió un disparo en el muslo derecho frente a su casa en la Calle Calderón de la Barca. También fue herido a bala un menor de 17 años, identificado con las iniciales C.F.P., que recibió un impacto de bala en la región toráxica sin salida de proyectil. En la posta de urgencia del Hospital El Salvador llegaron la noche del 11 de septiembre de 1999 Joel Reyes Concha (18 años) con una bala en la zona pélvica y el menor P.P.P. de 15 años con un proyectil que le atravesó el bajo abdomen. Ese año también llegó herida a bala en el abdomen una menor de 15 años del sector de Las Parcelas con Tobalaba.
El 11 de septiembre de 2000, según radio Chilena hubo 600 detenidos, 10 lesionados, quedó lisiado permanente Ariel Gómez Salinas de 22 años por una bala que le alcanzó la medula espinal.
El 4 de septiembre del 2001 hubo dos muertos. Cesar Cabello González de 15 años que recibió un disparo en la cabeza mientras miraba una barricada en la población La Pincoya y José Vera de 27 años que fue arrollado por un automóvil en el sector de Avenida Grecia con Américo Vespucio.
El 11 de septiembre del 2001 las empresas periodísticas chilenas se volcaron repetir como loros las imágenes e informaciones del atentado a las torres gemelas, muy poco se dijo de los 228 detenidos ni de investigar muertes por violencia policial.
En el año 2002 pese a que no hubo muertos se detuvo a 445 personas esa noche y se reprimió la marcha de aquel miércoles en la Alameda.
Este año 2003 el panorama de la noche del 11 se ve complejo. El gobierno ha provocado a las organizaciones de políticas de izquierda y de derechos humanos con una propuesta que favorece a los asesinos genocidas y por otro lado luego de la protesta del 13 de agosto las autoridades han limitado la movilización social y activado sus grupos de inteligencia. Todo ello, no hace sino que calentar el ambiente pre once, y muestra a un gobierno socialista que permite que sus policías apunten sus balas hacia los jóvenes con memoria y en lucha.