En el 75 aniversario de su nacimiento
El Che, lucha diaria por un mundo justo.
¿Por qué será que el Che tiene esta peligrosa costumbre de seguir naciendo? En Ernesto Guevara de la Serna podemos encontrar la expresión de la lucha mantenida por los pueblos latinoamericanos para acabar su camino de pobreza y desesperanza. El Che Guevara fue un hombre que asumió los retos de su generación, buscó con valentía un destino que le consagró y le hizo héroe latinoamericano. Así lo reconocen otros muchos luchadores sociales que han seguido la senda de liberación de los pueblos latinoamericanos y del mal llamado ³tercer mundo², ese gran número de países que han quedado excluidos del aprovechamiento de los recursos naturales, del desarrollo tecnológico y de los beneficios de la actividad económica mundial.
El Comandante Guevara fue en vida un hombre de compromisos, enfrentó retos, y logró el despertar de muchos corazones a favor de un mundo mejor, trabajó por acabar las diferencias entre los desposeídos y los propietarios de los bienes y el capital. Interpretó el papel que le correspondió con valor, fue un líder que enseñaba haciendo, con su ejemplo convenció a sus compañeros y a sus enemigos de lo que es capaz un hombre apegado a sus principios, con la esperanza de iniciar la revolución que engendrará al hombre nuevo.
Un hombre que al abandonar su terruño natal se hizo hijo de todas las patrias, en especial las que llevan a cuesta la parte pesada de las cargas mundiales. Che Guevara se hizo canción universal, se trocó en soldado de la liberación, en valor y ejemplo para las juventudes, en inicio de camino, se convirtió en la esperanza misma.
Sus triunfos, que no fueron pocos, se convirtieron en metas para los hombres y mujeres que descubren en él un guía para la acción. La lucha por la libertad y la justicia es diaria, y así la muestra Guevara. Su condición de ciudadano ejemplar, de ser el primero a la hora de hacer y el último al ir a descansar, le hace motor de nuevos empeños por la liberación. Se desempeñó en todos los frentes, fue creador intelectual, político honesto, planificador incansable, y se destacó con valor en la lucha armada. El Comandante que siempre daba ejemplo de virtudes a sus tropas, el jefe que no ordenaba a nadie hacer lo que el mismo no estuviera dispuesto a realizar.
Sus temores y fallas se disipan en una vida llena de lucha y avance por la construcción de una sociedad igualitaria. Enfrentó a los poderosos que actuaban contra los pueblos oprimidos. Redimió al campesino olvidado y al obrero explotado. Les señaló el camino de la responsabilidad de ser hombres y mujeres libres. Demostró que podemos ser distintos, que podemos ser más humanitarios, que el querer la vida no implica aceptar vivir en injusticia.
No es el Che solo un afiche o un retrato, es ejemplo de juventud eterna. La juventud perdura cuando no nos entregamos a la desidia y cansancio de nuestros antecesores. Cuando se muere se recuerdan a las personas por lo que hicieron y se anhela que hubiesen seguido vivas para que continuaran; pero una de las enseñanzas de Guevara es que hay que seguir, que el que cae en la lucha debe ser suplido para continuar, que la liberación integral de nuestros pueblos y la construcción de una nueva sociedad no se detiene.
Hoy cuando se quiere atacar al Che, se señala que todo su esfuerzo parece haber sido en vano. En cada espacio que estuvo el Che se destacó por su apego a la construcción de la nueva sociedad, de hacer ese espacio más participativo y justo para todos. Olvidó su beneficio personal por el beneficio colectivo. Esta acción no es fácil de entender, cuanto nos cuesta separarnos de lo que queremos y sacrificarnos por los demás.
El Che es ejemplo de juventudes, de juventud trabajadora, de juventud sacrificada en un mundo injusto, de juventud que lucha por no ser mediocre en un mundo de injusticias, ejemplo de juventud rebelde ante las injusticias sociales, de no aceptación que las relaciones de opresión sean las que priven en nuestras sociedades, de no aceptación de la pobreza y el olvido de los marginados y excluidos del sistema.
El Che sigue vivo, no porque le hayan convertido en bonitos afiches; el Che vive porque sembró su vida de iniciativas para quienes le conocieron en persona, y para quienes le conocen en sus escritos, lo descubren en su lucha por la vida. A diario hay quien le revive, con quien conversa, a quien la hace reflexionar. El Che ya es muchas voces, es silueta de compañero, es esperanza para continuar luchando, es fuerza en el desmayo, y compromiso cuando embarga la desidia y el desencanto.
Hoy hay nuevos espacios que podemos llenar con nuestra juventud y con el ejemplo del Che, sin temor, con alegría. Hoy hay muchas injusticias pendientes de acabarse, los niños de la calle, la discriminación de las mujeres; y muchas peleas que dar como la defensa del ambiente, el acceso a la educación para todos, la defensa de los derechos humanos, el acabar con la corrupción. Hoy en Venezuela se vive un tiempo de lucha, y es la oportunidad para rendir homenaje al Che, siguiendo su ejemplo de amor por los más desasistidos y olvidados del mundo.
En estos tiempos de confusión, debemos obrar por la unidad y el encuentro del pueblo organizado, en cada calle, en cada esquina, en cada barrio, en cada liceo, en todas las ciudades y comunidades. Hoy las armas son otras, la palabra y la acción deben encontrarse y se trata de construir un mundo donde quepan todos los mundos.
No podemos terminar sino recordando al querido cantor del pueblo venezolano, Alí Primera, cuando nos advierte que los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. Así recordamos que el ejemplo para nuestra juventud llena de olvido y desinformación está en aquellos que nos precedieron y dieron testimonio de esperanza por un mundo lleno de hombres y mujeres nuevos, que amen la vida y desprecien los signos de muerte.
Diana Lobo
dialexca@mipunto.com