Medio Oriente - Asia - Africa
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Palestina: Algo más que la tierra
En conmemoración al 30 de Marzo, día de la Tierra
Celia Hart
A estas alturas, con cientos y cientos de civiles palestinos asesinados, con
cinco millones de refugiados, con gran parte de su territorio minado por la
perversión del sionismo, con la creación de un muro imperdonable que divide
entre sí a más de 900 000 almas, con las cárceles sionistas llenas de mujeres y
niños torturados, ¿cuál puede llegar a ser nuestra esperanza de que esta
injusticia endémica llegue a su fin? ¿Cuál será el meteorito lejano que, como
castigo redentor llegue a esa zona sagrada de la humanidad y detenga la
injusticia? Se cumplen hoy 29 años del día de la Tierra. Ese día toda la
Palestina ocupada desde 1948, Gaza y Cisjordania ocupadas en 1967, estallaron en
forma de una huelga general. Para los palestinos es un día de integración
nacional y recuerdos patrios.
El drama palestino sin embargo, ha sido, según mi ver un buen indicador de la
correlación de fuerzas en el mundo.
Cuando Hitler aprendía las primeras lecciones de aritmética, ya Theodor Herlz
había publicado su libro el estado Judío y el Sionismo y celebraba
tranquilamente un Congreso en Basilea, en la neutralísima Suiza. De manera
académica defendió asombrosamente la doctrina de conseguir la reunión de todos
los judíos en un Estado Judío, cuyo territorio sería Palestina.
¡Genial! Debido a que Dios le prometió aquella tierra, entonces era menester
olvidarse de la población palestina que ya en 1880 era del 95%.
El sionismo es primo hermano del nazismo. Uno porque hay tierra prometida, el
otro porque la prometida es la raza. Entonces por intermedio de los vaticinios
divinos, los pobladores de Palestina, donde de forma natural pudieron convivir
tres de las religiones más importantes del mundo, deberían acceder a ofrecer su
territorio a unos intrusos que vivieron allí hace miles de años atrás. Por esa
misma vía los árabes podrían regresar a la Alhambra, los mexicanos a California,
y los italianos a Grecia En nombre de una religión se construye un estado. Y
mire Usted el tiempo que los hombres han tratado de separar las dos cosas.
Pero hoy no voy a referirme a lo humillante del sionismo, pues es evidente..
Quiero reflexionar sobre algunos puntos colaterales que pueden conducirnos a
algunas pistas, y lograr centrar nuestro interés en un punto diferente.
Durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña acordó con los árabes residentes
entregarle la independencia si luchaban con los aliados en contra el imperio
otomano. Pero por supuesto era una buena táctica del imperialismo. Ya habían
firmado previamente el tratado Sykes- Picot, según el cual Gran Bretaña presumía
secretamente dividir la zona con Francia y Rusia.
Es curioso. El Imperialismo norteamericano estrenado en Cuba en la guerra spano
norteamericana, nos había prometido a los cubanos lo mismo. Con dolor vimos
izar la bandera de las múltiples estrellas en nuestro territorio. El
imperialismo ha usado las mismas técnicas; no son tan complicadas de entender;
sea el imperialismo norteamericano, sea el británico.
Tal cual menciona el periodista cubano Reinaldo Taladrid frecuentemente, una
manera de entender la ruta de los poderosos es ³seguir la pista del dinero² de
tal suerte que en 1917, en virtud de la necesidad del dinero de los judíos, los
británicos firman el acuerdo Bladfour, mediante el cual de manera muy tierna les
garantizan ³hogar a los judíos² a cambio por supuesto que la comunidad judía
presionara para la entrada de los EEUU en la guerra y se comprometiera a ser
"firme garante² del canal de Suez. .
¡Pero no en Londres! ¡No! En Palestina, en la tierra prometida. De esa manera,
los británicos alentaron la inmigración de sionistas a Palestina.
Esta técnica sigue funcionando. Y no precisamente porque Georges Bush platique
semanalmente con Dios. Para nada. Israel constituye para Estados Unidos una
magnífica inversión a largo plazo. Israel se sitúa cual la torre del ajedrez en
un cuadro de inigualable valor, precisamente en una zona donde descansan las
mayores reservas de petróleo del mundo. Puede ser que la leche y la miel fuese
una parábola y Dios les prometió a los judíos estar cerca de los yacimientos de
petróleo y desde allí ayudar a su elegido norteamericano, que nacería milenios
después.
