Latinoamérica

Los coroneles José Gavazzo y  Jorge Silveira (por ejemplo) le dijeron a los generales Carlos Díaz y Pedro Barneix que María Claudia estaba enterrada "ahí". Los generales Díaz y Barneix les creyeron, y le dijeron al comandante Angel Bertolotti que María Claudia estaba enterrada "ahí". El comandante Bertolotti les creyó y le dijo al secretario de la presidencia, el doctor Gonzalo Fernández, que María Claudia estaba enterrada "ahí". Fernández le creyó y le dijo al presidente Tabaré Vázquez que María Claudia estaba enterrada "ahí". Vázquez le creyó y le dijo a todo el mundo que María Claudia estaba enterrada "ahí". Todo el mundo le creyó, y comenzaron las excavaciones. A un mes de iniciados los trabajos, ahora resulta que María Claudia no está "ahí".
¿Donde estuvo la falla? La falla estuvo en que nadie cotejó la información brindada por los terroristas de Estado. Con una ingenuidad inconcebible, todos y cada uno de los que intervinieron en esta cadena, dieron por sentado que quienes guardaron silencio, ocultaron información, y mintieron descaradamente durante 20 años, ahora estaban diciendo la verdad. ¡Caramba! ¿Por qué habrían de decir la verdad? ¿Porque sí? No, los terroristas de Estado nunca hablarían para "contribuir a construir la paz entre los uruguayos", sino para evitarse "males mayores" a ellos mismos. Su mezquindad y su cobardía les impiden cualquier acto de nobleza.
Pues bien, según afirma hoy el diario EL OBSERVADOR, ese "mal mayor" existe.
De acuerdo a las fuentes del periodista Leonardo Pereyra, en la reunión que mantuvo el pasado 29 de agosto con varios dirigentes del Partido Nacional, el presidente Tabaré Vázquez les dijo que si los militares le mintieron, hará lo posible para que los extraditen. El presidente habría dicho textualmente: "Si lo que le dijeron los militares a Bertolotti no es verdad, el país tiene tratados internacionales que pueden ser determinantes para esos casos. En esto Gonzalo Fernández puede explayarse. pero les pido reserva".
Lamentablemente, Vázquez también dijo que "Los militares saben que nosotros tenemos las mayorías parlamentarias para derogar la Ley de Caducidad pero también saben, porque se lo dijimos, que no vamos a derogarla". Pereyra sintetiza así el mensaje que el presidente transmitió a los dirigentes nacionalistas: "el gobierno será inflexible con los uniformados que hayan dicho falsedades y, lejos de obstaculizar la acción de la Justicia, hará jugar todos los instrumentos jurídicos que tenga a mano para, eventualmente, dejarlos en manos de los extranjeros que los acusan de crímenes de lesa humanidad".
Al día de hoy, los únicos pedidos de extradición que se están tramitando son los de los coroneles Tomás Casella, Eduardo Radaelli y Wellington Sarli, quienes están requeridos en Chile por el secuestro y asesinato del bio químico y agente de la Dina Pinochetista Eugenio Berríos. Se está esperando el pedido de extradición a Argentina de siete militares y un policía que actuaron en Automotores Orletti, y también hay causas abiertas en España y en Italia. Pero los trámites extraditorios son engorrosos y lentos. Si ese es el camino que se ha elegido para que se haga un poco de Justicia, pueden pasar años antes de que José Gavazzo (por ejemplo) tenga que pagarle a alguien para que saque a su perro a cagar y mear en la vereda.
Pero en esas declaraciones de Vázquez hay oculto algo muy grave. Cuando dijo "Si lo que le dijeron los militares a Bertolotti no es verdad, el país tiene tratados internacionales que pueden ser determinantes para esos casos", también estaba diciendo que si lo que dijeron los militares a Bertolotti es verdad, no habrá extradiciones. ¿O entendí mal?