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Sección Especial: Bolivia

INFORME ESPECIAL DE NARCONEWS
El Tango del Embajador y otras historias (Parte II)

Por Luis Gómez, Oficina Andina de Narco News
"El electorado boliviano debe considerar las consecuencias de escoger líderes de alguna manera conectados con el narcotráfico y el terrorismo".
Afirmación de Manuel Rocha el 26 de junio (cuatro días antes de la elección) en el cuartel militar de Chimoré, en pleno centro del Chapare
"El embajador [Rocha] me ha manifestado que no debería haber ningún acuerdo con Evo Morales"
Manfred Reyes Villa, líder y ex candidato presidencial de NFR
"Si quieren respeto que nos respeten, nosotros estamos dispuestos a respetarlos, porque dentro de la cultura quechua y aymara la base de las relaciones humanas es el respeto, fundamentalmente"
Evo Morales, en entrevista con CNN, al referirse a las relaciones con Estados Unidos si fuera Presidente de Bolivia
No es muy alto y en su figura, un poco regordeta, es notoria la rigidez, esa actitud de quienes ahorran hasta el más mínimo ademán para no parecer personas banales. Su cara redonda, de ojos pequeños y cejas algo separadas, no parece conocer de sonrisas... es como una máscara. Así se muestra el Virrey Manuel Rocha frente a los medios, en cualquier acto público. Los últimos dos años, y él dice que son los últimos de su carrera diplomática, ha participado activamente de la vida política boliviana... como hizo en la argentina, la cubana y la centroamericana.
Recordando al vuelo trozos de su "brillante" carrera, podemos verlo como agregado político militar de la embajada estadounidense en Honduras la segunda mitad de los años ochenta... financiando la guerra de la Contra desde ahí y promoviendo los desplazamientos forzosos de campesinos hondureños (que costaron bastantes vidas, de acuerdo a los informes de derechos humanos): todo un señor de la Guerra de Baja Intensidad. O en Cuba en 1992, a cargo de la Oficina de Intereses de EU... pagando a los anticastristas para diversas acciones de desestabilización del gobierno de Fidel Castro en lo peor del Periodo Especial.
Y más recientemente, en Argentina, donde se hizo cargo de la embajada tres años como Encargado de Negocios... dedicándose a minar el sistema productivo y comercial de ese país y promoviendo rupturas en las medidas de protección nacional argentinas a la industria ("abriendo mercados", diría él), por lo que seguramente debe tener mucho qué decir sobre la actual crisis económica en ese país, de donde salió afirmando cínicamente: "Soy extremadamente optimista con respecto al futuro de la Argentina"... unos meses antes de que comenzara la debacle.
Bueno, amables lectores, este singular personaje ha venido a Bolivia a continuar su misión. Desde que llegó se ha comportado con prepotencia y ha amenazado a cualquiera que se oponga a él. Pero por ahora nos ocuparemos de él por lo que hace a sus peculiar visión sobre los líderes populares bolivianos: el 2 de diciembre de 2001, durante su participación en una conferencia sobre seguridad organizada por la Presidencia de Bolivia, el Virrey Rocha dijo que Felipe Quispe, el Mallku, y Evo Morales eran terroristas y estaban dentro de la famosa lista negra de los Estados Unidos (la que se hizo luego del 11 de setiembre). Luego, en febrero pasado, estuvo detrás de las sucias operaciones con las que los políticos tradicionales expulsaron a Evo del Parlamento (¿recuerdan la Guerra de Sacaba?).
Con todo, esa expulsión fue más una ayuda que un castigo para el líder cocalero, su popularidad creció... vamos, que ser enemigo del gobierno gringo siempre deja algún prestigio. Pero el Virrey no mantuvo la boca cerrada... y cada vez que decía alguna cosa los puntos porcentuales de intención de voto para el MAS crecían. El 27 de junio pasado en Cochabamba, en la última manifestación de la campaña, luego de haberse beneficiado tanto de su soberbia, Evo pidió a las masas un enorme aplauso para Rocha, quien "fue nuestro primer jefe de campaña".
Tres cosas notables hizo sin querer Manuel Rocha por el MAS. La primera, claro, presionar para la expulsión de Evo. La segunda fue una serie de declaraciones de marzo a mayo, como la del 26 de marzo, cuando declaró ante los medios bolivianos que ellos (y se refería al gobierno de Estados Unidos) no iban a apoyar a una persona que no quería ayuda (hablando sobre el próximo Presidente de Bolivia). "Nunca fuerzo a una dama a bailar tango si no quiere bailar conmigo", terminó enfático el Virrey. O esas apariciones en eventos sociales donde decía a todo el mundo lo peligroso que era votar por terroristas como Evo Morales y el Mallku.
