Latinoamérica
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La ley de 'punto final' quedó congelada (...por ahora)
Michel Bachelet le torció la mano a Ricardo Lagos
Ernesto Carmona
Michele Bachelet (PS) enfrió el entusiasmo de Ricardo Lagos (PS) por el proyecto
de ley que indulta a militares condenados por cometer crímenes de derechos
humanos. La candidata presidencial cuestionó la oportunidad en que el Presidente
promovió un tema que marcaría los próximos tres meses de campaña electoral, sin
especificar si aprueba o rechaza una probable ley de indultos.
El tema sigue vigente porque ya existe una iniciativa parlamentaria presentada
por la extrema derecha con el apoyo de dos senadores del gobierno que además
cuenta con el respaldo del ex presidente Patricio Aylwin (DC), el visto bueno
del cardenal y la anuencia de otros sectores que representan el 17% de la
opinión nacional, contra un 63% de rechazo y 20% de indiferencia, según una
encuesta.
'Creo que en los próximos 90 días vamos a ver una intensa campaña electoral y no
es el mejor momento y tiene en eso razón lo que dice Michelle Bachelet', dijo
anoche Lagos por televisión. 'Este es un tema que está en el Parlamento y lo
resuelve el Parlamento; quiero ver primero que es lo que se va a debatir en el
Parlamento', añadió. La pelota circula ahora en el campo de juego del Senado
El Presidente le bajo el perfil a su apoyo al proyecto, pero la puerta quedó
abierta para insistir en el último trimestre de su gobierno, después de las
elecciones del 11 de diciembre y antes de entregar el cargo el 11 de marzo.
'Yo fui muy cuidadoso en mis palabras: cuando se tocan la mitad de las palabras
que dijo el Presidente se puede sacar esa percepción', explicó. 'Yo dije:
'valoro esta iniciativa', pero puede ser ésta u otros los proyectos que salgan
del Parlamento. [El tema] está radicado en el Parlamento', precisó el jefe de
Estado.
Lagos, que se refirió ayer varias veces al tema, no cree ahora que 'la forma en
que está planteado [el proyecto] sea la más adecuada', pero no dejó de apoyarlo.
"¡Cómo no valorar el que se quiera hacer un planteamiento respecto de cómo
superar esta etapa de la sociedad chilena!', exclamó.
Semántica: 'apoyar' vs 'valorar'
El Presidente insistió en que su indulto al suboficial Manuel Contreras Donaire
–asesino del líder sindical Tucapel Jiménez– 'fue [una decisión] muy dolorosa de
tomar', pero con ella quiso 'que se viera que en mi ánimo no existe ningún
rencor'. Añadió que Contreras Donaire 'es una persona condenada a ocho años que
tenía derecho a salir después de cuatro años; llevaba cinco años y siete meses.
Y segundo, era un suboficial que cumplió órdenes: fueron otros los que dijeron
qué tenía que hacer. Y tercero, tenía una situación de salud compleja'.
En otra de sus referencias al tema, Lagos dijo ayer no compartir la idea de
beneficiar a ex suboficiales que tengan hoy más de 70 años, ya que con ello se
estaría olvidando que para el golpe militar de 1973 tenían cargos importantes en
el Ejército, según la versión de El Mercurio. Consultado en si seguía creyendo
que llegó el tiempo de cerrar heridas, señaló: 'Sí, por supuesto, pero hay
formas de cerrar heridas'.
'No es un problema de momentos, es un tema ético; aquí no se puede imponer la
impunidad', dijo Mireya García (PS), hija de un detenido desaparecido y
dirigenta de la Agrupación de Familiares de DD. Los jóvenes Tucapel Jiménez
–hijo de la víctima que asesinó el indultado Contreras– y Manuel Guerrero –hijo
del profesor degollado del mismo nombre– dijeron que jamás se sentirán seguros
en las calles o en sus casas si son liberados los terroristas. Guerrero se
quebró al hablar sobre la posibilidad de encontrarse con Miguel Estay Reino,
alias 'El Fanta', uno de los asesinos de su padre.
Los hijos de las víctimas más emblemáticas fueron recibidos este martes por el
ministro Secretario General de Gobierno, Osvaldo Puccio, quien les garantizó que
el Presidente no apoya el proyecto de "punto final" de la UDI. Los jóvenes
expresaron su satisfacción, pero también pidieron cortesmente una señal más
clara y consistente.
El senador Jaime Naranjo y el diputado y Juan Bustos, ambos del PS, coincidieron
en que la derecha busca pagar su deuda con los ex militares. 'Abriríamos más
heridas en la sociedad chilena de las que cerraríamos', aseguró el senador Jaime
Gazmuri, también PS. La oposición socalista a los designios presidenciales se
expresa con los matices diversos de las corrientes internas, desde el
cuestionamiento pragmático de la 'oportunidad' al rechazo de frontal del
propósito de fondo.
