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Latinoamérica

Venezuela impulsa ofensiva de los pueblos


Luciano Wexell Severo
Rebelión


Desde el descubrimiento de los primeros yacimientos de petróleo en Venezuela, antes del inicio del siglo XX, la vida del país fue regida por la feroz disputa entre los sectores nacionalistas y el cartel de las Siete Hermanas [1]. El actual proceso dirigido por el presidente Hugo Chávez es más que un fascinante capítulo de la guerra por el petróleo, en este momento que el imperialismo tambalea frente a la acción de la resistencia iraquí: impulsa avances que pueden determinar y definir nuevas condiciones de lucha para el planeta, de ofensiva de los pueblos contra el neocolonialismo.

Caminando por las calles y barrios de Caracas es imposible no dejarse tomar por el entusiasmo de la población con la Revolución Bolivariana, la intensidad de sentimientos, la ebullición de ciudadanía, de protagonismo, de construcción real y palpable de poder popular. Desde que llegó a la Presidencia, hacen 6 años, Chávez demuestra tener plena claridad de su papel. Mantiene un canal de contacto permanente con el pueblo a través de una red nacional de televisión que informa, esclarece, alerta y anuncia las medidas gubernamentales diariamente. Además de eso, todos los domingos, durante por lo menos cinco horas, brinda a la Nación sus palabras de profesor, poeta, estratega y líder.

Chávez sabe que todos los avances solo pueden ser garantizados con el masivo apoyo popular y mantiene a millones de hombres y mujeres constantemente movilizados, en pie de lucha, organizados en cerros, escuelas, campos y fábricas. Alimenta, permanentemente, la creciente conciencia de la población con pensamientos y directrices nacionalistas, bolivarianas, emancipadoras, antiimperialistas y revolucionarias.

El resultado de esa avalancha de patriotismo es que entre 1998 y 2004 fueron vencidas 10 elecciones y el histórico referendo de agosto pasado, no existiendo bien-intencionados que puedan cuestionar la intensidad y amplitud de la democracia participativa venezolana. Políticamente, las fuerzas bolivarianas controlan la Asamblea Nacional, 91% de las gobernaciones estaduales y 81% de las alcaldías, en una ola que no para de aumentar.

El año pasado el PIB acumuló 17,5% y en los primeros meses de 2005 la economía venezolana presentó crecimiento de 7,9%, la sexta alza consecutiva desde el último trimestre de 2003. Así como en las otras ocasiones, el fuerte incremento, el más alto de la región, fue impulsado especialmente por las actividades de los sectores comercio (17,8%), construcción civil (15,4%), transporte (14,7%) e industria (6,4%). El sector petrolero tuvo incremento de solamente 1%, reflejando la decisión de la OPEP de controlar la producción y demostrando que son otros sectores los que sustentan el crecimiento de la economía. La inflación y el desempleo siguen cayendo.

El impulso de la actividad económica es evidente resultado de la centralización del cambio, del control de precios, de la nacionalización de PDVSA y de las Misiones Sociales, mecanismos que ultrapasan el simple socorro a la gente pobre y buscan la verdadera inserción de millones de ciudadanos en la vida nacional, beneficiando cerca de 75% dos venezolanos.

Hoy, después de décadas de rapiña y despilfarro, de privatización y desnacionalización, la poderosa PDVSA financia la transformación de la economía rentista e importadora en productiva y generadora de mercado interno. La empresa impulsa el combate a la pobreza especialmente a través del Fondo de Desarrollo Económico y Social del País (FONDESPA), que transfiere recursos de diversas estatales a las áreas sociales. El presupuesto global venezolano de 2005 fue calculado utilizando como base el precio del barril de petróleo a US$ 23 y la tendencia es que, con el alza de los precios internacionales, acumúlanse elevadas recetas extraordinarias, más dinero para las Misiones.

El permanente aumento de los gastos sociales en Venezuela acontece aunque el actual gobierno reciba mucho menos recursos por las exportaciones de petróleo que las cinco administraciones anteriores, como demuestran estudios del Ministerio de Finanzas. Estos trabajos explicitan que para recibir por las ventas petrolíferas los valores reales equivalentes a 1974, por ejemplo, el barril debería estar costando US$ 73. Mas, si falta dinero, sobra disposición y compromiso con la gran mayoría de la población, históricamente marginada y excluida.

Recetas - Tradicionalmente nadie paga impuesto en Venezuela. Es una herencia más de la denominada IV República (1948-98). Por eso, es tan importante el actual fortalecimiento del órgano máximo de recaudación tributaria, el SENIAT. El valor recaudado de impuestos aumentó casi 100% en 2004. Por un lado, la campaña gubernamental llamada "Plan Evasión Cero" aplica una intensa política de combate a los fraudes practicados esencialmente por las grandes empresas extranjeras. Hace pocas semanas, en el medio del carnaval, fueron multadas y cerradas durante tres días todas las 80 tiendas de la cadena Mc’Donalds en el país.

