Destinatario, Che
Luis Hernández Serrano
Treinta y cinco años atrás, por estos días, el Comandante
Ernesto Che Guevara legaba con su propia vida un imperecedero testimonio a las
futuras generaciones de latinoamericanos. Durante décadas, los enemigos
de la Revolución han tratado infructuosamente de manchar con intrigas
la entrañable relación del Guerrillero Heroico con nuestro Comandante
en Jefe y las circunstancias de la partida del Che hacia otras tierras del mundo.
Un rotundo mentís ante aquellas calumnias lo constituye la carta que
a principios de junio de 1966, Fidel le envía a Praga, Checoslovaquia,
pidiéndole que volviera a Cuba para desde aquí preparar personalmente
su proyectado empeño liberado
La referida misiva fue escrita, por supuesto, no para ser publicada, pero es
tan elocuente que se explica por sí sola. No obstante, JR acudió
al compañero Jorge Risquet Valdés, muy estrechamente vinculado
a las luchas del movimiento revolucionario africano, para develar el momento
histórico en que se produjo el trascendental intercambio epistolar entre
nuestros dos héroes.
—¿Qué puede decirnos de esta carta?
—No es necesario insistir en la profunda dosis de cariño, respeto, admiración,
camaradería, amistad y hermandad que Fidel abrigaba hacia el Che, porque
esa carta y la misiva de despedida del Comandante Guevara son expresivas muestras
de los hondos y nobles sentimientos que mutuamente experimentaron entre sí
los dos hombres más grandes que América ha conocido en la segunda
mitad del siglo XX y hasta los actuales días.
"Sin embargo, la trascendental importancia del documento, hasta hoy desconocido,
nos impulsa a recordar otra carta.
—¿Va referirse a la despedida del Che a Fidel?
—Efectivamente, cuando en 1965 se crea el primer Comité Central del Partido
Comunista de Cuba, faltaba el nombre del Che en la lista de sus integrantes,
lo cual resultaba inexplicable y obligaba a hacer pública esa carta de
despedida que Guevara había dejado.
"Ya en abril de ese año el Che inicia en Dar Es Salaam, capital de Tanzania,
en África, la ruta que lo lleva a Kigoma, pues al otro lado del lago
Tanganyka lo esperaba el escenario de la nueva contienda guerrillera en el Congo
ex belga, Leopoldville, adonde llega el 24.
"En aquella misiva escribió a Fidel que sentía haber cumplido
la parte de su deber que le ataba a la Revolución cubana en su territorio
y se despedía de él, de los compañeros, de nuestro pueblo,
que era ya el suyo. Precisó que nada legal le ataba a Cuba, solo lazos
que no se podían romper como los nombramientos y que otras tierras del
mundo reclamaban el concurso de sus modestos esfuerzos.
"Pero se comprenderá que después de todas esas afirmaciones de
Guevara en su despedida, resultaba sumamente difícil para él regresar
a Cuba.
"Estando yo en el Congo ex francés al frente del Batallón Patricio
Lumumba, viajé a La Habana para realizar algunas consultas. En los nueve
meses transcurridos de permanencia en África, habían ocurrido
importantes acontecimientos que en cierta medida modificaban algunos de los
objetivos que se nos habían fijado. El más importante de esos
hechos era la salida de la Columna Uno del Che del Congo ex belga.
"Otro suceso relevante era el restablecimiento de relaciones diplomáticas
entre los gobiernos de ambos Congos, la desaparición de Tshombe del escenario
y la ascensión de Mobutu al poder omnímodo en Leopoldville. De
otra parte, el golpe militar que derrocó al presidente de Ghana, Kwame
Nkrumah, podría significar el inicio de un camino de ‘gorilazos’ en el
continente.
"Entonces, en el momento de llegar, me enteré de una caminata en la Sierra
Maestra y la subida al Pico Turquino que serían encabezadas por Raúl
Castro. De inmediato me enrolé en esos propósitos. Entre los comandantes
que componían el grupo estaban Sergio del Valle, Vilo Acuña y
los hermanos Rogelio y Enrique Acevedo.
"Mucho tiempo después conocí que Raúl estaba escogiendo
en esa caminata la tropa del Che que iría a Bolivia. Este hecho es una
prueba clara de las dificultades que suponía estar preparando la audaz
gesta de Bolivia, sin que el jefe del destacamento estuviera participando personalmente
en las numerosas y delicadas tareas que ello exigía, una de las cuales
era la selección y el entrenamiento de los combatientes."
—¿Pudo usted hablar con Fidel sobre el Che en esa transitoria visita suya
a Cuba?
—Sí. Al regreso del ascenso al Turquino, donde conmemoramos el Primero
de Mayo, el Comandante en Jefe me comentó: "Sobre lo ocurrido con la
Columna Uno del Che en el Congo Leopoldville, nada que te diga sería
tan elocuente e ilustrativo como el documento elaborado por él mismo".