Sólo un tema electoral
El afán de conmutar las penas de los condenados quedó reducido así a una
cuestión de conveniencia electoral, para no enturbiar la campaña, justo al
quedar inscritas otras dos postulaciones progresistas, la del humanista Tomás
Hirsch, del Junto Podemos Más, donde participa el partido Comunista, y la del
líder mapuche Aucán Wilcamán, que dice representar a todos los excluidos, sean o
no indígenas.
El distanciamiento de Bachelet podría obedecer a un análisis más detenido de la
Encuestra Mori, la misma que indicó un 63% de rechazo a los indultos, 20% de
indiferencia y 17% de apoyo, donde la candidata aparece con 45%, contra un 36%
acumulado por Lavín y Piñera, empatados en 18%, 10% menos que la intención de
voto de 49% asignada por la misma muestra en julio de 2004, cuando todavía era
ministra de Defensa.
La estrategia electoral de la derecha, que presenta dos candidatos en la
contienda presidencial –el 'liberal' Sebastián Piñera, de Renovación Nacional (RN),
y el 'conservador' Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI)– se
empeña en llevar a una definición pública a la candidata, una mujer que fue
encarcelada por la dictadura, es hija de un general de aviación torturado por su
lealtad a Salvador Allende –Alberto Bachelet– y adquirió cierto ascendiente
sobre el mundo castrense cuando fue ministra de Defensa.
El autor del proyecto, el senador derechista Hernán Larraín (UDI), quiere sacar
a Bachelet al pizarrón, a rendir examen: 'No estoy de acuerdo con el presidente
Lagos cuando dice que este no es el momento: Es bueno que el país sepa cómo los
candidatos enfrentan estos temas', dijo esta mañana (martes) en Radio Bío Bío.
'Es malo para el país, es poco democrático que no se opine. La ciudadanía vota
por personas que no sabe cómo piensan en temas fundamentales; es una mala señal
para el país que no se puedan abordar ciertos temas', dijo.
Larraín insistió: 'Yo creo que ésa es una manera de evadir un debate; creo que
siempre es bueno discutir temas de esta naturaleza; creo que materias de este
tipo que buscan reconciliarse con el pasado dejan un futuro más tranquilo a
nuestros hijos; no deben ser postergadas y permiten enfrentar el tema del perdón
en toda su dimensión'.
Para Sergio Romero (RN), presidente del Senado, no es razonable sepultar el
proyecto. 'No me parece razonable [hacerlo] porque algunos sectores pongan veto
y tengamos que posponerlo', dijo. Gabriel Ascencio, presidente de la Cámara de
Diputados, cree que la iniciativa 'es una opinión legítima, pero agregó que 'si
no hay consenso, sería mejor postergar'. También se pronunciaron a favor de
legislar el cardenal Francisco Javier Errázuriz y José Zalaquet, abogado de
derechos humanos, que lo defendió diciendo que 'no hay impunidad porque hay
justicia', debido a que los beneficiarios ya fueron condenados, pero en procesos
que tomaron hasta más de 30 años por la renuencia del Poder Judicial a
...impartir justicia.
Probable cambalache
Larraín defiende el proyecto con ardor, avalado por su apoyo anterior a una ley
que amnistió presos izquierdistas que cometieron delitos inspirados por motivos
políticos después que los miliares le entregaron el poder a los civiles.
Probablemente hubo una suerte de 'cambalache' secreto del tipo 'yo indulto, tú
indultas'.
El senador, ex defensor de la germana Colonia Dignidad y de su máximo líder, el
alemán Paul Schaeffer –hoy en prisión–, reclamó reciprocidad diciendo que se le
revolvió el estómago cuando tuvo que votar las amnistías de los izquierdistas y
hoy se le revuelve igual porque comparte 'el dolor de los familiares por los
inaceptables, repudiables crímenes horrendos, pero estamos hablando de los
ejecutores de los mandos medios: es importante que se sepa el contexto, la
voluntad nuestra de poner el tema del perdón en la mesa'.
Quizás Lagos eligió mal a Contreras Donaire, porque no era la persona más idónea
para poner en marcha su estrategia de 'punto final', dijo el periodista y
abogado Tomás Mosciatti, de radio Bío Bío. El beneficiario del indulto no
colaboró con la justicia para esclarecer el crimen, ni mostró arrepentimiento,
uno de los requisitos para la libertad que propone el proyecto de ley de la
extrema derecha.
'Partió mal el asunto', concluyó Mosciatti. Para el analista, Lagos 'retrocedió,
no tuvo peso ni piso político para imponer lo que es su proyecto, que había
conversado con senadores designados', refiriéndose al radical Enrique Silva
Cimma y al demócratacristiano Edgardo Boenninger, legisladores designados –no
elegidos– que ahora quedarían suspendidos en el vacío.
El astuto senador Larraín pide una 'reflexión madura' para que haya perdón,
diciendo que 'es algo necesario entre los chilenos y comprendo absolutamente a
los familiares; para ellos, mi comprensión, siento solidaridad con su dolor,
estoy dispuesto a poderlos mirar en otra dimensión, por el bien de Chile',
etcétera.