Los sionistas no cuentan con ninguna excusa histórica o religiosa para su
barbarie, mas este no es el tema. No argumentemos más, pues argumentos nos están
sobrando, ni denunciemos más, porque las denuncias se las lleva el viento. Es un
hecho que no debemos aliarnos más a los que, en nombre del dinero, van a
traicionarnos tarde o temprano.
Por eso los movimientos de resistencia, cuyos miembros han demostrado el gran
valor de morir por su tierra deban entender lo profundo de esta verdad: Por más
desprestigiadas que resulte las teorías socialistas, en nombre de la espantosa
práctica del socialismo real europeo, la historia triste de Palestina se explica
a través de sencillas categorías sociales y económicas, reseñadas con más o
menos precisión en la teoría marxista, enriquecida favorablemente en todo el
siglo XX.
El sionismo y sus aberraciones éticas surgen después de los intereses económicos
y no al revés. Por eso debemos ser radicales, que no es más, como dijera José
Martí que ir a la raíz de los acontecimientos. El nazismo y el sionismo son
verrugas pestilentes de un mismo sistema social oprobioso.
La lucha por la autodeterminación en Palestina debe buscarse por vías
revolucionarias y no reaccionarias.
Es triste ver como nos quedamos los revolucionarios observando la forma en que
los burgueses se ponen de acuerdo. Firman miles de tratados que no se cumplen;
diseñan humillantes hojas de Ruta; fabrican muros; dictan conferencias... y los
revolucionarios sólo quedamos para criticar la diplomacia burguesa, mientras nos
asesinan a compañeros de la INTIFADA e incluso a civiles, frente a una cámara de
televisión.
Sólo algunos ejemplos de lo simpática que es la democracia burguesa: Primero que
nada, la tragedia nazista el genocidio incalculable a los judíos, el sufrimiento
más atroz de la historia contra millones de personas inocentes, no lo pagó
Alemania, lo pagó Palestina, cuyo pueblo nada tuvo que ver con aquella
contienda. La famosa y triste resolución 181 de Naciones Unidas fue la primera
vergüenza quizás de esa instancia internacional.
Será iluminador por otra parte si nos detenemos a ver las votaciones: La URSS de
Stalin votó favoreciendo la resolución, ningún país socialista, llamado
socialista, mejor decir, votó en contra. Por fortuna Cuba se encuentra entre las
13 naciones cuyo voto fue negativo.
La Carta Magna de la ONU, por ejemplo, considera obligatorio el respeto del
principio de la autodeterminación. De forma directa en los artículos 1 y 55 y de
forma indirecta en los artículos 73 y 76. Ese principio goza del reconocimiento
internacional unánime manifestado desde entonces en numerosas resoluciones del
máximo órgano internacional ¿Y eso que significa para Palestina?, aunque está en
la constitución, no le hace, es retórica no más, para eso se inventó el
sacrosanto y humillante derecho al veto.
Nosotros debemos hacer lo que hizo Lenin al no creer en la diplomacia burguesa
justo al establecerse el primer estado obrero del mundo: El tratado Sykes- Picot
fue hecho público por los bolcheviques al llegar al poder sorbe la base de su
política de "abolición de la diplomacia secreta". La declaración de Bladfour no
la hizo pública Lenin (ya que Rusia no tenía nada que ver con ella), pero se
conoció públicamente por las mismas fechas. Los árabes, que habían cumplido su
parte del acuerdo de organizar la revuelta contra el imperio otomano, al
principio incluso se negaron a creer la veracidad de los documentos.
Eso debemos hacer nosotros. No confiar más en la diplomacia burguesa, la cual
siempre va a traicionarnos. Nunca se resolverá el problema de la tierra en
Palestina si el sistema capitalista rige los acuerdos, a nos ser que nos
conformemos en Palestina con un estado como el que Estados Unidos quiere colocar
en Iraq.
Ustedes me preguntaran, que con quien entonces se firmarían los acuerdos, ya que
el Socialismo ha desaparecido. Pues muy sencillo...Que siempre se tenga como
signatario a la Revolución Palestina, y que sea ésta quien elabore las futuras
³hojas de ruta² La lucha por la tierra pasa por concebir en Palestina un
verdadero proceso revolucionario de proyección social. Creo que debemos dejar de
confiar en la democracia corrompida e interesada. Sucedió antes, cuando el
presidente Yasser Arafat hizo lo indecible para buscar soluciones de paz.