"Después me entregó ese texto para que lo leyera, como un documento
confidencial que no debía ser comentado con ninguna tercera persona.
Yo sería, por tanto, uno de los pocos cubanos que conocería hasta
ese instante el histórico análisis de lo sucedido en el Congo
ex belga, escrito por el Che. Lo leí detenidamente, tomé de él
valiosas lecciones que luego habrían de servirme en mis misiones en África
y lo devolví a través de la compañera Celia Sánchez.
Ni siquiera lo comenté con el propio Fidel."
—¿A qué se refiere el Comandante en Jefe cuando califica la situación
del Che allá en Praga como "delicada e inquietante"?
—Hay que tener en cuenta varias cuestiones. Después de salir del Congo,
el Che permanece casi tres meses en Dar Es Salaam, la capital de Tanzania. Allí
escribe el libro que titula Pasajes de la guerra revolucionaria. Congo,
al cual alude Fidel en su carta a Guevara.
"¿Qué ocurre? De Dar Es Salaam, el Che viaja a Praga y se alberga en
un apartamento pequeño situado en una azotea, de un cuarto con dos camas,
una cocinita, un baño chico y una mesita, inmueble que nos había
facilitado la Inteligencia checa para nuestras necesidades operativas de tránsito
de algunos compañeros por la capital de ese país, pero no para
instalar a una personalidad de renombre mundial como el Comandante Ernesto Guevara.
"En primer lugar, nosotros estábamos haciendo con los checos algo en
realidad incorrecto. El gobierno de esa nación no sabía nada de
esto. En segundo término, el Che no podía moverse, no podía
ir a un museo, a un teatro, porque estaba allí de incógnito y
solo le era factible dar una vuelta por los alrededores, por un bosque cercano,
cosas de ese tipo y en horas determinadas, para evitar encontrarse con gentes
que lo reconocieran.
"Además, la lejanía de Cuba y de Bolivia hacía muy difícil
la preparación por él del destacamento guerrillero. Todo eso es
lo que Fidel califica de situación ‘delicada e inquietante’.
"Estas circunstancias se mantuvieron durante algún tiempo, pues él
llega en enero, transcurren más de cinco meses y en los días iniciales
de junio Fidel le escribe esa carta que un mensajero le lleva rápidamente.
"Desde el punto de vista personal del Che, aquella posición era en verdad
muy incómoda. Por otro lado, a los efectos prácticos de la preparación
del frente boliviano, era también algo muy difícil, de ahí
la insistencia del Jefe de la Revolución. Guevara comprendió las
razones de Fidel, y así lo hizo. Se mantuvo en secreto su estancia y
se prepararon las cosas mucho más velozmente. Fíjate que él
viene en ese verano y ya el tres de noviembre de 1966 llega a La Paz, Bolivia.
"En pocos meses ya están en el nuevo escenario del combate, él
y su destacamento, lo cual nos indica que aquí en Cuba se podía
acelerar mucho más esa tarea. De no haber venido, todo ese complejo proceso
preparatorio se hubiera demorado muchos meses más y el proyecto hasta
se hubiera puesto en peligro o frustrado. Por eso Fidel se lo expresa en la
carta que lo persuade de venir a entrenar su propia tropa y a organizar desde
Cuba su viaje a Sudamérica."
—Cuando Fidel menciona en la carta "los días en que aquí parecía
inminente una agresión", ¿a qué se refería?
—El Comandante en Jefe alude así a la situación reinante en Cuba
a partir de la última decena de mayo de ese año 1966. No hay espacio
para dar todos los detalles, pero las amenazas yanquis se recrudecieron y todo
hacía pensar en una agresión directa de Estados Unidos.
"A las 9 horas del sábado 21 de mayo, soldados yanquis desde la Base
Naval de Guantánamo asesinaron a otro miembro del Batallón Fronterizo:
Luis Ramírez López. Raúl despidió el duelo en Santiago
de Cuba el día 23.
"El jueves 26 en una Nota del MINFAR se desenmascaró lo divulgado por
el Departamento de Defensa yanqui sobre el asesinato del joven cubano, al que
describen como agresor en vez de víctima. ‘Esta versión del gobierno
de Estados Unidos no puede ser más peregrina, ridícula, absurda,
imbécil y falsa’, se decía en la respuesta cubana.
"Un día después, el viernes 27, se demuestra a periodistas de
16 países la mentira del Pentágono yanqui. Y el sábado
28, Fidel declaró: ‘Si nos atacan, los combatiremos mientras quede un
hombre o quede un pueblo en el mundo luchando con las armas’.
"El presidente Osvaldo Dorticós se entrevistó con los embajadores
de los países socialistas y con los corresponsales extranjeros y declaró
que Cuba admitía voluntarios de todos los países del mundo que
quisieran luchar junto a nuestro pueblo contra la agresión yanqui. El
domingo 29 la nación es puesta en Alarma de Combate.