A estas alturas de la lucha electoral, alguien tuvo una buena idea en el MAS. A mediados de junio apareció en las ciudades bolivianas un póster con una enorme foto de Evo en el centro. Arriba, con letras enormes: "Boliviano: tú decides, ¿quién manda? Rocha o la voz del pueblo"... fue un gran suceso... todo el mundo, simpatizante del MAS o no, quería una copia y tuvieron que imprimirse cientos de miles más de lo planeado. Muchos bolivianos recibieron el mensaje en pro de la defensa de su dignidad y su soberanía. Pero lo mejor estaba todavía por venir.
Todos y cada uno de los candidatos de los partidos tradicionales de Bolivia fueron en algún momento a ver al Virrey para pedirle su apoyo. Manfred Reyes Villa, de Nueva Fuerza Republicana, viajó incluso a Miami para ver a los republicanos cubanos y a Washington para entrevistarse con Otto Reich en el Departamento de Estado. Ninguno, al principio, quería tener un debate con Evo Morales ("Es un partido chico", solían decir los organizadores de foros y debates). Así que el tono de los discursos subió. El 17 de junio, luego de una gira por el oriente del país, Evo dijo ante los medios que no le interesaba debatir más con los partidos neoliberales; "yo lo que quiero es debatir con el embajador Rocha... prefiero discutir con el dueño del circo, no con los payasos".
Con este ambiente, la última semana de campaña todas las encuestas, incluso las de los otros partidos, daban ya al MAS el tercer o cuarto lugar, con 16 por ciento de los votos. Seguramente, el tanguero del Virrey no quiso quedarse alejado del asunto... el 26 de junio, cuatro días antes de la elección, fue a Chimoré (en el corazón del Chapare) a visitar a los militares y mercenarios que "luchan" contra el narcotráfico. Ahí, frente al Presidente Tuto Quiroga, dijo: "El electorado boliviano debe considerar las consecuencias de escoger líderes de alguna manera conectados con el narcotráfico y el terrorismo".
Todavía hoy, a casi dos semanas de la elección, hay muchos que juran que Manuel Rocha trabajó en combinación con el MAS para crear terrorismo electoral (porque de 16 que le daban, Evo terminó con casi 21 por ciento). Y a menos de un mes de irse definitivamente de Bolivia, el Virrey sigue haciendo declaraciones en contra de Evo. ¿Qué les parece? A Rocha le salieron varios tiros por la culata... pero dejemos por ahora a este mal bailarín ensayar solo su tango, porque iremos por dos días al Chapare, esta vez en compañía de los candidatos del pueblo.
Guirnaldas y recuerdos
Entre el 17 y el 18 de mayo, Evo visitó el Chapare por primera vez desde el inicio de la campaña. Era necesario que sus bases conocieran a los candidatos de otras partes del país y, además, que lo ratificaran como su líder máximo y candidato a la Presidencia de la República. El viernes 17, a las cuatro de la mañana, partió de Cochabamba una caravana de varios autos hacia esa región tropical y aguerrida. Siete horas después, en la comunidad de Bulo Bulo, comenzó un torbellino de aplausos, de saludos, de discursos de apoyo y, más que nada, de esperanzas puestas en un hombre que, por decisión popular, encarnaba la posibilidad de la victoria. Y comenzó todo en Bulo Bulo no sólo por ser la región más oriental del Chapare, también porque en ese pueblo, hace años, se fundó esa poderosa organización que es las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba... como ya les decía en otro lado, había que comenzar por el principio.
En casi todos lados, el programa era similar. La caravana era esperada unos doscientos metros antes de entrar al pueblo, los campesinos (casi todos cocaleros) rodeaban inmediatamente a Evo y a Antonio Peredo (candidato a la Vicepresidencia). Luego venía la breve ceremonia de las guirnaldas y la mixtura (collares vegetales y confeti): cada candidato era honrado con enormes collares hechos de hojas de coca y algunas flores, también los hicieron con naranjas o con verduras; luego les echaban un poco de confeti en la cabeza, como un augurio para la buena suerte. Listos todos, en gran marcha se dirigían al lugar donde habría de realizarse el mitín. En los techos de las casas, sobre camiones de carga o en mitad de la plaza, los candidatos del MAS fueron sembrando nuevas esperanzas en los cocaleros.