Además de eso, el gobierno sancionó las empresas Hipermercados Makro, Hewlett Packard y Kodak por "infracciones fiscales y manipulaciones contables". También fueron lacrados por dos días los 34 centros de distribución y las cuatro fábricas de Coca-Cola por irregularidades en libros-caja y documentos como el RIF. El SENIAT pasa por un profundo proceso de modernización, especialmente en las aduanas y instalaciones portuarias, fortalecidas con equipamientos y instrumentos chinos de última tecnología.

Por otro lado, aplicando la ley, recientemente fueron elevados en 15% los impuestos que inciden sobre las compañías transnacionales operantes en la llamada Faja del Orinoco, beneficiadas por la política de sumisión practicada, sobretodo, en los años noventa, que rebajó la tributación a casi cero.

Otra medida de carácter estratégico fue la determinación gubernamental para que el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (Fogade) ponga a disposición los bienes inactivos que controla. Las sucesivas crisis financieras ocurridas en Venezuela en la década pasada generaron centenas de falencias en los sectores industrial, agrícola y bancario. En los últimos meses, la orden es ocupar y tornar productivas miles de valiosas estructuras, edificios, hoteles, haciendas y tierras, distribuidas por todo el país. La más reciente e impactante medida en ese sentido fue la expropiación de la empresa de papel Venepal, transformada en Industria Venezolana Endógena de Papel (Invepal).

La nueva estructura desenvolverá el sistema de co-gestión entre trabajadores y el Estado, motorizado por el recién-creado Ministerio de Industrias Básicas y Minerías, dirigido por Víctor Álvarez, ex-presidente del Banco de Comercio Exterior de Venezuela (Bancoex). En la afirmación del ministro "Llegó la hora de corregir el distorsionado cuadro de abundancia de recursos minerales y naturales y de bajo desarrollo de nuestro parque industrial y tecnológico. No podemos más continuar vendiendo materias-primas como petróleo, hierro, bauxita y oro sin agregar valor. Impulsaremos la industrialización y la formación de cadenas productivas compuestas por cooperativas y núcleos de desarrollo endógeno".

Refundación del Estado - Avanza en Venezuela una campaña de refundación del Estado, buscando impulsar nuevos valores, sustentada en el cumplimiento del supremo derecho a la soberanía nacional. El discurso - y la práctica - de Chávez trata de garantizar las soberanías productiva, alimentaria, militar. Esa ha sido el pilar ideológico de las políticas ejecutadas: la expropiación de empresas quebradas y paralizadas, la reforma agraria y la declaración de "guerra al latifundio", la reformulación de la doctrina y del aparato defensivo de las Fuerzas Armadas.

Las nuevas líneas de relaciones internacionales tienen gran significado: el país dio una fuerte rotación en dirección al Mercosur, Rusia, China y Medio Oriente, aumentando sus ventas no-tradicionales (aluminio, plástico, hierro, acero, caucho, vidrio) y dejando atrás la crisis que afectó el comercio exterior entre 2002 y 2003. Con relación a Brasil, el intercambio comercial tuvo alza de 90% en 2004 y después de la visita del presidente Lula, en febrero pasado, fue trazada una alianza estratégica que prevé la compra de aviones hechos por Embraer y el estímulo al establecimiento de plantas productoras aeroespaciales dentro del territorio venezolano.

Las negociaciones con el gobierno y empresarios brasileños se expanden para los ramos de construcción civil, siderurgia, petroquímica. Además de eso, el diseño de una propuesta de integración basada en la solidaridad y cooperación ya gana cuerpo a través de la Alternativa Bolivariana para la América Latina y el Caribe (ALBA). Con el objetivo de enraizar la iniciativa, una serie de seminarios serán realizados en por lo menos diez países latinoamericanos y caribeños ya en los próximos meses, con fuerte apoyo del Congreso Bolivariano de los Pueblos.

Pero si el objetivo político del gobierno es conquistar la integración y la segunda y definitiva independencia de nuestros países, su desafío en el plano ideológico es aún más audaz: hacer aflorar el colectivismo en los seres humanos, el amar al prójimo como a sí mismo, la identificación con una salida común del pantano del egocentrismo, la alienación y la indiferencia, exacerbados por la globalización neoliberal.

El comando de la revolución tiene claro que es necesario romper con esas enfermedades y con el padrón de consumo reflejado del exterior. La "elite" venezolana, que compra el cupo de sus hijos en la Universidad Central de Venezuela (UCV), tiene toda su referencia en la sociedad estadounidense. Son casi 100 años de degenerada influencia. El mundo ideal de los "escuálidos" es: finales de semana en Margarita, vacaciones en Miami, whisk veinte años y un Porche en el garaje. "El peor momento de la sumisión es cuando el explotado idolatra el explotador", alerta Chávez.

