El primer indígena que disputará la Presidencia de Bolivia
Por primera vez en la historia de este país de mayoría indígena, un hijo de padre aymara y madre quechua, Evo Morales, llega a la instancia definitoria de la Presidencia boliviana en el Congreso, el domingo, aunque sin ninguna posibilidad de resultar electo.
Este indígena de 42 años que lucha por los derechos de los cultivadores de coca disputará, en hecho inédito, la Presidencia de Bolivia con el acaudalado empresario minero Gonzalo Sánchez de Lozada, quien fuera presidente entre 1993 y 1997, el domingo en una votación en el Congreso.
Segundo en las elecciones del 30 de junio detrás de Sánchez de Lozada, Morales ha ganado 35 escaños congresales y recibido la adhesión de un bloque de ocho parlamentarios indígenas electos, insuficiente sin embargo para alcanzar la Presidencia en la ronda congresal, instancia en la cual son necesarios 80 de los 157 votos para acceder al poder.
De todas formas, Morales, que insertó a la izquierda campesina por primera vez en el Congreso boliviano, se ha convertido en uno de los hombres más influyentes de la política criolla.
A la cabeza del Movimiento al Socialismo (MAS), el "instrumento político de los pobres", este aymara cocalero que no terminó la instrucción secundaria, se proyecta como el líder de un bloque opositor que reunirá además de indígenas, a socialistas y populistas de derecha.
Nacido el 26 de octubre de 1959 en un paupérrimo caserío de Isayavi, en el departamento (provincia) de Oruro (sur), emigró apenas adolescente, como lo hacen siete de cada 10 campesinos en este país, el más pobre de Sudamérica, debido a una feroz sequía a principios de los '80 que asoló el agrícola altiplano boliviano, "para buscar el pan", según afirma. Mucho antes de erigirse en indiscutido dirigente sindical de los labriegos del Chapare, un poderoso centro productor de droga y donde se han erradicado más de 60.000 hectáreas de coca, insumo para la fabricación del narcótico, se ganó la vida tocando trompeta en una banda de música folclórica andina que animaba bailes vernáculos. El líder sindical más contestario de la era democrática en Bolivia comenzó su carrera política de manera impensada, como futbolista y secretario de deportes de un sindicato indígena en una comarca subandina