La primera tarde, en la comunidad de Entre Ríos, apareció una tormenta en medio de la concentración popular. Sin embargo, nadie se movió. "Eso es, compañeros. Nadie debe moverse de su sitio. Así, con esa voluntad, es que vamos a derrotar a los neoliberales", dijo en algún momento Filemón Escobar, experimentado dirigente minero y hoy senador electo. Y así fue, incluso por la noche, en Ivirgarzama, un pueblo gobernado por el Movimiento Al Socialismo: una tormenta de dos horas sacudió la plaza, pero esa vez tampoco nadie se movió hasta que concluyó el acto. Evo Morales, durante 45 minutos, fue escuchado con atención y entusiasmo. En ese discurso, Evo les recordó a todos los presentes que no era su campaña la que se hacía, sino la de los pobres, la de los indígenas y campesinos, la de todos los marginados de Bolivia.
Lo mismo en Mariposas que en Shinahota, las concentraciones eran de miles de personas. Sólo en Senda VI, en la mañana del 18 de mayo, una pequeña villa a orillas de la carretera, no hubo mitin: el acto fue una misa en recuerdo de los tres compañeros caídos hacía apenas unos meses en un enfrentamiento con la Fuerza Expedicionaria de Tareas. En una construcción de palos con techo de palma, sin paredes, los muertos cocaleros fueron también incorporados a la lucha, porque, lo dijo Evo, "su esfuerzo y su sacrificio no fueron en vano... vamos a ganar compañeros, y esto será también por ellos, que ya no pueden caminar a nuestro lado".
En Chimoré, la gente se reunió justo frente al cuartel militar a esperar a sus candidatos. Cerca de tres mil personas, en la puerta del cuartel, mostraron a las fuerzas represivas que no les temían y que ahí, entre mujeres sonrientes y hombres de rosotro grave y manos endurecidas, se encontraban los que habrían de representar a su rencor y a sus demandas, por tanto tiempo postergadas. Pero esa tarde, en Villa Tunari, sería el clímax...
Cerca de las 3 de la tarde, en una curva del camino, comenzaron a aparecer en bicicletas, en pequeños grupos, en camiones y en autos. Eran miles, todos con banderas y con pancartas. Todos mirando al este, con los ojos listos a ver aparecer la camioneta gris en la que viajaba Evo Morales. No sólo estaban de Villa Tunari, habían llegado de Lauca Ñ, de los cocales de tierra adentro, de todas las comunidades por donde pasó la caravana y de otras por donde no. En la entrada al pueblo, en una tarima de frente a la carretera, cerca de cuarenta mil personas ovacionaron la llegada de los candidatos del pueblo. Durante cerca de cinco horas se interrumpió el tránsito en esa ruta, que va desde Cochabamba hasta la ciudad de Santa Cruz. Y fue ahí, entre su gente, entre sus compañeros de lucha, donde Evo dio rienda suelta a sus recuerdos.
"Me alegra mucho encontrar acá a algunos viejos compañeros, algunos ex dirigentes, que siguen luchando... muchos de ellos me conocen desde mis comienzos... porque ustedes saben que mi labor sindical ha comenzado viendo el trabajo de todos ustedes... ustedes me han hecho... ahora he venido hasta acá a estar con mi gente para que conozcan a los compañeros que nos acompañan, para que sepan que ya no estamos solos en esta lucha... hemos llegado ya muy lejos con el instrumento político. Ahora, dicen, somos la segunda fuerza en Cochabamba... yo no creo en las encuestas, pero algo de cierto habrá; me lo digo al ver tanta gente...
"Recuerdo ahorita cuando comenzaba a trabajar entre ustedes. Todos saben que vivo en esta zona, que aquí están mis cocales y hasta acá llegué hace muchos años con mi padre a trabajar. Ahora que veo esos camiones detenidos, y pido comprensión a los compañeros transportistas, me acuerdo de cuando era joven y varios de los choferes me llevaban gratis a otras comunidades, a Cochabamba... gracias a ellos también por estar con nosotros...