En una publicación del Frente Democrático residente en La Habana se expresa, en
relación a los acuerdos de Oslo ³Desde los países del destierro, donde la
revolución tuvo su principal peso, pasando por la tierra de la patria sobre la
cual se erigió en 1948 el Estado de Israel, hasta Cisjordania y la franja de
Gaza, que fueron escenarios de la Intifada, el pueblo palestino no dejó de
luchar de forma mancomunada en aras de alcanzar sus nobles objetivos
consistentes en la recuperación de su identidad, entidad y personalidad
política, de acuerdo con la otra parte de la Resolución Internacional No. 181, y
dentro del marco de las fronteras del 4 de junio de 1967; las resoluciones del
Consejo de Seguridad reconocen unánimemente a Cisjordania, Jerusalén Este y la
franja de Gaza como territorios palestinos ocupados y no como territorios en
litigio, tal como lo impuso Israel, apoyado por EEUU, en los Acuerdos de Oslo.
Israel prosiguió sobre esta base las confiscaciones de tierras y el
establecimiento de nuevas colonias².
Y en relación a lo ocurrido recientemente en SHARM AL- SHEIKH. Declara el Frente
Popular por la Liberación de Palestina residente también en Cuba, y publicado en
marzo del 2005: ³El Buró Político del FPLP partiendo de su preocupación e
interés de no perder la consagración y los sacrificios de nuestro pueblo durante
más de cuatro años de resistencia y de lucha reafirma²: ³Rechaza el Frente
Popular a que nos impongan una agenda que ya se ha demostrado su fracaso,
llegando a un callejón sin salida y afirma que ejercemos nuestro derecho legal y
democrático para luchar con todas las formas políticas y de masas. Contar los
intentos de Dirección de la Autoridad a imponer su visión política² ³No era
correcto llegar a un acuerdo con Israel antes de que éste anuncie el cese de la
construcción del muro y que respete y cumpla con la resolución de la Asamblea
General de las naciones Unidas que oficializó la Resolución de la Corte
Internacional de la Haya , que llama al desmantelamiento del muro² No es nada
nuevo. Ni es propiedad privada de Palestina. Acuerdos, convenios y resoluciones
últimamente nos está sirviendo tan sólo para perder el tiempo y gastar corbatas
y turbantes.
La diplomacia burguesa y el parlamentarismo se deben usar, pero para nuestros
propósitos y no para creernos parte del sistema, y pensar que podremos llegar a
acuerdos a través de buenas intenciones.
El invaluable revolucionario guerrillero argentino Mario Roberto Santucho nos lo
aclara en su trabajo Poder Burgués y poder revolucionario: ³Una política
revolucionaria debe saber utilizar todo tipo de armas incluso aquellas que han
sido creadas y son usadas con ventaja por la burguesía como el parlamentarismo,
para avanzar en la propagandización de las ideas revolucionarias, para avanzar
en la movilización de las masas, para introducir la crisis , la división y la
desorientación en las filas enemigas² Tampoco el camino está en la desesperación
que nos invade producto de la impunidad del enemigo. No lo digo, no, por el
pueril temor de que nos llamen terroristas. Ese termino no tiene ni color ni
forma, es un concepto vacío, pues es indefinible.
Mi propuestas compañeros y camaradas, es que los convenios lo podemos hacer
entre nosotros ¿Y quienes somos nosotros? Pues los revolucionarios de la amada
Palestina, y los revolucionarios del mundo.
Debemos reorganizar y repensar la lucha para establecer un movimiento permanente
de resistencia coherente y pertinaz en todos los territorios ocupados de largo
alcance ¿Podrá la Autoridad Palestina, los países árabes, la llamada comunidad
internacional, los extraterrestres, dar o no solución a los problemas cruciales
de los presos políticos, del muro, del genocidio en Palestina? No lo sabemos,
pero yo no dejaría nuestra suerte tan sólo en esas manos. Y digo ³nuestra²,
porque la causa del pueblo palestino es para todos los comunistas tan ³nuestra²
como es nuestra la causa de Cuba, de Venezuela y de Iraq. Ninguno de estos
conflictos va a resolverse en salones dorados lleno de traductores.