Su argumentación levanta la tesis de que en Chile se cultivó la violencia hace
tres décadas, tarea en la que dice participaron hasta los socialistas de los
tiempos de Allende, 'un desenfreno que desembocó en los crímenes más horribles
que se cometieron en Chile'... ocurridos cuando los militares tuvieron que
intervenir para poner orden, casi contra su voluntad. La culpa siempre es de la
izquierda.
Ninguna palabra sobre los afanes reformistas del Dr. Salvador Allende para hacer
de Chile –y legalmente, respaldado por el voto popular– una sociedad más justa
en lo que llamó 'un socialismo a la chilena', que no era más que imponer una
modesta camisa de fuerza al capitalismo desenfrenado y a la desigual acumulación
de la riqueza, estableciendo una discreta franja social de la economía con un
puñado de empresas estatales, viejas y nuevas, que --privatizadas--
enriquecieron al entorno de Pinochet y a quienes propiciaron el golpe militar.
Al fin de cuentas, ése fue todo el 'comunismo' del Presidente que prefirió morir
levantando la legítima esperanza del pueblo por un mundo mejor a hacerse
cómplice del pisoteo cívico-militar de la Constitución a cambio del exilio
dorado, emprendido en cambio por algunos que apoyan la reconciliación por el
camino del "punto final", "borrón y cuenta nueva", "todos somos chilenos",
etcétera.
Poca gente ve con simpatía la idea Lagos-Larraín. Los candidatos presidenciales
que podrían llamarse 'sistémicos' –Bachelet, Lavín y Piñera– sienten que la
iniciativa les estorba, porque aspiran a recoger votos de los dos bloques de la
sociedad chilena. Sólo están en contra de frente los candidatos que no tienen
ninguna opción de ganar las elecciones –Hirsch y Huilcamán– pero que aspiran a
fortalecer las corrientes de opinión del amplio abanico de la izquierda que no
está representada en el parlamento a causa del sistema binominal de elecciones
que sustenta el poder de las cúpulas aunque no exista un bipartidismo formal,
sino dos bloques o coaliciones.
Así y todo, los barones de la Concertación no pudieron ponerse de acuerdo sobre
los candidatos que se inscribieron anoche (lunes) poco antes de expirar el plazo
legal. La intervención solicitada a última hora a la candidata presidencial
zanjó las ambiciones candidaturales a su personal arbitrio, no sin molestia,
porque simultáneamente estuvo convenciendo al Presidente de rebajar el perfil de
su discurso pro-indultos. De todas formas, los beneficiados por el "arbitraje"
no cesan de quejarse. Y pese a todo, los plazos no son un obstáculo fatal para
postular en las elecciones: en 2001 se dictó una ley en tiempo récord para que
la DC registrara de nuevo –correctamente ...y fuera de plazo– a sus candidatos
mal inscritos.
Sin embargo, el proyecto Lagos-Larraín no está definitivamente sepultado: sólo
está conservándose fresco en el gran congelador de la política chilena, esa
política que rigen las encuestas más que las elecciones y que se transa en los
consensos del parlamento, la manipulación ideológica de los medios de
comunicación y la voluntad de control de las cúpulas partidarias.
Beneficiarios del 'punto final'
Los beneficiarios del 'punto final' serían 372 ex militares actualmente
procesados en los tribunales de justicia a la espera de sentencia, más otros 46
que fueron rematados, es decir, condenados cumpliendo la pena. Según un informe
de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), de esos 46
ex militares condenados por violaciones a los derechos humanos, 24 están libres
debido a que sus penas fueron demasiado bajas. Del total de ex uniformados
procesados, 64 estaban encargados reos en más de un proceso, como es el caso de
Augusto Pinochet Ugarte. Precisamente mañana miércoles se conocerá la decisión
de la Corte Suprema respecto a su desafuero por la Operación Colombo, una más
entre las causas pendientes que enfrenta por robo y corrupción.
Entre los 46 uniformados que cumplen sentencia hay 20 del Ejército, 23 de
Carabineros y 3 civiles.Los generales Fernando Torres Silva, Hernán Ramírez Hald
y Hernán Ramírez Rurange cumplen remitidas de apenas 800 días, es decir, están
en sus domicilios. La dictadura militar tiene responsabilidad en 2.905 víctimas,
entre ellos 1.720 ejecutados y 1.185 detenidos desaparecidos, según el balance
de la Comisión Nacional de Reparación.
En un solo caso de detenido desaparecido los responsables están en la cárcel,
después que la justicia tardó 29 en esclarecer la suerte de Miguel Angel
Sandoval Rodríguez, según un informe publicado por Lucía Sepúlveda en la revista
'Punto Final'. Sólo se ha dictado sentencia en 18 de los 1.720 casos de
ejecutados.