"En esos momentos la Tricontinental llamó a todos los pueblos del planeta
‘a enviar voluntarios a Cuba ahora mismo’.
"A las 23:15 horas del 30 de mayo, personal de una batería antiaérea
situada en el litoral al oeste de La Habana detectó una lancha pirata
que partió de Estados Unidos para infiltrar espías a Cuba. Al
instante en que procedió a desembarcar a dos de los seis tripulantes,
ambos resultaron muertos en el encuentro con nuestras fuerzas, alejándose
la lancha de la costa a toda velocidad.
"Fue perseguida y destruida a unas diez millas de la costa, por la acción
de nuestros medios navales, con apoyo de la aviación. La lancha se hundió.
Lo informó en detalle el Estado Mayor de las FAR. Fueron rescatados dos
sobrevivientes heridos, otros dos perecieron.
"El 27 de mayo el Pentágono volvió con sus mentiras y declaró
que seis soldados cubanos abrieron fuego contra centinelas de la Base Naval
de Guantánamo. Entonces el Secretario de Estado Dean Rusk lanzó
una provocadora protesta. Pretendía amenazar a Cuba si no dejaba de hacer
lo que Rusk sabía demasiado bien que era absurdo que hiciéramos.
"Otro agente de la CIA, fue capturado en Pinar del Río el primero de
junio..."
—Pero el propio Fidel en su carta le dice al Che: "(...) nuestra impresión
ahora es que de momento no va a ocurrir nada (...)" ¿Por qué afirma eso?
—Ante la enérgica reacción de nuestro pueblo, la Alarma de Combate,
la admisión de voluntarios extranjeros de todo el mundo, la repulsa internacional,
gente inscribiéndose en distintos países para venir a Cuba, las
dos lanchas piratas capturadas, todos esos fracasos y provocaciones burdas,
los imperialistas cesaron por el momento sus acciones y bajó la tensión.
"Toda la presionante situación que existía, cambia, además,
cuando surge enseguida la solidaridad con Cuba. Leonid Breznev, secretario general
del PCUS, advierte graves consecuencias para los que realicen actos agresivos
contra el país. El pueblo coreano está listo a pelear incondicionalmente
junto a nosotros. La Cancillería norvietnamita emite un documento de
apoyo a la Isla. Estudiantes extranjeros apedrean la Embajada de Estados Unidos
en Varsovia. En Uruguay habilitan una oficina para inscribir voluntarios a fin
de defender a nuestra patria. Y obreros y estudiantes españoles protestan
frente a la Embajada norteamericana en Madrid, por citarte algunos hechos que
recuerdo.
—¿Estaba usted en Cuba cuando Fidel escribe la carta?
—Antes que él la enviara, salí. Estaba aquí el Ministro
de Defensa del Congo ex francés. Tenía que reunirme con la tropa
del batallón allá y el visitante debía regresar. Como el
IL-18 hacía vuelos a Praga, se conformó una delegación
presidida por Carlos Rafael Rodríguez, que yo integraba, que participaría
en el Congreso del Partido Comunista checo. En ese evento estarían representantes
de los partidos comunistas de los países socialistas y de todo el mundo.
Era una magnífica ocasión para denunciar las agresiones imperialistas
y exhortar a la solidaridad con nosotros. El seis o el siete de junio llegué
al Congo.
—¿Sabe cómo fue el arribo del Che a Cuba tras la carta de Fidel?
—Sí. En el libro Escarmiento de pueblo, escrito por el comandante
Raúl Menéndez Tomassevich y Ángel Gárciga Blanco,
que se lanzó en la última Feria del Libro, se narra eso. Fidel
le había dicho a Tomassevich que se pusiera de acuerdo con el comandante
Manuel Piñeiro para recibir a Ramón, nuevo pseudónimo adoptado
por el Tatu del Congo, para la misión boliviana.
"En el libro se expuso muy bien esta llegada: ‘(...) Según lo previsto,
el avión se detuvo en la cabeza de la pista, y dos hombres que conocían
los pormenores de cómo estaba disfrazado, subieron a la aeronave para
localizar a Ramón. Intrigados, los demás pasajeros observaron
cuando un individuo entrado en años y con una joroba en la espalda se
levantó de su asiento, se dejó conducir hasta la escalerilla y,
ya en tierra, subió a un auto que se alejó de inmediato.
"¿Un preso? ¿Un enfermo? ¿Un espía? Innumerables resultarían las
versiones moldeadas por más de un centenar de cabezas encendidas de imaginación
cubana, para muchos sería otra anécdota que contar sobre las peripecias
del viaje durante el obligado recuento que todos harían a sus familiares,
pero ninguno imaginó que la joroba era una prótesis, el hombre
entrado en años Ernesto Guevara y, mientras ellos recibían el
abrazo de sus seres queridos en el aeropuerto, en una casa de protocolo de La
Habana, Fidel abrazaba al Che".
Me darás la razón |