Todos los revolucionarios de Palestina y los comunistas en particular tienen
ante sí el hermoso reto de convertir a Palestina en un verdadero Viet Nam.
No, no es imposible, basta que de manera urgente vuelva a tener en esa región
del mundo abandonada a su suerte, sentido y voz la palabra Revolución Social El
30 de marzo de 1976 hubo huelga general. Volvamos a ella. Frente a la
alternativa de que nos sigan matando a niñas que marchan a su escuela, mejor que
nos maten combatiendo ¡Eso sí! necesitamos la unidad de los revolucionarios en
Palestina. Para hacer algo distinto, en lugar de esperar por paces indecorosas y
burlescos convenios, convoquemos a todos los revolucionarios. Viet Nam es la
pista. Recuerden lo que dijo el Che ³A los imperialistas ni un tantito así².
La única manera viable para lograr recuperar la tierra y lograr el retorno de
todos los hermanos es promover la resistencia revolucionaria, con una dirección
no corrupta, y que mire más el cañón de su fusil, que la tinta de la pluma con
la que firma los acuerdos.
Eso hicieron los compañeros vietnamitas con el camarada Ho Chi Minh al frente, y
eso hizo polvo al aparheit en Sudáfrica con la ayuda internacionalista y
organizada del pueblo cubano.
El 30 de marzo debe recordarse con ardor, con ánimo para la lucha, con valor,
con prudencia, con estrategias precisas y con unidad. Claro con la unidad para
los que sean unibles... Basta de esperar de las oligarquías, lo que es
teóricamente imposible que nos ofrezcan.
En el poema Abdala escrito por José Martí siendo casi un niño, se narra la
angustia de una madre árabe que ve marchar a su joven hijo al combate en defensa
de su patria contra el invasor. El nombre de aquella patria imaginaria del mundo
árabe era Nubia. Pero pudo ser Palestina o Iraq o tantos pueblos de esa sufrida
región del mundo.
Dice Abdala en unos de sus versos: ³El amor, madre a la Patria No es el amor
ridículo a la tierra, Ni a la yerba que pisan nuestra plantas; Es el odio
invencible a quien la oprime; Es el rencor eterno a quien la ataca;² El amor a
Palestina, a Cuba, a Venezuela a Iraq, no pasa por recordar platónicamente
nuestros cielos azules y nuestros verdes valles, que definitivamente son los
mismos. El amor, según Martí a la Patria pasa por odiar a muerte a quien la
ataca. Es un amor comprometido desde el punto de vista de la posición humana
ante la historia...
Y acá queridos compañeros tenemos una sutil ventaja. El invasor es siempre el
mismo.
Debemos unirnos los desposeídos, los humildes, los explotados. Para luchar por
Palestina seremos esos los que luchemos con mayor eficacia. Esa clase social que
a decir de Carlos Marx no tiene nada que perder tan sólo sus cadenas, será la
que pueda con mayor empeño, levantar la bandera de la unidad nacional contra el
sionismo.
Y no estoy pecando de sectaria. Los revolucionarios de Palestina tienen ante sí
una gran misión: Son los que pueden organizar con mayor perspectiva una
verdadera resistencia.
El reto es convertir a Palestina, Iraq, etc. en los muchos Viet Nam que soñaba
el Che, pero esta vez en el mundo árabe.
Entonces tendremos que encontrar el equivalente de Ho Chi Minh y su partido
comunista para la contienda. Y este papel se lo ganan los partidos políticos en
la batalla y no en los papeles, se lo ganan cuando la población sienta en su
conjunto la valentía la disciplina, la organización que hizo a Estados Unidos no
soportar la guerra en Indochina. Los partidos comunistas, los que no se hayan
degenerado por el peso del estalinismo o por el reformismo barato, que para el
caso nos da igual, junto a las organizaciones revolucionarias deberán ser los
primeros en tomar un arma en La Intifada.
Sino son absolutamente desechables...
Palestina debe salir de este estado de llanto permanente, de acuerdos
incumplidos, de ser víctima de la prepotencia y el horror, para caminar
victoriosa por los caminos revolucionarios, que harán posible la victoria No
sólo la Tierra, estamos necesitando... la revolución.
Ya 'umaal al-'aalam itahedu!