El trabajo incesante del gobierno es en el sentido de convocar todos los venezolanos a que se incorporen al proyecto de salvación nacional, de refundación del país, de reinicio y renacimiento. Constantemente, el presidente afirma que "La Revolución es el más sublime acto de amor" y hacen pocos días señaló que "Llegó la hora de la victoria, la hora de este pueblo resurgir de los escombros. Solo las masas populares, hombres y mujeres, hacen la historia. Estamos transfiriendo paso a paso el poder para el pueblo, para que cada vez más tenga capacidad de transformar la realidad".

En el mismo sentido, fue declarada guerra al burocratismo y a las estructuras viciadas y corrompidas por décadas de abandono y descompromiso. Después del imperio y de la oligarquía interna, ese es el gran enemigo, que está dentro de la trinchera. Superadas y vencidas las dramáticas batallas que resultaron en el golpe de Estado de abril de 2002 y en el paro patronal de diciembre del mismo año, el gobierno desmanteló la estructura corrupta e internacionalizada de PDVSA y hoy consigue llevar los recursos petroleros hacia las parcelas que jamás fueron beneficiadas por la venta del oro negro. En ese momento, esa lucha se expande a los Ministerios y demás organismos de la administración pública.

100 años de guerra -Se trata fundamentalmente de un siglo de guerra por el control del petróleo. La historia venezolana es claramente una secuencia de asesinatos, golpes de Estado, atropellos del cartel de las Sietes Hermanas e, incluso, ocupación estadounidense. Desde 1935 ningún gobierno había conseguido permanecer en el poder por más de cinco años. En 1908, las compañías petrolíferas derrumbaron al presidente Cipriano Castro e impusieron 27 años de dictadura de Gómez (1908-35); en 1945, derrumbaron el gobierno nacionalista de Medina Angarita y luego más adelante levantaron a Pérez Jiménez (1952-58). Después de 40 años de "democracia petrolera" - período en el cual se difundió la corrupción y la desnacionalización de la economía - en 1999, el teniente-coronel Hugo Rafael Chávez Frías llega al poder. Defendiendo transformaciones profundas en la propiedad agraria, en PDVSA y en la tributación, es derrumbado en 2002. Mientras tanto, de manera jamás vista en la historia reciente, dos días después él volvió. Fortalecido.

Es cierto que no se debe subestimar el poder de la conciencia de un pueblo. Pero igualmente no se puede menospreciar lo que está en juego: la mayor reserva de petróleo del mundo, la mayor reserva de gas de las Américas, la puerta de Amazonía, abundancia de minerales y aguas. Mucho menos podemos olvidar quién es el enemigo, que ya empezó la campaña de satanización del presidente venezolano, de la manera que los grandes medios de desinformación siempre lo hacen contra un líder que se levanta.

El imperio y sus seguidores no tienen viabilidad electoral, fracasaron en el golpe de Estado y el espacio del gobierno va aumentando. ¿Qué más pueden hacer? ¿Asesinar a Hugo Chávez? "Acaso llegue a pasar algo conmigo, el único y máximo responsable es el presidente de los Estados Unidos. Si me matan hay solamente un culpable, el presidente George W. Bush. Pero si se atreven a invadir nuestra Patria, el pueblo venezolano los haría comer el polvo de la derrota y esa llama se expandiría no solamente por Venezuela, sino por todo el continente", aseveró el líder bolivariano.

La línea trazada por las luchas sociales en Venezuela, así como en cualquier otro país, no es una recta: sus procesos están constantemente marcados por avances, retrocesos, momentos de grandes cambios o de paralización aparente. Todos esos movimientos cuentan con un gran número de variables, con sus vectores positivos y negativos, con su interminable juego de fuerzas contrarias. La larga guerra por el control de la mayor riqueza nacional está llena de grandes sorpresas, buenas y malas, repleta de héroes y traidores, de hombres y mujeres que transcienden su individualidad y escriben la historia venezolana, con tiros, lágrimas, sudor y sangre.

En el campo progresista, con sus encuentros y diferencias, estuvieron hombres como Francisco de Miranda, Simón Bolívar, José Félix Ribas, Cipriano Castro, Medina Angarita. Hoy, con la misma intensidad luminosa de Bolívar, Chávez representa la ancestral fuerza nacional, popular y antiimperialista. Del lado contrario, las mismas multinacionales, los mismos carteles y el imperio, cada vez más degenerado, bajo la dirección de un psicópata.

[1] Standard Oil of New Jersey (Exxon), Royal Dutch Shell, Gulf Oil Corporation, Texas Oil Corporation (Texaco), Socony Mobil, Standard of California y British Petroleum (BP)