"Me acuerdo también de cuando empecé como dirigente. Todo me decían "el pelotero", porque era secretario de deportes de mi sindicato y sólo me interesaba estar jugando fútbol en las canchas. Y ustedes me enseñaron, me tuvieron paciencia y fui aprendiendo lo que es la organización, la lucha. Ahora me queda la convicción de que vamos a ganar, a cambiar para siempre la historia de los quechuas y aymaras, de todos los pobres de Bolivia...
"Por eso vengo decirles que no me abandonen, porque ésta es la lucha de todos. Evo Morales no los ha abandonado nunca, no los va a abandonar... y vamos todos juntos a ganar el 30 de junio".
Mineros y empresarios
A finales de mayo, el grupo empresarial de Cochabamba, uno de los más poderosos de Bolivia, organizó un foro para los candidatos a la Presidencia. Entre Gonzalo Sánchez de Lozada y Jaime Paz, con el rostro serio y la mirada distante, Evo estuvo ahí para exponer el programa del Movimiento Al Socialismo. Y contamos esta pequeña historia porque, aunque parecía que el candidato del MAS estaba entre enemigos, el público, compuesto por profesionales y periodistas, por gente rica, lo aplaudió más a que los otros.
En esa ocasión, Evo se dirigió a la audiencia para explicarle que un gobierno del MAS no querría otra cosa que ser de verdad para todos los bolivianos. Con frases agudas, Morales fue recordando que los otros candidatos habían vendido el país a las transnacionales los últimos 17 años. Les recordó que todos los grandes casos de corrupción y narcotráfico habían tenido como protagonistas a miembros de sus partidos. Les dijo que no, que ni por casualidad apoyaría a alguno de ellos para que fuera presidente, "yo no me junto con cochinos". Ese foro, transmitido en directo por la televisión a toda Bolivia, dejó bien claro que el poder y la fuerza salidos del pueblo no se venden ni se negocian... y la gente lo comprendió más de lo que los poderosos hubieran pensado.
Pero asimismo, algunos días después, Evo Morales fue a visitar una comunidad histórica, Llallagua, al norte del departamento de Potosí. En ese lugar, hace más o menos cincuenta años, comenzaron las más duras batallas mineras de la historia boliviana. Ahí se formaron los primeros sindicatos de izquierda, las primeras células clandestinas para luchar contra el gobierno. De hecho, muchos de los viejos dirigentes mineros juran que si el Che, en vez de irse al oriente a organizar su guerrilla, hubiera ido a trabajar en las minas de Llallagua y Siglo XX, hubieran triunfado entonces.
Y ahí estaba, en la tranca que controla el acceso al pueblo. Hijo de un minero despedido, nieto de campesinos, Evo no sabía que, aun sin haber visitado antes esta región, su figura y todo lo que representa estaban muy vivos entre los mineros, que lo recibieron con cuetes, con gritos y un casco nuevo, con más guirnaldas de coca y suficiente chicha para beber y alegrar su espíritu. En el acto, ante cerca de tres mil personas, dio la bienvenida la máxima autoridad tradicional indígena, el jatun mallku (el viejo cóndor) Aurelio Ambrosio, y el viejo luchador sindical José Pimentel habló a nombre de los pobladores de Llallagua, de la Federación de Campesinos de la región y de los ayllus (las comunidades agrícolas indígenas). Evo Morales dio un discurso breve y emocionado que terminó: "Nuestra candidatura es la única realmente antineoliberal y antiimperialista, por ello tenemos que votar por nuestros candidatos, que representan a los humildes, a los marginados de siempre".
Al salir de Llallagua, rodeado por el pueblo, el candidato a la Presidencia por el MAS recibió un tirón en un brazo, se detuvo y miró a quien quería saludarlo. "Compañero Evo", le dijo un joven minero de unos doce años, "aquí estamos los que hemos luchado siempre, 17 años que venimos resistiendo al modelo neoliberal... y estamos todos contigo"... durante unos instantes, al rostro de Evo Morales llegaron las lágrimas... en el pueblo que guarda la memoria de la lucha contra el poder también habían sobrevivido la fe y la fuerza.
Pero nos tenemos que detener, queridos lectores, porque la campaña avanzó con demasiado ímpetu para retenerlo todo en estas líneas... habremos de seguir mañana, en una visita a "Yungas: el paraíso recobrado". Mientras, sigan escribiendo, por favor, para saber sus opiniones y comentarios, todo lo que les ocurre mientras terminamos de entender cómo es que ahora, en Bolivia, ha resurgido el poder del pueblo...
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