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Nepal: la guerrilla decreta una tregua táctica de tres meses para lograr un frente político unido contra la monarquía
Alberto Cruz
La guerrilla del Ejército de Liberación Popular, brazo armado del Partido
Comunista de Nepal (maoísta), ha decretado una tregua unilateral de tres meses
de duración para lograr un frente político unido contra la monarquía. A finales
del mes de julio ya había publicado un comunicado mostrando su disposición a
facilitar en lo posible dicho acuerdo, ordenando a sus frentes "el cese completo
de todas las formas de violencia contra personas, líderes y miembros desarmados
de los partidos políticos, incluso si hay cargas criminales contra ellos" (1) y
ofrecido la formación de un "equipo negociador oficial" con la oposición
antimonárquica que fuese capaz de crear un frente político unido que abogase
"por una Asamblea Constituyente, una república popular multipartidista, el
respeto a los derechos humanos y un Ejército bajo el control de los
representantes populares".
Si la alianza de partidos antimonárquicos respondía favorablemente, la guerrilla
afirmaba estar preparada "para tomar cualquier decisión favorable a los
intereses populares" y reclamaba de los partidos antimonárquicos "una actitud
valerosa". El 23 de agosto, esta alianza de siete partidos anunció la creación
de un comité para estudiar el diálogo con la guerrilla, siempre que se
paralizasen las actividades militares bien de forma definitiva o con un alto el
fuego, dadas las diferentes posiciones sobre la lucha armada dentro de esta
alianza opositora. El día 28 de ese mismo mes se aceptaba el inicio de
conversaciones con la guerrilla para poner fin a la monarquía autocrática que
rige Nepal, decisión que ha sido arropada de inmediato por el EPL y el PCN (m)
al decretar, el sábado 2 de septiembre, la tregua unilateral por tres meses
matizando que las operaciones militares volverán a realizarse en el momento en
que sus fuerzas sean atacadas por el Ejército monárquico. Para evitar este
acercamiento, el rey Gyanendra había atacado duramente a los partidos, renovado
su oferta de diálogo "para restaurar la democracia" y a participar en las
elecciones municipales previstas para el último trimestre del año, aspectos
ambos que volvieron a ser rechazados por los antimonárquicos.
Esto también es valorado en el comunicado del PCN (m) en el que anuncia la
tregua: "la decisión del Partido Comunista de Nepal –Marxista Leninista
Unificado [que llegó a tener un ministro, el de Interior, en el gobierno de la
monarquía durante el año 1998] de apoyar la Asamblea Constituyente y del
Congreso Nepalí de quitar la referencia a la monarquía constitucional de sus
estatutos ha consolidado la base política para la colaboración entre nuestro
partido [el PCN (m)] y la alianza de siete partidos". La guerrilla se refiere de
forma especial al principal integrante de esta alianza de partidos, el Congreso
Nepalí, principal sostén de la monarquía hasta el golpe de estado del 1 de
febrero de este año, que en su última convención nacional, celebrada el 31
agosto, ha decidido retirar de sus estatutos la definición de partido
monárquico. Además, su presidente, Girija Prasad Koirala, ha sido detenido por
las fuerzas policiales al participar en una manifestación antimonárquica en
Katmandú duramente reprimida, con más de 200 heridos y 71 detenidos.
El anuncio de la tregua se produce al mismo tiempo que se da a conocer la lista
con los nombres de los 52 soldados reales que fueron capturados tras la toma de
la base de Kalikot, que se saldó con la muerte de 159 soldados y 26
guerrilleros, el pasado 9 de agosto, y en unos momentos en los que la iniciativa
militar y política corresponde a la guerrilla. El EPL afirma que considera a
estos soldados "prisioneros de guerra" y, en calidad de tal, serán tratados
"conforme a las disposiciones de la Convención de Ginebra, como siempre ha
venido haciendo el EPL". No descarta su entrega a la Cruz Roja Internacional,
como ha hizo a finales del mes de julio con otros 76 soldados y cargos públicos
"del viejo estado" que tenía en su poder desde el reinicio de las acciones
armadas a raíz del golpe de Estado real del 1 de febrero.
Con esta decisión, la guerrilla pone en un grave aprieto político al rey
Gyanendra, muy debilitado tras las últimas derrotas militares, y que tenía
previsto acudir a la ONU a mediados de septiembre para hablar frente a la
Asamblea General y solicitar la ayuda del organismo multinacional para salvar su
monarquía. También aprovecharía su viaje a EE.UU. para pedir a la Administración
Bush un incremento de la ayuda militar para derrotar a la insurrección maoísta.
El embajador estadounidense en Nepal, James F. Moriarty, ya dijo el 10 de agosto
que su país no va a tolerar el triunfo de los maoístas.
De hecho, el movimiento táctico de la guerrilla está siendo aprovechado por el
resto de partidos antimonárquicos para solicitar al secretario general de la
ONU, Kofi Annan, que no acepte la presencia del rey Gyanendra ante la Asamblea
General por dos razones: "porque no es un rey constitucional y sus días están
contados" .
La alianza de partidos de la oposición antimonárquica, en su petición a Kofi
Annan para que no permita la presencia de Gyanendra en la Asamblea General de la
ONU, recuerda que el Grupo de Trabajo de la ONU para las Desapariciones emitió
un comunicado el pasado día 30 de agosto en el que insta a la monarquía a
respetar y proteger los derechos humanos y mostró su preocupación por el
incremento del número de desapariciones en Nepal.
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(1) "Nepal: la monarquía está al borde de la derrota", Rebelión, 15 de agosto de
2005.