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La Biblio de La Fogata


-El debate de la 2-
La iglesia católica en el siglo XXI

Ramón Cánovas

El pasado día 9 de julio en el programa de TVE Los debates de la 2, se abordó el tema "La iglesia Católica en el siglo XXI". Todos los invitados pertenecían a dicha creencia y desde la primera intervención, quedaron reflejadas las dos visiones que cohabitan en ella. Los que aceptan y defienden la actual situación tal y como está, y los que ponen casi todo en entredicho. Podríamos llamarles, el sector ortodoxo y el reformista. Las dos opciones están visiblemente polarizadas en torno a los distintos temas que se fueron debatiendo, como: la mujer y el sacerdocio, el celibato, la homosexualidad, la juventud (vocaciones religiosas), las clases bajas (globalización). Ante estos temas, los tradicionalistas defendían como correctas las posiciones de la jerarquía eclesiástica y los reformistas, que había que cambiarlo todo: posibilidad de que la mujer accediese al sacerdocio, que el celibato sacerdotal fuese opcional, aceptar la homosexualidad como algo natural, una iglesia más comprometida con los intereses de las clases bajas. Y también se posicionaron por la actual situación física del Papa. Los reformistas se decantaban por que la elección papal no debe de ser de por vida y ante una imposibilidad física como la que actualmente sufre el Pontífice, se produjese la dimisión y la elección de un nuevo Papa. Por el contrario los conservadores se inclinaban por la aceptación de los designios de dios.
No salieron temas como el divorcio, el aborto, anticonceptivos y absolutamente nada, sobre la relación iglesia estado. El programa televisivo, "El debate de la 2" teóricamente es ambicioso, pero el tiempo de duración le hace inservible, algo que es muy fácil de arreglar si se quisiera.
Esta división interna no radical de la iglesia católica, está representada históricamente por dos personajes: Jesús con connotaciones populares y radicalmente opuesto al poder-riqueza: "Ay de vosotros los ricos, porque ya tenéis vuestra consolación" (Lucas 6,24) y Pablo, fundador material, que representa la vertiente conservadora y colaboracionista con el poder y la aristocracia de los estados: "Que vivan sumisos a los príncipes y a las autoridades" (Tito 3,1).
El problema de los reformistas es que no pueden llevar sus posiciones hasta un límite que les interpela con la propia creencia. Tendrían que poner en tela de juicio a Pablo expulsando de la comunidad su nombre, obra y legado. Pero es que además, la democratización que pretenden los reformistas, pone en peligro los valores sobre los que se sustenta la religión como creencia en un ser superior. Cuanta más democracia, racionalidad y objetividad entrase por la puerta de la iglesia, más dios tendría que salir por la ventana (designios de dios, guía del Espíritu Santo). Porque quedaría visible su desnudez como lo que es, una organización terrena de seres humanos sin conexión con ningún ente supremo. Hasta ahora la correlación de fuerzas se resuelve entre bastidores, y como los nombramientos los deciden los de arriba para los de abajo, es la garantía de un filtro por el que sólo va pasando la afinidad ideológica deseada. żNos imaginamos que ante el nombramiento de un Papa, se presentasen candidatos, hubiese exposición pública de programas y saliese el mas votado? Algo parecido se hace, solo que a puerta cerrada y sin transparencia informativa. Dios es incompatible con la democracia y la racionalidad. Por ello, cuanto más democracia entra, más se ataca a la esencia de la iglesia. Porque la esencia histórica de dios es la de un supuesto ser supremo (todo poder) que se expresa a través de un medio (sumo sacerdote) al pueblo. Mientras se crea que dios dispone a través de una casta sacerdotal, todo va bien, pero cuando todo se discute, se razona y se vota, dios desaparece. Porque no tiene sentido de ser, o habría perdido el sentido histórico.
Es la misma contradicción que tienen todos los que necesitan creer en una entidad suprema, pero que las normas que han ido creando los representantes en su nombre, atacan los actuales valores de respeto, igualdad y pluralidad. Un ejemplo muy claro lo tenemos con el tratamiento de la homosexualidad. Esta es condenada en el Antiguo y en el Nuevo Testamento: "Si un hombre se acuesta con otro como se hace con mujer, será castigado con la muerte" (Levítico 20,13) y "Ni los afeminados ni los invertidos, heredaran el Reino de Dios" (1 Corintios 6,9).
Pero el afectado creyente no dice que dios estuviese equivocado (no se puede equivocar), ni que los textos no sean palabra de dios (se tendría que buscar otro dios), hace un malabarismo mental ignorando esos contenidos, se dice que dios no puede ser así y se fabrica un dios personal que le acepta. Se sigue considerando creyente y fiel católico, a esperas de que la comunidad le acepte tal como es. Esto si que es un milagro de la irracionalidad. Modestamente pienso que, es un milagro de la necesidad de creer que se nos ha inculcado. La necesidad de creer es mas fuerte que las contradicciones que han emanado de esa creencia.
La mujer es la gran perjudicada de las religiones, sin embargo, la mujer creyente hace el mismo malabarismo mental: No pone nada en entredicho, ignora los textos que le sojuzgan ("El hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre" Efesios 5,22), piensa soy creyente, pertenezco a la comunidad, y tengo que ser aceptada para tareas que hasta ahora me son vetadas.
Es un itinerario radicalmente opuesto al que hace la racionalidad progresista, donde al cambio le precede la autocrítica. Para pasar de una posición a otra tiene que haber en medio un proceso de autocrítica: Estaba equivocado, el soporte de la equivocación se deshecha, y se expone una nueva situación. Ese mismo viaje en el creyente le enfrentaría con dios: Estaba equivocado, el soporte de mi equivocación es palabra de dios, si dios se equivoca dios no es.
Pero no tenga el lector (mujer, homosexual) problemas de conciencia. En la propia Biblia, como cualquier ser humano, dios se equivoca y se arrepiente de haber creado al hombre ("Se arrepintió de haber creado al hombre sobre la Tierra" Génesis 6,6), y de haber puesto en el trono a Saúl ("Me arrepiento de haber hecho rey de Israel a Saúl" 1 Samuel 15,11). Y ello no pone en entredicho para sus seguidores, su cualidad de perfección. Al final, no solo homosexuales, travestidos y mujeres, sino que todo el mundo creyente hace el mismo malabarismo mental: mi necesidad de creer es superior a cualquier prueba objetiva que sea contradictoria.